Los cristianismos olvidados
Heterodoxia y diversidad en los orígenes
Resumen
Re-imaginar los orígenes de un movimiento es una manera de buscar la identidad de dicho grupo. Preguntarse por los inicios plantea dos tendencias: una hacia el “ayer” y otra hacia el “hoy”. De esta forma, esa doble dimensión nos ubica en el aquí y ahora de nuestra realidad para replantearla, transformarla, reformarla. Ninguna aproximación histórica es neutral y, menos aún, cuando hablamos del cristianismo.
El presente ensayo está motivado por cuestionamientos más bien prácticos. Buscar los inicios de un movimiento, que se convirtió en la religión institucional con mayor difusión en el mundo occidental, tiene como trasfondo hacerle preguntas a dicha tradición. Creemos necesario hacer esta salvedad porque no nos mueve solamente el afán historiográfico, sino también las preocupaciones teológicas. El punto de partida es, en realidad, el marco de la historia, y no tenemos un punto de llegada prefijado. Sólo un criterio está tras nuestra reflexión: el cristianismo es, más bien, los cristianismos. Y esto no es sólo una impresión, sino que responde al ADN del plural movimiento cristiano.