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Teología Práctica Latinoamericana Reflexiones para la praxis
cristiana en la iglesia, la sociedad y la cultura Vol. 1 No. 1 – Enero/Junio
2021 - San José, Costa Rica Praxis pastoral latinoamericana
en tiempos de pandemia por Covid-19 Estudios previos a la consulta de Teología
Práctica Latinoamericana organizada por la UBL en el año 2021 |
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Acompañamiento
pastoral desde la Teosalud en el contexto de la pandemia sanitaria Covid-19 Rosa María López Pérez |
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Resumen El acompañamiento pastoral es un
acto de amor que con dedicación, respeto, devoción y pasión realizamos por
medio de las terapias y los toques revitalizadores a las personas sufrientes
por el Covid-19 y temerosas por la situación de la pandemia. De eso y de la
ruta crítica y la Ruta Revitalizadora de la Fe estaremos reflexionando en
este artículo. Este desafiante acompañamiento testimonial lo hacemos desde la
Teosalud, una propuesta de sanidad integral. Palabras claves: Acompañamiento
pastoral, Teosalud, pandemia, Covid-19, testimonios. Summary Pastoral accompaniment is an
act of love that we carry out with dedication, respect, devotion and passion
by using therapies and revitalizing touches to people suffering from Covid_19
and fearful of the pandemic situation. We will be reflecting on this topic
and on the Critical Route and the Revitalizing Route of Faith in this
article. We do this challenging testimonial accompaniment from Teosalud,
a comprehensive healthcare proposal. Keywords: Pastoral
accompaniment, Teosalud, pandemic, Covid-19, testimonies. Acompañamiento
pastoral desde la Teosalud en el contexto de la pandemia sanitaria Covid-19 Introducción
En el presente artículo presentaremos algunos
criterios básicos para realizar un acompañamiento pastoral desde la Teosalud
en el contexto de la pandemia. El objetivo del artículo es intentar brindar
una serie de nuevas formas de abordar la salud de las personas. Es importante
reorientar o dar una nueva mirada a otros tipos de medicinas que no sea la
alópata o la hegemónica. En nuestros tiempos la medicina tradicional se
impone y estigmatiza, invisibiliza y pretende anular otros conocimientos como
son los saberes ancestrales, que son conocimientos prácticos obtenidos a
través de la experimentación de y con todos los elementos que nuestro
Universo/Dios nos provee. La Teosalud desea recuperar las prácticas
ancestrales y es por eso que decide acompañar a las persona con Covid-19 real
o por temor, en medio de la pandemia del coronavirus. Antecedentes
El trabajo pastoral que aquí se aborda se ha
desarrollado en las comunidades de fe de la Iglesia Metodista Wesleyana
Costarricense situadas en barrios o comunidades de empobrecimiento, donde se
afectan de manera directa las condiciones de bienestar en las personas, tanto
en lo económico como en la salud integral. Esto genera desestabilización en
las personas. Es decir, genera lo que se denomina: “el desequilibrio de la
salud en sus cuatro componentes: física, emocional, relacional y espiritual”
(Fonseca Rivera 2006) y, por supuesto, también genera un desequilibrio en la
salud mental. Este desbalance hace que, debido a los componentes
antes mencionados, las personas tengan una serie de padecimientos que se
expresan en diferentes tipos de enfermedades: - físicas, que van desde
gripes hasta cánceres; - emocionales, como
depresiones, angustias y pánico; - mentales y
relacionales, como la agresividad, la cual puede llegar a manifestarse en
diferentes tipos de violencia; -
espirituales, como la pérdida de la confianza, de la
esperanza, de la fe y la creencia que han perdido la protección de Dios. Estos comportamientos afectan a las personas tanto a
nivel individual, como a nivel familiar y en el vecindario. Esta situación es
tan delicada que puede llevar a las personas a caer en una “cierta
resignación debido a la desesperanza aprendida y tienen poca iniciativa en la
organización grupal en busca de alternativas” (Fonseca Rivera 2006, 58). Por esta situación es que nuestras iglesias optaron
por buscar otras alternativas de salud integral y que sean accesibles a las
personas, tanto de nuestras congregaciones como de las comunidades donde se
ubican nuestras iglesias y, de ser posible,
hasta de trascender fronteras. Por ejemplo, el 25 aniversario se
celebró ofreciendo a otras confesiones cristianas una serie de talleres sobre
estas alternativas. En nuestra iglesia iniciamos con el ministerio de la
comensalía: cada persona aporta algo de lo que tenga en su despensa para
hacer una comida a fin de asegurar un plato de alimento, si no tiene comida,
puede compartir su fuerza laboral. Recordemos que: “la mesa compartida no
solo es para el alimento, es también para recuperar la salud personal,
comunitaria y ambiental” (Fonseca Rivera 2006, 93). En este contexto,
compartimos la importancia del balance nutricional a través de los cinco
colores (blanco, verde, amarillo o naranja, rojo o morado, café o negro), la
masticación correcta (hasta que cada bocado se haga papilla), la armonía en la
conversa, el agradecimiento y la sensibilidad a la justicia por la oración
cantada: Bendice Señor nuestro pan y da pan a los que tienen hambre y
hambre de justicia los que tienen pan. Bendice Señor nuestro pan. Amén. A
la vez, se zarandean los roles y funciones de género patriarcales,
descolocando a los varones en su comodidad de ser servidos, sirviendo. Paralelamente, se organiza el conversatorio de la
mesa aludiendo a las propiedades de cada alimento y recordando las enseñanzas
de las abuelas y otros ancestros sobre la medicina natural, la propiedad de
las plantas y alimentos (frutas, verduras y todo lo que produce la tierra) y
la calidad de su cultivo (orgánico, no orgánico, mixto). Respaldando este
ministerio y todo lo que en él hay, con la relectura bíblica y textos
especiales como los siguientes: por ejemplo, Génesis 1,29 “Les dijo, yo les
doy de la tierra todas las plantas que producen semilla, y todos los árboles
que dan fruto con semilla; todo eso les servirá de alimento” (Gn 1,29), “No
hay mayor felicidad para las personas que comer y beber en medio de su
fatiga” (Ec 2,24) y otros similares. Además, nos hemos capacitado en diferentes
alternativas de terapias: homeopatía, florales, ejercicios energéticos y
orinoterapia. En ese proceso de capacitación, nos encontramos con la
Biosalud, que es un movimiento mundial que une la orinoterapia, el yoga,
ejercicios bioenergéticos, la alimentación sana, el ayuno y las caminatas,
elementos que, mezclados sabiamente por el doctor Atom Inoue (médico
japonés), logran que se pueda alcanzar la autogestión de la salud. Biosalud
es entonces, un movimiento basado en tres fundamentos: el ejercicio, la
alimentación sana y la orinoterapia para fortalecer el sistema inmunológico y
la fuerza de la vida (Inoue 2003). Reflexionando entre nuestra teología práctica y el
encuentro con la Biosalud, llegamos a la conclusión que buscamos transformar
nuestro estilo de vida integrando la reflexión bíblico-teológica con las
ciencias alternativas, para superar las premisas sobre salud impuestas por el
sistema patriarcal y económico dominante, a fin de aprehender la autogestión
de la salud personal y colectiva, y compartirlo abiertamente con quienes lo
deseen: personas, iglesias, organizaciones, movimientos. Nuestro aprender-haciendo nos fue desafiando porque
estábamos transformando la eclesiología tradicional. Esto nos llevó a la
necesidad de profundizar las bases teóricas de este quehacer y a respaldar
más sistemáticamente este ministerio, a fin de responder a las preguntas,
comentarios y dudas de las iglesias y personas de fe sobre este quehacer
pastoral. Poco a poco fuimos develando la ideología patriarcal
y descubriendo cómo históricamente se nos mal enseñó a las personas a
convivir y a producir a fin de satisfacer nuestras necesidades tangibles e
intangibles. Estas experiencias nos llevaron a construir el Ministerio de Teosalud.
El ministerio de Teosalud
Este ministerio mezcla sus ingredientes
armónicamente. Es una propuesta pastoral que une la biosalud y las ciencias
teológicas donde la máxima es el análisis de las afectaciones de la salud en
sus diferentes dimensiones originadas por las creencias y los comportamientos
sociales, culturales, políticos y religiosos que impone, manipula e implanta
el sistema patriarcal y kyriocéntrico. En este ministerio (Teosalud)
se develan los condicionamientos sociales y culturales que llamamos “toques”
y se construye la ruta crítica que desemboca en las enfermedades
(físicas, psíquico-sociales, personales y colectivas) y la muerte (personal y
social). Esta ruta permite construir la vida de cada persona y de cada
“burbuja” de convivencia y detectar la génesis y desarrollo de las
enfermedades. Es decir, esta ruta crítica tiene como finalidad concientizar a
las personas de cómo el sistema cultural dominante es nocivo y violento. Una
vez develado este sistema de enfermedad y muerte se construye la ruta
revitalizadora y de las fe, a través de otros toques que desafían al cambio
en el estilo de vida para restaurar la salud personal, colectiva y del universo.
El patriarcado es un modelador de la vida nocivo,
compuesto por ocho toques opresores. El primero es el toque ontológico, el
segundo es el toque colonizador, el tercero es el toque emocional, el cuarto
el toque religioso; el quinto es el toque físico, el sexto el toque sexual,
el séptimo el toque relacional y el octavo el toque infectante.[1]
Toque Ontológico Es una interacción de reciprocidad que debe brindar
una función protectora que se recibe por medio de los cuidados del alimento y
el calor necesarios para el crecimiento sano de las personas. Pero puede ser
destructivo cuando se induce especialmente a las mujeres que consideren su
ser como un ser-para-otros, como objetos. Esta es una imposición delegada por
la cultura patriarcal. Toque Colonizador
Este toque está relacionado con la categoría género,
pues esta ha permitido desentrañar y evidenciar cómo la ideología patriarcal
se instala colonizadoramente en mujeres y hombres, afectando negativamente a
las primeras porque incorpora modelos de ser persona mujer como propios y
naturales. Por esa razón, en el contexto de la pandemia del Covid-19, los
hogares generalmente colonizantes, no son espacios seguros para las mujeres. Adicionalmente, la pandemia ha
evidenciado que los hogares no son lugares seguros para las mujeres; la
violencia ha ido en aumento y se han incrementado también los feminicidios.
Lamentablemente, el lenguaje también ha pretendido invisibilizar esta otra
pandemia, intentando mantener este tipo de violencia en el espacio de lo
privado y de las relaciones personales, desconociendo la responsabilidad que
como sociedad se tiene en la defensa y protección de los derechos de todas
las personas. “Las mujeres hemos escuchado el “Quédate en casa” toda la
vida. Ha sido la estrategia histórica e ideológica para reducir y mantener a
las mujeres en el mundo de lo privado. En la nueva normalidad, la crisis del Covid 19 NO
puede significar un retroceso en los derechos alcanzados” (Artavia Medrano
2020, resaltados tomados del texto original). Toque Emocional
Las emociones son una gran variedad de sensaciones
placenteras y displacenteras que tienen su base en la corporalidad de donde
emanan su movimiento y expresividad y a partir de esas sensaciones nos
vinculamos afectivamente. A las mujeres se nos enseña a controlar nuestras
emociones a través del miedo y esto ha afectado nuestro propio cuerpo y sus
procesos biológicos. Toque Religioso
En este toque aludimos específicamente a las
creencias e imaginarios religiosos que se reciben por medio de la religión a
lo largo de la historia. Estas formas de comprender y asimilar lo religioso
han estado vinculados a los imaginarios culturales impuestos por la sociedad,
entre ellos los de género, ya que la religión es una elaboración teológica
institucionalizada. Esa perspectiva teológica tiene un alto contenido
patriarcal que promueve los conceptos de pecado, castigo y culpa y que genera
vivencias destructivas en las relaciones humanas. Toque Físico
En este toque nos referimos a los acercamientos
táctiles que las personas damos y recibimos, para lo cual interviene toda
nuestra corporeidad. Contiene una serie de componentes de nuestra identidad
como: cultural, social, étnico, generacional, ambiental, educacional,
económico, entre otros. Hay toda una disposición y acomodación a la
geografía. En nuestro cuerpo se materializa todos nuestros sentires (alegría,
dolor, abuso, violencia, hambre, placer…). Es por eso que las carencias
corporales de afecto abusivo y violento se trasladan a una esfera no física
del ser humano, induciendo a las mujeres a permanecer escondidas bajo de la
capa del temor, la pasividad y la ignorancia. Toque Sexual
Este toque alude especialmente al cuerpo de las
mujeres, el cual desde hace milenios ha sido objetivado y controlado, ligado
a deberes de complacencia y servidumbre. Recibe tocamientos deshonestos,
irrespetuosos y abusivos porque su capacidad para el placer sexual ha sido el
gran excluido, porque desde la cultura patriarcal la relación coital se ha
centrado en la maternidad. Por eso las mujeres han aprendido a postergar la
necesidad de caricias y asumen ser para otros. Toque Relacional
Este toque tiene implícito los otros toques
analizados por la normativa patriarcal y genera enormes desigualdades,
opresiones y explotaciones, porque conduce a las mujeres a vivir formas
extremas de servidumbre voluntaria, lo que les elimina la capacidad de
decidir, además, se enfrentan cotidianamente a experiencias de desamor,
injusticia e inequidad amorosa, quedando expuestas a una serie de
enfermedades, como las de transmisión sexual entre otras. Este toque es
fundamental, pues refleja el impacto diferenciado que la pandemia tiene en
las mujeres y en la sobrecarga de funciones que le genera su relación con las
otras personas del hogar. En el caso de las mujeres, la
emergencia derivada del Covid-19 está provocando impactos diferenciados; la
crisis sanitaria está visibilizando y profundizando las desigualdades de
género existentes, tanto al interior de los hogares como en los lugares de
trabajo. Por un lado, los espacios para la participación en la toma de
decisiones que les atañen directamente se ven reducidos y por otro, el
trabajo no remunerado viene a constituirse en una sobrecarga de tareas
domésticas y de cuido de niñas y niños, personas adultas mayores, con
discapacidad o enfermas, que no ha hecho sino agravar las condiciones de vida
de las mujeres (Artavia Medrano 2020). Toque Infectante
Este toque aborda el conjunto de subordinaciones que
convierte a las mujeres en receptáculos de los comportamientos agresivos de
sus compañeros de vida, quedando implícitas las relaciones objetales,
maltrato y violaciones y donde afloran la culpa y la vergüenza como
consecuencia de la colonialidad del y en el cuerpo de las mujeres. Es un
control de su subjetividad llevándolas a las enfermedades crónicas y a la
muerte prematura. El toque infectante se trabaja desde el lenguaje como
instrumento de poder, es decir, como instrumento político para estigmatizar a
la mujer. El lenguaje ES político; puede poner en
evidencia situaciones, acontecimientos, pero también, permite poner en
evidencia o invisibilizar como en este caso, condiciones de precariedad,
exclusión, discriminación, xenofobia, así como los impactos en poblaciones
específicas (mujeres, migrantes, indígenas, afrodescendientes, entre otras).
El lenguaje también estigmatiza, separa, divide, rechaza; al otro que puede
contagiarme, al otro que es diferente, que es pobre, que es migrante…
(Artavia Medrano 2020, resaltados tomados del texto original). Ruta revitalizadora de la fe
La ruta revitalizadora de la fe es también un
vocablo simbólico de toques. Estos toques son nuevas formas de tocarnos, de
acercarnos, de acariciarnos y amarnos. Son tres toques; el cósmico, el
sublime y el inefable. Toque cósmico
Es el paso de la persona a la autoconciencia que se
abre para transformar el ensimismamiento para desobedecer y desafiar las
imposiciones que la atan. Este proceso de conciencia necesariamente se da
cuando las persona están en situaciones límites como las que provoca el Covid-19,
que ha sido presentado oficialmente a partir del miedo (prueba positiva,
dolores, tristezas, rechazos, miedos), que pone a la persona en el umbral
entre la vida y la muerte. Sin embargo, esta misma situación le conduce a
reflexionar en su condición de persona total. Y así comienza un despertar
hacia cambio de autogestión de la salud personal y familiar. Recordemos que
dentro de las medidas sanitarias impuestas, con respecto al Covid -19, no
solo la persona infectada se aísla, sino todas las personas que conviven en
la misma casa. El aislamiento es una condición que produce mucho temor,
depresión y soledad; emociones que vulnerabilizan aún más las condiciones de
salud de las personas. Toque sublime
Se trata del encuentro cara a cara con Jesús como Maestro
que acompaña a sus discípulos y discípulas para asegurar su bien-estar. Su
fundamento es la certidumbre de la fe en medio de la incertidumbre de la vida
(en este caso del contexto que provoca pandemias sanitarias y de otro tipo).
Ese acompañamiento de Jesús es correspondido por las personas acompañadas con
agradecimiento. En el acompañamiento pastoral nacen
y se desarrollan relaciones misericordiosas y amorosas: ambos sentimientos
son herramientas vitales que acrecientan la cercanía y equidad, como interiorización
de lo místico, que se hace misterio en la acción pastoral (Fonseca Rivera
2006). La reciprocidad en este toque se manifiesta en la
confianza de ofrecer, en el contexto de pandemia, el acompañamiento por medio
de terapias (planchado, emplastes, ventosas, baño de pies, imanes y masajes)
e infusiones (plantas, frutos, verduras, granos y otros) que van a facilitar
la resistencia y recuperación del Covid-19 y en el recibir, en actitud de
plena confianza por parte de la persona afectada, el tratamiento ofrecido. El camino de la recuperación es una
mezcla de conocimientos e intuiciones, es sabiduría de vida que junto con el
conocimiento producido colectivamente son una guía para la recuperación y se
alejan del sistema de obediencia patriarcal, para gestar un movimiento de
vida (Fonseca Rivera 2006, 15). Ese encuentro amoroso echa fuera los miedos,
envidias, odios, rencores, tristezas y otros. Además rescata las sabidurías
ancestrales “magos, curanderos y taumaturgos” (Moya R y Renard 2004, 52). En
el AT se practicaban exorcismos por parte de Abraham, Tobías y Eleazar y es
así como: a la tradición rabínica, se le
atribuyen milagros obtenidos con la oración, curaciones milagrosas y en
particular una curación a distancia como las que hizo Jesús; en su tiempo se
reconocían hermandades de curanderos, y lugares famosos de sanación como el
tanque de Siloé (Moya R y Renard 2004, 52). El encuentro amoroso trasciende el encuentro físico
del proceso de sanación, las oraciones de intercesión y la canalización de las
energías amorosas que hace el Reiki[2], el cual
se refiere a curaciones a distancia que se efectúan a través de la fe, como
sucedió con el siervo del centurión (Mt 8,5-13) o la hija de la mujer
sirofenicia (Mr. 7,24-30). Toque inefable
Es un toque de eventos maravillosos y milagrosos que
suceden cuando iniciamos un camino hacia la transformación del ser. Se inicia
desde el toque cósmico cuando tomamos consciencia del yo y sus diferentes
dimensiones internas (emocionales, mentales, espirituales) y externas
(físicas y socio-ambientales, relaciones con animales, plantas, el universo,
el agua, el fuego, el frío y el calor). Es decir, tomamos consciencia de todo
lo que nos rodea y de nuestra posición en el cosmos porque “todo contiene el
mismo misterioso soplo divino” (Gebara 2002). A partir de ese reencuentro cósmico continuamos con
el toque sublime que es un estado de mayor consciencia, donde no solo hacemos
visible la otredad sino que deseamos y buscamos que entren en armonía y
convivencia para trabajar por el bien común. Aquí se enseña con entrañable
gratuidad las terapias ancestrales en paralelo con análisis de textos
sagrados y se toma conciencia que toda acción afecta a todas y todos. De ahí
que el acompañamiento en contextos de pandemia es una prioridad, a fin de
detener sus consecuencias personales y sociales y en todas sus dimensiones
político-económicas. Es un toque que genera energía y moviliza todo lo que
está mal, estancado y bloqueado: “Caminaremos piel con piel, por lo senderos
y los puentes de la comunicación sutil y misteriosa de la fuerza del amor”
(López 2015). Encontramos en la naturaleza y en la convivencia la
sabiduría de un despertar con conocimientos que nos capacitan para pensar
crítica y analíticamente, nos dota de la capacidad de recuperar y aumentar
nuestra intuición, que es una guía interior por medio de la cual nos vamos
haciendo autónomas y a la vez sensibles a las injusticias y las muchas formas
de violencia que dañan nuestra integridad y poder de decisión, como sucede en
el contexto del Covid-19 con las cuarentenas, las mascarilla y el encierro. La Teosalud propone que todas las personas
que conviven en un mismo espacio (por ejemplo, el hogar) también hagan las
terapias recomendadas como el tomar las infusiones, hacer los ejercicios
agradables, hacer los ejercicios de respiración, hacerse el masaje con
plancha, hacer las inhalaciones, practicar los baños de pies y colocarse las
ventosas. Así, el aislamiento que puede perjudicar se convierte en una
oportunidad para recuperar la salud de las personas enfermas y para prevenir
la enfermedad entre las personas sanas. Estas terapias se convierten en
toques amorosos porque invitan a la experiencia de vivir en armonía, a través
del intercambio recíproco que plantea el proceso de sanidad. Recordemos que
las relaciones en mutualidad permiten experimentar la justicia, la equidad,
el compañerismo, el afecto y la democracia. Es decir, se rompen las
relaciones de subordinación y se experimenta la inefabilidad del amor como el
de Marta, María y Jesús (Lc10, 38-42; Jn 11,1-16). La pandemia sanitaria
La actual pandemia sanitaria que se vive en el mundo
se impuso a raíz de la enfermedad Covid-19, el cual se desarrolló por un
coronavirus. Los coronavirus “son una extensa familia de virus que pueden causar
enfermedades tanto en animales como en humanos, se sabe que varios
coronavirus causan infecciones respiratorias y enfermedades más graves” (OMS
2020). En el caso del Covid-19 se han dado una serie de
informaciones de síntomas que pueden manifestarse en las personas infectadas
y en este contexto se han dado una serie de exigencias por parte de los
Ministerios de Salud de los diferentes países del mundo, entre ellas la
cuarentena, la cual implica “separarse de los demás porque ha estado expuesto
a alguien con COVID aunque usted mismo no tenga síntomas… la cuarentena puede
evitar que se produzcan algunas infecciones” (OMS 2020). El resumen anterior sobre la situación actual del
Covid-19, nos permite comprender mejor el acompañamiento pastoral a las personas
desde la Teosalud. Como ya se indicó, la Teosalud ha estado
acompañando a las personas desde sus diferentes situaciones de salud, desde
la ruta crítica y desde los ocho toques para concientizar y ubicar de dónde
provienen las muchas circunstancias de su situación de salud y, a partir de
la ruta revitalizadora, brindar el acompañamiento a través de sus tres
toques. La práctica y experiencia de acompañamiento desde la Teosalud
ha sido vital en estos momentos para brindar soporte a las personas
diagnosticadas con Covid-19. Para comprender mejor este
acompañamiento y su efecto en las personas enfermas, en el próximo apartado
compartimos una serie de testimonios de personas infectadas con Covid-19 y
que también tenían afecciones personales, familiares y comunitarias.
Asimismo, estos testimonios reflejan cómo desde la práctica de la Teosalud
esas personas lograron recuperarse satisfactoriamente. Se presentan 15
testimonios y los hemos escogido de acuerdo a diferentes variables, como por
ejemplo: edad, ocupación, sexo y nacionalidad. Testimonios
En este apartado se presentan diversos testimonio de
personas a las que, en el contexto de pandemia y de problemas de salud, se
acompañó a partir de la Teosalud. Cada uno de estos testimonios
permiten visibilizar cómo la propuesta pastoral de Teosalud brinda
acompañamiento a las personas con Covid-19 a sus familiares, comunidades
cercanas y también fuera de nuestras fronteras. Testimonio 1: Mujer nicaragüense, ama de casa, 70 años
Mi querida hermana y doctora, recuerdo
que cuando estaba en Costa Rica, usted llegó a la iglesia donde me congregaba
para hacer terapias y enseñar. A mí me hizo una terapia en la espalda porque
estaba con mucho dolor, no podía agacharme ni sentarme si no era con ayuda.
Usted después de atenderme me dijo que era por estrés no desahogado. Entonces
fue cuando abrí mi corazón y le informé de la muerte de mi esposo, que me
sentía muy sola; además de la situación de enojo que mi hija cargaba contra
mí. Luego me pusiste ventosas, me masajeó y me sentí muy bien y hasta hoy lo
estoy. En otra oportunidad que tenía inflamación en las extremidades usted me
enseñó la técnica del planchado, me lo hice pues estaba de vuelta en mi
tierra. Y ya esa inflamación se desapareció. Agradezco a Dios haberla
conocido. Y por eso, cuando mi hermano y sobrina se
contagiaron de Covid recurrí a usted. Seguí las indicaciones: de todos los
cocimientos, las sustancias de cabeza de pescado, menudos de pollo y el resto
de la comida. También el planchado, el cual tuvo que ver bastante en los dos.
Salieron adelante, gracias a Dios, y a la ayuda tuya, de tus consejos
pudieron ellos pasar esa gran prueba. Ya hoy están sanos, ya pueden salir,
viven su rutina trabajando. Y de mi parte sigo agradeciendo a Dios por
haberte conocido. Testimonio 2: Mujer costarricense, ama de casa, 38 años
Mis primeros síntomas fueron migraña, en especial
después de hacer ejercicios por dos días. Ya el tercer día el dolor de cabeza
bajó por el cuello, la espalda, y no pude seguir con los ejercicios. Ya las
dos siguientes noches lo que sentía era que estaba acostada en una cama con
espina o con picos. A cualquier lado que me volteaba el dolor era fortísimo
que no me permitía dormir. Tuve muy poca fiebre y a los seis días de haber
empezado los síntomas, apareció el dolor de cuerpo, perdí el gusto y el
olfato, la falta de apetito y el dolor de cabeza persistían. Y luego de los
seis días me empezó una fatiga que al levantarme o caminar sentía que tenía
una bolsa de arroz de 7 kilos pegada entre pecho y espalda. Eso lo tuve por
más de 15 días. En las tardes me sentía con la presión muy baja y veía las
cosas más oscuras. Estos nuevos síntomas se mantuvieron por mes y medio. Nos dieron de alta el 21 de setiembre, pero
despierto con poco gusto, casi sin olfato y conforme pasa el día lo voy
recuperando. ¿Qué hicimos para recuperarnos en la casa? Nos recuperamos con
tés de eucalipto con miel de abeja, o con jengibre, limón y con miel. Este
último fue lo que no nos permitió llegar al hospital. Nos hizo muy bien.
También nos planchábamos en las noches, la hidratación súper importante
porque el cuerpo eso es lo que pide, hidratarse. Lo hicimos aumentando la
ingesta de los tés, alternado con sueros. Hicimos también diferentes tipos de
respiración. Todo eso lo que a nosotros nos sacó adelante, Dios primero y
luego eso. Testimonio 3: Mujer nicaragüense viviendo en Costa Rica,
ama de casa, 36 años
Primeramente le doy gracias a Dios de salir de una
prueba tan dura como el Covid. Es como ver la muerte de uno, es tan triste
pero gracias a Dios con los medicamentos y las cosas naturales uno sale
adelante. La misericordia de Dios estuvo presente en cada momento,
principalmente cuando me planchaba. Es una terapia relajante. Hidratarse con
el té verde, el de manzanilla, y muchos otros de los que uno tiene al
alcance. Hemos superado así esa terrible enfermedad. Testimonio 4: Varón nicaragüense residente en Costa Rica,
mensajero, 38 años
Primero que nada quiero agradecerle por el
tratamiento que le recetó a mi mujer del planchado con la toalla. Pasamos un
mal momento porque toda la familia tuvo Covid pero sus tratamientos fueron lo
mejor. A mi mujer le afectó bastante, tanto por el cansancio y la dificultad
para respirar. Después de ese tratamiento y en especial por el planchado todo
resultó muy bien; esos dos síntomas se le fueron. Todos nos recuperamos y nos
dieron de alta. Estamos muy agradecidos. Tesimonio 5: Varón costarricense, fisioterapeuta, 36 años
Voy a contarles un poco mi experiencia con el Covid
y todo el proceso de recuperación. Probablemente me contagié de mi esposa:
ella tuvo pérdida de olfato y pérdida del gusto y yo sin síntomas, pero me
hice la prueba y salí positivo. Al inicio me sentía tranquilo, seguro. Para
mi sorpresa, al tercer empecé a sentir temperatura con cambios muy abruptos:
fiebres muy altas y bajaban de repente. Un día en la noche, después de sentir
un dolor muy fuerte, me levanté para ir al baño, ahí me descompuse. Creí que
era una simple descomposición, pero era parecido a una convulsión a pesar de
no tener antecedentes. Ahí tomé conciencia que apenas estaba empezado.
Entonces, sí debo confesar que me preocupé más y al día siguiente me senté a
desayunar y me vuelve a suceder, solo que esta vez estaba sentado y no caí. En mi casa estaba mi esposa y mi mamá que
lógicamente se asustaron mucho y acudieron a nuestra vecina (Rosemary). Ella
apenas llegó empezó a hacerme presiones en el pecho, lo que logro recordar.
También pidió que le limpiaran una aguja, tenía las manos recogidas y los
dedos como deformes y estaba entre consciente e inconsciente. Me sentía sin
energía y me acuerdo que me dijo que me acostara en el sillón, que no cruzara
las piernas y algo que sí fue vital, fue el asunto de controlar la
respiración y de enfocarme en la misma. Aun cuando tenía los brazos y dedos
totalmente flexionados me decía que me enfocara en la respiración. Me colocó
unos imanes. Y poco a poco todo se fue regulando hasta que llegué a sentirme
normal de nuevo. Aparte de eso siempre nos recomendó el te de eucalipto por
las noches, el aplancharse. Creo que a la postre todo sumó y ayudó para que
tuviéramos una recuperación muy favorable y evitar complicaciones. Esa fue la
experiencia a grandes rasgos y la forma como Rose nos ayudó en todo eso. Testimonio 6: Mujer
costarricense, ama de casa, 48 años, sobreviviente de cáncer
Esta es mi historia con el Covid: no sé dónde me
contagié. Creo que fue en la misma clínica porque fui por otros
padecimientos. Síntomas: tenía dolores en todo el cuerpo y me fui a hacer la
prueba y salí positiva. Para mi fue un momento muy duro porque realmente no
me lo esperaba. Se me vino todo a la mente: la gente, mis hijos, mi familia,
esto es de muerte, o sea me voy a morir… y entonces… colapsé. Retrocedí
totalmente en mi salud porque fue como una sentencia. Verdaderamente era una
sentencia de muerte y así fue. Al otro día no me levanté pues eran
temperaturas altísimas, mucho dolor de huesos, mucho dolor de pulmones, quedé
como en un estado de coma: no comía, no despertaba, no nada. O sea estaba
sola. Esa condición duró tres días. Fue algo terrible lo que experimenté en esos
momentos, encerrada en el cuarto, mientras mis hijos estaban afuera. Me
atendieron pero así me sentía sola, eso era muy doloroso, aunque sabía que
Dios estaba conmigo, esos dolores eran desgarrantes y era muy difícil.
Deseaba que llegara mi hermana Rosemary, ella ha sido para mí como una
salvación pues siempre en los momentos difíciles de mi salud estaba siempre
presente, sobre todo con el cáncer. Yo sé que ella me atendería y así fue.
Llegó a la casa: me hizo terapias con imanes, inhalaciones, infusiones,
ventosas y gracias a Dios recuperé las fuerzas para volver a vivir. Tuve una
enorme mejoría, empecé a comer. Paralelamente temía por la salud de mi mamá pues
vino a visitarme a pesar de ser una adulta mayor. Ella también me hizo
terapias: ventosas, masajes. Y ese amor de Dios presenciado en mi hermana y
mi mamá, me fue levantando poco a poco hasta que superé la cuarentena. Fueron
terapias de amor, de fe, de deseo que yo estuviera bien y eso me retó a
superarme pues a veces deseaba morir pues esos dolores le hacen a una
rendirse, llegué al punto que ya nada me importaba, ni siquiera mis hijos me
retaban. Gracias a Dios puedo dar este testimonio de que esas terapias de
amor me permitieron salir, quedé con consecuencias: dolor de pulmones, dolor
de cabeza, cansancio, lagunas mentales. Pero el amor terapéutico que mi
hermana y mi mamá me hicieron querer recuperarme. Estoy feliz. Ahora deseo
vivir. Por esa razón, decidí participar en un Curso de
Reiki que Dios me estaba regalando. Fue maravilloso, me dio mucha seguridad y
me devolvió el deseo de sanar y amar. Hice el curso junto con mi hijo (¡qué
regalo me daba Dios con eso!): ahora ambos nos apoyamos, practicamos los
ejercicios, compartimos mucho más que antes. Ambos nos desafiamos para
practicar lo aprendido. La familia se va movilizando, todos y todas van
cambiando, siempre hay desafíos, pero los asimilamos mejor. Se están abriendo
puertas laborales para mis hijas, una de ellas ahora hace teletrabajo y con
mejor salario. Es una energía tan preciosa y ahora que lo sentimos y lo
experimentamos es algo maravilloso. La energía de Dios se mueve entre
nosotros y nosotras y ahora la promovemos. Con exactitud y certeza puedo
decir que el Covid fue una gran bendición y que hasta el día de hoy la
experimento. Gracias a Dios. Testimonio 7: Varón costarricense,
ebanista, 68 años
Gracias a Dios me siento muy bien. Reconozco el gran
valor de los seres humanos y sobre todo en usted por el tiempo que nos
entrega. Me dio Covid, los síntomas fueron: dolor de manos y piernas, tuve
como un micro derrame que me impedía hablar. No me alcanzan las palabras para
agradecerle por su intervención sanadora y por todo lo que me ha enseñado: no
solo me curaste las enfermedades físicas, sino también las enfermedades del
corazón, mis emociones estaban muy mal. Agradezco a Dios por intervenir en mi
camino a través suyo. Usted da prioridad al bienestar de los demás, eso es
una gran riqueza. Espero que Dios continúe dándole esa sabiduría para seguir
dándonos a los que creemos que ya vamos a morir la sanidad. Me curaste.
Gracias a mi Dios que te permitió hacerlo. No hay dinero para pagar lo que
has hecho, pero nunca te ha importado lo económico. Qué Dios te siga dando
para que sigas dando a los demás la sanidad que viene de Él. Testimonio 8: Varón costarricense, dependiente, 35 años
Quiero compartir mi experiencia: conozco a Rosemary
desde hace 17 años. Sé que practica la Teosalud. En nuestros encuentros
de café, conversábamos y cuando me quejaba de alguna dolencia, muy sutilmente
me citaba algún texto de la Biblia donde habla del poder de las palabras. Por
ejemplo, “muerte y vida se encuentran en el poder de la lengua, el que la ama
comerá de su fruto”. Cada vez que expresaba mi queja ella me hacía ver que lo
estaba afirmando y aceptando y cuando lo analizaba veía que era muy cierto. Como paciente de Teosalud me aplicaba
ventosas, imanes y masajes relajantes. La experiencia ha sido muy, muy
positiva: me recuperaba a nivel óseo y muscular, pero a nivel emocional y
mental lograba un equilibrio muy bueno. Salía muy bien, pero era solo el 50%
porque el otro 50% depende de uno mismo, hay que cambiar los pensamientos,
las actitudes negativas. Es decir, como dice Rosemary se trata de un cambio
en el estilo de vida. Doy también el testimonio de que cuando he llegado en
condición de emergencia, después de las terapias la mejoría es prácticamente
inmediata. Pero he aprendido que igualmente eso es solo el 50% porque luego
hay que cumplir el tratamiento que incluye cambios en la alimentación,
ejercicios y las demás recomendaciones que pueden surgir. Por tanto, doy fe
de que las terapias alternativas han sido y son muy efectivas. En este sentido quiero contar mi experiencia con el
Reiki y la Teosalud: mi mamá fue diagnosticada, por el Seguro Social,
de esquizofrenia aguda desde hace más de treinta años. Es una enfermedad
progresiva, ha llegado al punto de no poder vivir en paz con las personas que
le rodean, al grado de no identificar amigos, familiares, hijos, etc… Le
conté a Rosemary de su condición y ella optó por hacer Reiki a distancia, en
cuestión de horas mami se estabilizó emocional y mentalmente. Es como si de
un pronto a otro las múltiples personalidades se esfumaran y actúa como una
persona coherente y sin ningún problema. Doy a Dios gracias por tener al
alcance, gracias a Rosemary, ese tipo de soluciones. Actualmente soy
estudiante de Reiki, he aprobado el primer nivel. Testimonio 9: Joven, estudiante, 16 años
Soy estudiante de Reiki, decidí acercarme a este
tipo de terapias ya que desde pequeño me ha costado socializar. El Reiki me
ayudó a adquirir mayor conocimiento, me sorprendí conmigo mismo porque tomé
conciencia de que necesitaba perdonar y como dice una de mis frases
favoritas: amar para ser amado. Lo que he aprendido de Reiki lo practico día
a día porque me ayudó a entender lo importante que es la vida y las personas
que están en ella. Quiero darle muchas gracias a Rose porque todo lo que ella
sabe lo comparte con nosotros. Estoy muy pero muy agradecido y alegre. Testimonio10: Mujer, Atención Primaria en EBAIS, 39 años
Reiki, palabra nunca escuchada en mi vida, hasta
hace 10 años atrás... comencé esta loca terapia por un dolor que viví de la
pérdida de mi hija de 9 años, en el cual llevaba un mes sin dormir bien
porque cada día que dormía tenía la misma pesadilla: la muerte. Me acostaba
tarde hasta no aguantar, me tomaba tés, me bañaba, lloraba y lloraba para
poder dormir y no soñar, seguía igual. Dos meses antes había comenzado en un trabajo nuevo,
mi jefe, un señor extraño pero llenaba de paz con su forma de ser,
seguramente notó mi cara de sufrimiento, de dolor y sin dormir entonces me
comentó que conocía una señora que hacía unas terapias naturales
buenísimas! Mi familia por creencia personal, creemos en las
plantas como medicina natural y en medicina natural por tanto parte de mí yo
también y dije sí lo que sea necesito algo. Entonces me comuniqué con la señora que me recomendó
y escuché esa palabra mágica que hizo click en mí: reiki. Investigué poco en
internet y mes gustó eso de la energía del universo... Puedo hablar de mis primeras sesiones que no
sabía si era yo o estaba soñando pero aún las recuerdo, experiencias
inexplicables que solo las personas que sentimos el reiki lo podemos creer.
Es de sentir cosquillas en tu cuerpo, como un tipo de hormigueo, elevaciones
de tu cuerpo, sientes que se mueve tu cuerpo, que flota, algunos dolores en
zonas específicas, pero van pasando luego, sientes que tu corazón late rápido
o hasta que va a explotar. Durante meses continuos por ese evento en mi vida y
en una sesión de reiki, me dijeron que yo estaba embarazada cosa que no tenía
síntomas de embarazo y sí, Dios me permitió ser madre nuevamente, tres meses
después de la muerte de mi hija, iba a ser madre, Dios es maravilloso. Pues así han sido parte de muchas experiencias
durante mucho tiempo, cada vez que podía o una situación específica buscaba
el reiki, como dolores de cabeza, depresiones, dudas, etc.... Luego, nueve años después, quedo embarazada y tengo
síntomas de aborto, pues ese proceso yo debía de estar en cama pero tuve la
oportunidad de recibir el reiki y fue divino en una sesión sentir que la
energía que se siente electricidad, pasaba por mi vientre de aquel bebé que
ya no estaba vivo, pero su energía estaba aún en mí! Gracias al reiki he podido comprender que hay algo
más allá de todo esto material, que te llena de amor, de paz, de salud
espiritual, hay que vivirlo para conocerlo. Yo lo recomiendo a las personas
que pueden creer en este tipo de terapias y aun así las que no también El reiki es un estilo de vida, que si lo aprendemos
a llevar con disciplina nos conduce a cosas maravillosas como la autosanación
y sobre todo que esta energía del universo es capaz de ayudar a otros. Testimonio 11: Mujer venezolana, profesora universitaria,
47 años
Conocer la propuesta de Teosalud significó en
mi vida un hito fundamental, porque la conocí en un momento de mi vida en la
que estaba pasando por un instante significativo de toma de decisiones y
transformaciones. A través de la maestra Rosemary conocí su
toque ontológico que abordó en mi vida el tema de las motivaciones desde el
ser profundo, desde mi esencia de las acciones, pensamientos y sentimientos
respecto a mis propias particularidades. Ese tocar el alma, haciéndote
adentrarse en tus sentimientos más profundos, y verte de manera crítica y
reflexiva, pensando en el fondo, en la esencia, no solo en lo que se
manifiesta, implicó la apropiación para mi vida de una nueva forma de verme y
abordarme. Aunado a ello, y como aspecto fundamental el
conocimiento de la biosalud: la orinoterapia, las caminatas y los ejercicios
agradables. A través de este tópico inicio el punto de partida justamente de
una nueva concepción de salud integral, natural que ya conocía pero que había
dejado de lado, retomándola en cierta forma. Esto ocurrió en mi primer viaje
a Costa Rica. La maestra Rosemary y su acompañamiento, incluso
siguió desde la distancia, apoyándome en mi necesidad de decidir, mi proceso
de emigrar de mi país natal. Cuando llegué de nuevo a Costa Rica, ya como
migrante refugiada, el acompañamiento de Rosemary fue profundamente
significativo y constante. En ese momento retomé el conocimiento del reiki el
cual ya conocía, pero no practicaba, a partir de este momento seguí avanzando
en el conocimiento y práctica de esta forma de unión con la divinidad y de
sanación. También en ese proceso fuerte de transformaciones en
mi vida, donde me encontraba profundamente contrariada por seguir arraigada a
mi patria, fui apoyada, aconsejada y acompañada en todo momento, ofreciéndome
un hogar cálido, alimento y sobre todo cariño y comprensión. Allí avance
mucho más rápido en la Biosalud, la cual no practicaba como correspondía,
asumiéndola como una práctica de vida permanente y liberadora. Así, Rosemary López a través de su amor,
acompañamiento y hermandad es un ícono en una propuesta que no es solo letra
muerta, sino que es un puerto seguro de ayuda y cariño incondicional, apoyo
espiritual y discusión ontológica profunda. Con mucho gusto, elaboro este
registro. Testimonio 12: Mujer, ama de casa, 45 años
Yo recuerdo de la terapia que me hizo cuando me iba
a dar un derrame facial. La terapia consistió en digitopuntura en la parte de
la espalda. Ahí empezó el proceso, me ha hecho terapia para activar los
riñones en particular y todo el cuerpo en general. Me han servido porque
ahora me siento “pura vida”. Testimonio 13: Mujer, ama de casa, 55 años
Muchas gracias por el enseñarnos a nosotras, las
mujeres la luteranas, porque por usted hemos aprendido todo lo que sabemos
para cuidar nuestro cuerpo en bienestar. Aprendimos sobre masajes,
alimentación equilibrada, ejercicios, ventosas, orinoterapia, meditación,
relectura bíblica. Aprendí a masajear y con eso me he ganado una platita. Le
agradezco todo el tiempo invertido, Dios la proteja y siga aprendiendo más para
que nos siga enseñando cada vez más. Testimonio 14: Mujer peruana, sacerdote episcopal 68 años
El año pasado, me sentí muy mal de salud había
acudido al médico en varias ocasiones. Pero mi sorpresa es que nada de lo que
me recetado me dio ninguna sanación, en aquella oportunidad llamé a Rosemary
y le conté que estaba pasando y como me sentía, pues ya ni comer quería,
sentía que mi cuerpo temblaba y un dolor de cabeza que no me dejaba dormir
caí en depresión pensé que ya era mi hora de partir, en eso ella me empezó a
ser terapias diferentes de los dedos, planchado, imanes, y ventosas, pude
salir de esa depresión y dejé de tomar tantas pastillas. Le agradezco mucho
su ayuda y recomiendo estas terapias, pues uno vuelve a vivir y los
ejercicios nos ayudan mucho para hacer la vida mejor y ver que Dios es
generoso al poner personas que con sus manos podamos vivir mejor. Gracias,
gracias, gracias por ser una mujer que tienes manos de oro. Testimonio 15: Mujer costarricense, contadora, 63 años
Hace aproximadamente 9 meses Rosemary me invitó a
hacer ejercicios con ella cuando le conté que tenía problemas de salud y un
poco de depresión al no encontrarle sentido a mi vida y cargar con un montón
de culpas, pues bien cuando empecé nunca me imaginé lo que esto iba a significar
para mi vida. Comenzamos con los ejercicios gigantonas y las
caminatas a partir de ahí mi vida ha ido cambiando gradualmente he aprendido
a quererme y valorarme y que me falta mucho por vivir Todo este proceso me ha ayudado a ver la vida de una
manera diferente tengo mucha paz y serenidad lo que ha dado como resultado
una mejor relación con mis hijos y familia, cuando a mi hijo y la familia les
dio Covid el acompañamiento de Rosemary marcó la diferencia en el proceso de
sanación y logramos superarlo con las terapias y consejos que nos dio y yo
logré acompañarlos en ese proceso y a mí no me dio lo que sé que es resultado
de los cambios realizados en mi vida. Estos ejemplos, además de testimoniar la importancia
que tiene un acompañamiento amoroso, son también un desafío para difundir la
propuesta pastoral de la Teosalud. Conclusiones
En este artículo intentamos describir cómo funciona
el acompañamiento pastoral desde la Teosalud en el contexto de la
pandemia sanitaria. Primero explicamos cómo la Iglesia Metodista Wesleyana
Costarricense desde su opción por las personas empobrecidas, generó un
acompañamiento pastoral centrado en el equilibrio de la salud integral
(física, emocional, relacional y espiritual), porque la pobreza genera
enfermedades físicas y somáticas. Partimos de la alimentación, la
orinoterapia y los ejercicios agradables en alianza con el movimiento mundial
de Biosalud. Fuimos profundizando con algunas reflexiones
bíblico-teológicas que se constituyen en el paradigma para llegar a analizar
las situaciones que afectan la salud de las personas de forma integral. En el proceso de reflexión pudimos construir el
proceso de la ruta crítica de la cultura patriarcal, porque esta es el hilo
conductor histórico y coyuntural de las vulnerabilidades físicas,
emocionales, relacionales y espirituales que pone en peligro el bienestar de
las personas, familias y sociedad. Es decir, la cultura puede fortalecer o
vulnerar la salud de las personas. En nuestro caso, la cultura patriarcal
vulnera las capacidades humanas, en cuanto organiza a la personas en
jerarquías, en relaciones de subordinación y explotación. La ruta crítica está compuesta de ocho toques: el
ontológico, el colonizador, el emocional, el religioso, el físico, el sexual,
el relacional y el infectante. Esta ruta tiene como objetivo que las personas
descubran qué les afecta, quiénes lo hacen y por qué. En contraste, y a partir de la práctica de la fe, se
construyó la ruta revitalizadora que consta de tres toques: el toque cósmico,
el toque sublime y el toque inefable. Con este ruta se inicia un proceso de
autosanación y la recuperación integral de la salud en todas las dimensiones
de su ser. El nombre de Teosalud viene casualmente de
integrar la fe en el proceso de sanación. En este proceso se conjugan varios
saberes ancestrales y modernos para abordar las dolencias que aquejan a las
personas y a la sociedad. En cuanto a la intervención que hicimos para las
personas con Covid-19, es solo una selección de lo que trabajamos en Teosalud,
con el fin de que sea un punto de partida desde dónde y con qué elementos
enfatizamos nuestras terapias. Brindamos quince testimonios porque en ellos
damos una idea general de qué es la Teosalud, cómo funciona y se
aplica, así como los resultados satisfactorios que obtuvieron las personas y
las familias que lo recibieron. Estos aspectos son de mucha relevancia para
la fe, la espiritualidad y la salud de las personas y, por eso, es importante
integrarlos en la reflexión teológica, especialmente en la teología práctica,
pues forman parte del quehacer teológico latinoamericano. Bibliografía
Artavia Medrano, Argentina. 2020.
“Los mensajes del COVID-19: cuando el lenguaje también discrimina – Centro
Agenda Joven en Derechos y Ciudadanía”. Información sobre juventud. Agenda
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https://investiga.uned.ac.cr/agendajoven/los-mensajes-del-covid-19-cuando-el-lenguaje-tambien-discrimina/. Fonseca Rivera, Nidia Victoria.
2006. “Consejería Pastoral en contextos de pobreza extrema”. Tesis de Maestría
en Teología, San Jose, Costa Rica: Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL). Freitag, Vera Lucia, Andressa de
Andrade, y Marcio Rossato Badke. 2015. “El Reiki como forma terapéutica en el
cuidado de la salud: una revisión narrativa de la literatura”. Enfermería
Global 14 (38): 335–45.
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1695-61412015000200018&lng=es&nrm=iso&tlng=es. Gebara, Ivone. 2002. La sed de
sentido : búsquedas ecofeministas en prosa
poética. Montevideo, Uruguay: DOBLE CLIC. Inoue, Atom. 2003. “Texto de
orinoterapia con principios de alimentación”. Centro Latinoamericano de
Estudios de Biosalud. López Pérez, Rosa María. 2015. “Del
toque infectante al toque inefable: estudio socio-teológico con mujeres en
situación de vih”. Tesis de Maestría en Teología, San José, Costa Rica:
Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL). ———. 2017. Los toques de la
cultura kyriarcal: de la ruta crítica a la ruta revitalizadora. San José,
Costa Rica: IMWC. Moya R, Marcia, y Helmut Renard.
2004. “La mujer que sin nombre y sin hombre se salva a sí misma. ‘Mujer, tu
fe te ha salvado’ (Marcos 5,25-34)”. RIBLA, núm. 49: 46–57. OMS. 2020. “Brote de enfermedad por
coronavirus (COVID-19)”. Página oficial de la OMS. Organización Mundial de la
Salud. el 1 de febrero de 2020.
https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019. Rosa
María López Pérez. Costarricense.
Investigadora independiente. Master en Teología Pastoral. Pastora de la
Iglesia Metodista Wesleyana Costarricense. Formada en Economía Social
Solidaria. Participante del Taller Socio-teológico Crisis de la democracia,
luchas territoriales y reconstrucción socio-comunitaria de la vida, del DEI.
Diplomado en Medicinas Alternativas y Complementarias. Correo electrónico: rossme.lopez@gmail.com |
|
[1] Para
mayor información al respecto, se sugiere consultar: López Pérez (2017; 2015).
[2] Sobre el Reiki se puede indicar que “es una práctica espiritual con las dimensiones basadas en la materia y espíritu, caracterizado por la imposición de manos con el fin de restablecer el equilibrio del cuerpo. Este es uno de los métodos curativos más antiguos de que la humanidad tiene conocimiento. (...) es una terapia curativa natural segura, holística, pues trata al ser humano como un todo, fácil de usar y puede tratar muchas enfermedades agudas y crónicas... (Freitag, Andrade, y Badke 2015, 336).