Amós López Rubio

Angel Eduardo Román-López Dollinger

Marcial Mora

Homilética

Apuntes de la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña

En el presente documento compartiremos experiencias personales y profesionales, así como las reflexiones críticas y las conclusiones surgidas de la mesa de trabajo Homilética dentro de la pastoral y del paradigma de formación teológica, cuyos apuntes se elaboraron en el contexto de la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña.[1] Su contenido se enmarca en la disciplina de la Teología Práctica, pues la homilética se ocupa de reflexionar sobre la predicación de la iglesia. Revisamos su historia, contexto, objetivos, contenidos, y desafíos sociopolíticos actuales que rodean el desarrollo estratégico en el campo de la homilética, analizando también su papel dentro de la Teología Práctica en la coyuntura actual.

Para ello dividimos este documento en tres partes que corresponden a cada uno de los encuentros virtuales de las personas participantes de la mesa de trabajo. El primer punto trata sobre la revisión y rescate de la historia donde se comparten experiencias vivenciales y pedagógicas en la formación en el arte y ciencia de organizar, bosquejar, y compartir mensajes que consuelen y lleven esperanza. El segundo punto gira alrededor de la revisión y replanteos epistemológicos y metodológicos, evaluando las influencias actuales de las ciencias sociales y humanas para plantear nuevas posibilidades pedagógicas, teóricas, y praxiológicas en busca de fortalecer la habilidad de compartir mensajes pertinentes. El tercer punto se centra en la visión del futuro de la homilética en el contexto de la teología práctica latinoamericana y caribeña, con base en una revisión de los aspectos que necesitan una renovación para la producción de materiales didácticos y pedagógicos.

Participantes:

·     Amós López, Seminario Evangélico de Teología de Matanzas en Cuba.

·     Anita Lang, Iglesia Metodista de Estados Unidos.

·     Ángela del ConsueloTrejo Haager, Seminario Luterano Ausburgo de México.

·     Eduardo Chinchilla, Centro Anglicano de Estudios Teológicos Superiores (CAETS), Costa Rica.

·     José Salvador Saravia Muñoz, Sínodo Luterano de El Salvador.

·     Raquel Riquelme Martínez, Seminario Metodista de Capacitación y Servicio de Chile.

·     Álvaro Michelin Salomon, Red Ecuménica de Educación Teológica (REET) de Argentina.

·     Ingrid Carolina González Cabrera, Centro Evangélico de Estudios Pastorales en Centro América (CEDEPCA), Guatemala.

·     Marcial Mora, Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL), Costa Rica.

Revisión y rescate de la historia de los conceptos de hermenéutica

El primer encuentro fue convocado para reflexionar sobre la Teología Práctica desde la realidad latinoamericana: un desafío permanente y transformador. El trabajo de mesa fue precedido por dos ponencias. La primera ponencia estuvo a cargo de Ángel Eduardo Román-López Dollinger con el título “La teología práctica como constructo histórico: hacia una teología práctica con identidad latinoamericana y caribeña”.[2] La segunda ponencia la presentó Roberto E. Zwetsch: “Teología Práctica desde la perspectiva latinoamericana y caribeña”.[3] En ambas presentaciones se plantearon desafíos a las mesas sobre la identidad latinoamericana de la teología práctica y su reinterpretación en nuestro continente y sobre la forma como se alimentan mutuamente la Teología Latinoamericana de la Liberación y la Teología Práctica.

Se plantearon tres series de preguntas que promueven el compartir en el grupo:

·     ¿Cómo han vivido ustedes la historia del arte de la homilética? ¿En qué contexto socio-político y religioso han enseñado o experimentado la materia “homilética”? ¿Cuáles han sido los objetivos, contenidos, y métodos respectivos empleados en la enseñanza de esta materia?

·     ¿Cuáles son los desafíos actuales que les exige el contexto para la homilética en la Teología Práctica?

·     ¿Qué cambios del contexto histórico deberían abordarse con mayor énfasis en la enseñanza de la homilética para desarrollar más la identidad latinoamericana?

Compartiendo desde las experiencias pastorales y docentes

Se decidió concentrar el trabajo en nuestro contexto, testimonios de vida, y prácticas pastoral y docente. También utilizamos las preguntas para la reflexión en un solo bloque, ya que están muy relacionadas. Quienes nos encontramos en esta mesa pudimos verter nuestras experiencias, porque éramos pastores y pastoras de manera tradicional e incluso docentes que dan una clase en esta área. La homilética siempre ha sido un ejercicio práctico, presencial, y ahora el reto es cómo hacerlo o practicarlo tal como lo estábamos haciendo.

Se hizo alusión al vínculo entre homilética y liturgia, en tanto ambas se manifiestan en un mismo momento en el culto cristiano. Sin embargo, se aclaró que no significa que solamente ocurran simultáneamente en el espacio del culto, sino que exceden el limitado espacio eclesial.

Se aludió también a la experiencia sobre la perspectiva de género. La exclusión del ministerio, que históricamente –y en algunos casos sistemáticamente– han sufrido las mujeres, es un tema central para la homilética, entendida ésta como un elemento central de la liturgia cristiana. Si bien es cierto que las mujeres están presentes en todos los espacios litúrgicos, en la mayoría de los casos su participación se reduce a tareas secundarias de servicio y no a roles protagónicos como el de la predicación. Asimismo, es común que los niveles de control sobre la participación de las mujeres en el ámbito de la homilética sean mayores que el de los hombres, lo cual obedece al enfoque patriarcal que sigue prevaleciendo en las comunidades de fe.

Lo que se planteó anteriormente no sólo es un claro indicativo de la importancia que tiene la inclusión de la perspectiva de género en los debates sobre el papel de las mujeres en la predicación, sino que también refleja los desafíos inmediatos que este tema genera para la educación teológica en general y para la teología práctica en particular. En todo caso, los estudios teológicos deben orientarse a generar reflexiones críticas y acciones concretas que permitan visibilizar la labor de las mujeres en el campo de la homilética y donde la predicación femenina se constituya en un instrumento de empoderamiento para las comunidades de fe.

La materia de homilética estudia las formas de comunicación. Las prédicas han sido una constante en el cristianismo desde sus comienzos tal y como demuestran las narraciones evangélicas de los sermones y enseñanzas de Jesús.

Tradicionalmente, la estructura del sermón comienza con la lectura y explicación del texto bíblico, terminando con una serie de aplicaciones prácticas para el auditorio. Se usan artificios literarios tales como las anécdotas, las citas de dichos populares, usando el estilo en el que abundan las imágenes, las comparaciones, y las expresiones vivas para esclarecer el entendimiento y animar la voluntad de la comunidad de fe que escucha. Muchos cursos sobre homilética se han enfocado principalmente en la forma. Aunque la forma es importante, creemos que las exégesis, las hermenéuticas, y las teologías de la liberación han de tomarse en cuenta, puesto que su calidad se refleja en sermones que exponen temas hondamente arraigados en la situación vivencial de la comunidad.

Las predicaciones de corte fundamentalista, al contrario, generalmente son condenatorias, apocalípticas, fatalistas, y de juicio, de tal forma que no reflejan de forma crítica los acontecimientos del contexto. Su método es deductivo-propositivo y su estilo consiste en transmitir unidireccionalmente “su” mensaje, buscando persuadir o convencer a las personas para que acepten, pasiva y acríticamente, las ideas o doctrinas predicadas. Estos son estilos altamente dependientes de la autoridad de quienes predican.

Un mal tratamiento de la Biblia y de las teologías hace que el mensaje carezca de fondo. Por tanto, todo el proceso formativo debe llevar al momento importante de expresión del mensaje del Señor de parte de la iglesia en el ejercicio homilético a través de la participación, identificación, y compromiso de la comunidad de fe. Esto es revelación del mensaje de vida y esperanza que renueva.

¿Qué tanto responde la teología a las situaciones diarias mediante el recurso homilético?

Nuestros contextos han cambiado dramáticamente. Se sumó el desafío de los cultos virtuales por la coyuntura presente a causa de la pandemia del Covid-19. Eso conlleva que la enseñanza de la disciplina sea retada por las presentes circunstancia de recurrir a herramientas tecnológicas.

La Teología Práctica, que analiza la acción de la Iglesia y la praxis de la comunidad, conserva su esencia, pero en el devenir de los hechos históricos es constantemente desafiada. En las comunidades se presentan situaciones donde los sermones necesitan abrir caminos nuevos que promuevan la búsqueda colectiva de respuestas para el presente. Es decir, promover la lectura de los acontecimientos desde el evangelio. La lectura del mundo, aseveró Paulo Freire, es el primer momento de discernimiento, es entrar en las realidades presentes, asumirlas, y asociarse afectiva y críticamente con ellas. En esos procesos las comunidades de fe empiezan a tomar conciencia de su estancia en el mundo para transformarlo.

En los centros de educación teológica debe tomarse parte de la herencia recibida de manera crítica, y, por otra parte, tomar en cuenta nuestra propia cultura, pero no como simple repetición, sino contextualizada. En otras palabras, una formación en hermenéutica contestataria que no niegue su historia pero que, al mismo tiempo, construya su propia identidad en forma afirmativa para ser una disciplina científica basada en la fe y en la revelación divina.

Se hace un llamado a las iglesias que, ignorando sus contextos sociohistóricos, alejan sus sermones de la importante mediación entre el mundo bíblico y el mundo contemporáneo de quienes escuchan su mensaje. Han dejado de ser puente entre el mundo del texto y los reclamos complejos del mundo actual. Recordamos aquí que nuestras comunidades de fe son diversas y plurales cultural, social y económicamente tal como lo son los pueblos de Abya Yala.

Algunas propuestas

·     Se requiere de una homilética que vaya de acuerdo a nuestros tiempos. Debemos rechazar aquellas homiléticas con técnicas retrógradas, repetidas por inercia.

·     Se sugiere impartir la materia de homilética al final de la malla curricular, cuando las personas estudiantes tengan un amplio bagaje bíblico, teológico, y pastoral previo. Se trajo a colación que en el antiguo Seminario Bíblico Latinoamericano el curso de homilética estaba al final de la malla del currículum académico. Se estudiaba la técnica, que no debe infravalorarse, pero también se daba mucho énfasis al contenido y a la pertinencia del mensaje.

·     En la mesa de trabajo se recordaron excelentes docentes en esta materia. Debe rescatarse la importancia del profesorado de homilética y, por tanto, ha de fortalecerse las capacidades del cuerpo docente en esta rama.

·     Venimos de culturas orales. Por tal razón, predicar al pueblo con metodologías no compatibles traídas de otras culturas no siempre permite desarrollar en la comunidad la capacidad de re-actualizar el mensaje del evangelio.

¿Cómo rescatar la comunicación oral en nuestros pueblos y convertirla en un discurso homilético?

Los movimientos neo-pentecostales han identificado ese canal de comunicación y lo han utilizado con creces. Es nuestro deber preparar al estudiantado para que tenga un discurso que compita con los mensajes conservadores, aunque reconocemos que no siempre se logra traducir las enseñanzas de la academia en sermones más humanos, más inclusivos, más pastorales, más esperanzadores.

La debilidad de algunos sermones es tratar de responder sin escuchar primero la pregunta que se encuentra detrás de las verdades y las necesidades de las comunidades de fe. Practicar el arte de la mayéutica consiste en hacer las preguntas adecuadas con el fin de que la congregación pueda encontrar por sí misma sus propias respuestas y sus propias verdades.

También tocamos el tema de la confrontación de la teología de la palabra (barthiana) con la de los símbolos. Desde el protestantismo creemos que hemos fracasado en la comunicación homilética intentando llegar al auditorio con abstracciones.

Sabemos que la gente se reúne para oír la predicación, la enseñanza forma a la gente, pero, ¿Qué se predica? La Teología Práctica debería permear todos los espacios de la iglesia (diaconía, formación, etc.) y la homilética debería reflejar la teología práctica de cada iglesia. No se puede ni se debe descontextualizar el mensaje de la Palabra. ¿Qué tipo de iglesias transforman las sociedades?

Las iglesias neo-pentecostales actualmente superan a las históricas, pues estas últimas se limitan a presentar ideas muy “altas” y propuestas terminológica y lingüísticamente muy academicistas. La gente busca lo que le hable de su ahora, algo pertinente a las muy distintas problemáticas que afrontan. El desafío de las iglesias en sus diferentes espacios de predicación es la coherencia con la teología práctica que la iglesia desea realizar.

El tema es oportuno más que nunca, ya que ahora vemos los efectos que ha dejado la pandemia desde hace un año atrás. Procuramos llegar con un discurso que nosotros entendemos, pero no preparado para que sea entendido por las demás personas. Se precisa hacer un alto. Nuestra sensibilidad está al tope en estos momentos y hay que aprovechar la oportunidad. Tenemos un discurso muy pensado y, aunque queremos hablar algo distinto, terminamos diciendo lo mismo.

Regresamos al tema sobre retomar nuestra tradición oral. En la academia hemos visto la dificultad que tienen las personas para escribir, lo cual es un gran reto. Deconstruir en vez de citar expertos es igualmente un desafío. Reeducar a aquellas personas que educan a otras, es también otro gran reto. Cuando se experimenta un cambio, se tiende a dar por hecho que los demás ya han cambiado igualmente o les será fácil hacerlo. Sin embargo, la contextualización y la implicación de los textos con la vida diaria muchas veces les es extraña. Muchas personas no pueden hacer ese “click exegético” que permita una homilética efectiva, porque debe entenderse que no todas las personas están en la misma sintonía.

La gente no va a entender las buenas nuevas del evangelio si no usamos su lenguaje. También se requiere preparación para compartir adecuadamente los mensajes. Dentro de la homilética debería incluirse preparación narrativa, que es una de las más difíciles para la proclamación del evangelio. Nos impactó la paráfrasis de que la predicación puede mover a la iglesia para bien, para mal, o paralizarla.

Se trae a colación el aporte de un libro de Néstor Míguez que exalta el recurso indispensable de la imaginación. Cuando se propone la homilética narrativa en algunos contextos eclesiales, se enfrenta el temor a añadir o quitar algo del texto. También, debido al adultocentrismo cultural, se considera que el recurso narrativo es una técnica infantil, lo cual es un error. Mientras la niñez ríe libremente a cada rato, los adultos hacen todo lo contrario. De ahí que la predicación narrativa se catalogue como para infantes, donde su éxito reside en contar, no en leer. No obstante, lo recomendable es no abusar de este recurso. El rompimiento de esquemas debe darse en el estudiantado para que sea reflejado en la predicación.

La sensibilidad nos llama a considerar cómo acontece el proceso por el cual las personas reciben y comprenden el acercamiento al texto bíblico. Se recuerda el aporte de Roberto Zwetsch sobre la teología práctica en la predicación de Jesús. El texto bíblico, a pesar de compartirse repetidamente, siempre ha de aportar algo nuevo. Se considera necesario incluir en la enseñanza de la homilética un enfoque sobre el método narrativo-inductivo de Jesús como modelo de predicación.

Seguidamente, se describe una experiencia en la Habana acerca de una forma de introducir al texto bíblico para poder traerlo a nuestra experiencia. La comunidad participa en la predicación por iniciativa del predicador, asumiendo un personaje bíblico usando su imaginación. El texto fue punto de partida para ejercer su imaginación y desde allí alentar e inspirar a la comunidad. Los géneros literarios tales como la dramatización y la narración de historias cortas de la vida cotidiana tienen un gran poder. El impacto de estas experiencias fue muy positivo. Cada persona se “conectó” con el personaje, pero también actualizó el mensaje. Los sermones dialogados y participativos buscan anclar más la palabra en la comunidad a partir de la misma comunidad. Esto es así porque entonces la autoridad proviene de la comunidad, no de quien predica y no de la academia. De esta forma, la predicación se vuelve una responsabilidad comunitaria.

Sobre la base de los temas abordados hasta este momento, la mesa de trabajo plantea las siguientes conclusiones preliminares:

·     Convenimos en la necesidad de ir más allá de la técnica homilética.

·     Consideramos que es importante y urgente rescatar la simbólica bíblica.

·     Proponemos construir una homilética que vuelva a la práctica inductiva de la enseñanza de Jesús.

·     Consideramos fundamental comunicar un mensaje de esperanza y no de condenación o juicio.

·     Proponemos incorporar nuevas formas de relatar a partir de nuestras culturas orales y experiencias comunitarias.

·     Consideramos que las personas de la comunidad y sus necesidades deben ser los puntos de partida de las predicaciones.

·     Expresar en la predicación de la iglesia quiénes somos actualmente, así como aquello que la comunidad quiere llegar a ser.

Para la mesa de trabajo, las conclusiones anteriores también implican desafíos, los cuales se presentaron en forma de preguntas:

·     ¿Qué hacemos con nuestro bagaje cultural lejano asumido como propio (homilética heredada)?

·     ¿Cómo enriquecerla y hacerla útil?

·     ¿Cuáles han sido nuestros itinerarios con nuestra teología homilética?

Revisión y replanteamientos epistemológicos y metodológicos sobre homilética

El segundo encuentro de la mesa de trabajo fue antecedido por dos exposiciones. Ambas conferencias se presentaron bajo el tema de Re-conociéndonos en el camino: Epistemologías y metodologías en la Teología Práctica con identidad latinoamericana y caribeña. Manuel Ortega Álvarez estuvo a cargo de la primera presentación titulada “‘A Dios nadie le vio jamás’. Espiritualidad y teología negativa en el contexto actual”.[4] Por otra parte, a Nidia Fonseca Rivera le correspondió presentar la segunda conferencia con el título “Teología Práctica: ¿Qué metodología se transita desde la visión epistemológica latinoamericana y caribeña?”.[5]

Las siguientes preguntas fueron algunas de las que se plantearon para motivar el compartir de ideas:

1.    ¿Qué epistemologías y métodos se han usado y han dado buen resultado en el pasado?

2.    ¿Cuáles son las influencias actuales de las ciencias sociales y humanas en la enseñanza de la homilética?

3.    ¿Dónde se ven nuevas posibilidades teóricas y prácticas para fortalecer la praxis de la homilética?

Reacciones a las ponencias

La exposición de Manuel Ortega planteó una crítica al positivismo, mas no al conocimiento científico. El recorrido que presentó sobre los documentos históricos y los pensadores antiguos fue muy bueno. Se objetó, no obstante, que hizo falta el trabajo y la reflexión de las mujeres y desde las mujeres.

Los mensajes que nos vienen desde una teología positivista desprecian otras percepciones que precisamente son las que tienen aquellos con quienes queremos establecer comunicación. Con lo expuesto por Manuel Ortega, acerca de la “teología negativa”, nos surge la pregunta: ¿Con qué instrumentos nos quedamos para hacer nuestra labor?

En la presentación de Nidia Fonseca se planteó la metodología de Circularidad Hermenéutica, la cual permite la revisión periódica de las propuestas de las praxis pastorales desde los contextos y desde una relectura del mensaje liberador del evangelio con la participación plena de las comunidades como punto de partida. De esta forma, se evita que sean solamente propuestas desde la academia, es decir, no permitiendo que ésta domine porque, precisamente, no partimos de una episteme positiva. Se destacó la problemática que enfrentamos cuando se nos presenta la necesidad de hacer teoría a partir de la práctica, desde la sospecha hermenéutica.

Epistemología y hermenéutica en materias relacionadas con la docencia de la homilética

El concepto de epistemología era desconocido en el área de la predicación y los métodos eran copiados por modelación. Luego, en las facultades se empezó a incorporar métodos en los currículos que se aprendieron y se enseñaron.

La epistemología tiene que ver con el modo en que conocemos. En la práctica pastoral es el modo de hacer las cosas y a su vez la forma en que vemos la realidad. Cada cual construye esa epistemología. En la predicación, personas de todas edades aprenden patrones al escuchar predicadores que construyeron su modo de conocer, así como también lo aprendido en los seminarios y universidades. Esta forma de conocer debe ser rehecha en el camino y abrirse a nuevas experiencias. Específicamente, vemos la necesidad de conocer las bases filosóficas, los conceptos, y las metodologías de las materias relacionadas con la docencia de la homilética.

A partir de eso, decimos que no existe sólo una forma de hacer ciencia homilética sino que, en nuestra docencia, necesitamos integrar los conocimientos de aquellas materias relacionadas con nuestro trabajo. Sin embargo, siempre hemos de mantener una mirada crítica hacia ellas en una relación dialéctica que permita el equilibrio.

Como docentes hemos de estar en constante actualización académica. Se compartió una experiencia de vida de quien siendo biblista feminista en un momento dado reconoció su necesidad de estudiar más fundamentos epistemológicos y hermenéuticos de su disciplina. Uno de los compromisos desde la hermenéutica de la sospecha, propuesta por las biblistas feministas, consiste en identificar la Palabra de Dios cuando ésta libera y no sólo por ser parte de un libro. Es una hermenéutica bíblica que libera de las interpretaciones androcéntricas y que libera de la cautividad de interpretaciones privadas, personales, y moralizantes que no enfatizan el amor de Dios por la justicia, la integridad humana, y la responsabilidad ecológica. Una hermenéutica que libera de interpretaciones abstractas y doctrinales que separan el relato de su contexto sociopolítico concreto a fin de transformarlo en verdad intemporal. Por todo eso y más, hay que sospechar y problematizar el texto bíblico en sí, como también las traducciones y los comentarios. Así se hace la relectura de los textos, mediante un proceso dinámico de deconstrucción/reconstrucción, por ejemplo, haciendo preguntas críticas sobre cuáles son las relaciones de poder, qué impacto tienen determinadas definiciones para la realidad de las mujeres, y quién se beneficia de esas interpretaciones. Luego, se elabora la reconstrucción crítica redefiniendo los términos desde la perspectiva de género.

Métodos de la teoría homilética

Como iglesias evangélicas latinoamericanas, heredamos los métodos de predicación anglosajones evangelistas y conversionistas que nos viene de los misioneros norteamericanos, derivados del “Gran Avivamiento”. La orientación era hacia la salvación entendida como “ganar almas” para Cristo, con el fin de aumentar la membresía de las iglesias. Para muchas iglesias evangélicas en México, lamentablemente el texto es palabra literal dictada por Dios. En Cuba, por ejemplo, se les llamaba “oratorias sagradas” a aquellos discursos bien hechos y bien expuestos que, aunados al calificativo de sagrados, inspiraban miedo.

Se describieron otros métodos comúnmente usados en las prédicas en las iglesias conservadoras. Por un lado, usan un método que fuerza el texto, lo cual no funciona. Por otro lado, algunas prefieren la espontaneidad que ha sido exitosa especialmente en iglesias pentecostales del ala conservadora. El mensaje llega por personas menos preparadas, debido a que asumen que la gente quiere oír y aprender únicamente a través de emociones, recuerdos, y sentimientos, lo cual tiene su valor, pero que no deberían excluir las reflexiones que apelan al intelecto y a la voluntad. En Chile, por ejemplo, la mayoría de las iglesias son de corte pentecostal y las denominaciones tradicionales están estancadas o su membresía disminuyendo drásticamente. En estas últimas, quizás el uso del púlpito ha sido desperdiciado. A partir de ello, debemos tomar conciencia de esa construcción de conocimiento heredada en cuanto a la homilética.

En un tiempo, la improvisación y la acción del Espíritu Santo fueron prioritarias, pero de ahí quizás se pasó a la excesiva técnica para armar una prédica, se perdió el equilibrio y, así, se coartaron las expresiones más emotivas, puras, y pastorales. La experiencia de la predicación, si bien debe ser fiel, es también personal, lo que exige la deconstrucción y construcción del aprendizaje. Sabemos que no hay interpretaciones neutrales, así que cuando el texto se apropia libremente se convierte en una experiencia transformadora. Quienes estudian la Biblia deben reconocer su propio lugar social de interpretación (de clase, de género, de etnia, de edad, entre otros) y, a la vez, la existencia de otros lugares sociales y perspectivas sobre el texto a fin de permitir la interlocución.

Se necesita creatividad para presentar un buen sermón contextual que, cuando termine, quede en la memoria viva la parte más vital del mismo, que no quede “terminado”, sino que se mueva en el tiempo para crecer y transformar. El círculo hermenéutico de ver, juzgar, y actuar ha sido desarrollado y practicado con la lectura popular de la Biblia en ámbitos autóctonos, afrodescendientes, y en comunidades eclesiales de base. También ha liberado la expresión de las mujeres y de todos aquellos grupos que la sociedad y la cultura habían dejado sin voz. El conocimiento y el saber se da partiendo desde la experiencia en los pueblos originarios, por lo que resulta más apropiado que el conocimiento ya elaborado desde la academia. El método anglosajón no funcionó, porque la gente busca reflexionar bíblica y teológicamente a partir de sus propias experiencias y, desde ahí, construir su fe.

Pasamos a destacar la responsabilidad en la oratoria sagrada. Muchas veces, dentro de nuestra formación, no debemos olvidar que los modelos que han influido nuestra vida no son estacionarios, porque nosotros y nosotras también evolucionamos. La epistemología es como la sabiduría que nos hace ser responsables con el mensaje que se entrega y con la audiencia a la que se entrega. El mensaje no es para toda persona y en todo lugar. Hay mucho que repensar y apreciar sobre los modelos que hemos conocido, pero también mejorarlos. Esto invita a la reflexión personal, como líderes y como docentes.

¿Qué es lo que queremos que el estudiantado considere como los mejores mensajes? Lo interesante de un sermón es escuchar lo que la gente quiere aprender y compartir. Eso a veces puede ser decepcionante o muy alentador. El mensaje entregado debe ser crítico, pero también el desafío debe ser cómo prepararse desde la academia. Es necesario clarificar en el aula lo que el estudiantado y lo que el cuerpo docente consideramos como un buen resultado de nuestra predicación. Más allá de aprender a manejar un abanico de métodos, las situaciones son las que definen la finalidad y el método más adecuado a utilizar. Es decir, tener pertinencia y eficacia, teniendo en cuenta el contexto de la audiencia. El testimonio bíblico refleja y orienta la finalidad de la predicación. Predicar es comunicar el mensaje del evangelio de Jesús.

Debemos caminar hacia modelos homiléticos más dialogados, donde cada persona destinataria juegue su rol. Situación y destinatarios son elementos muy importantes. A finales de la década de 1960, Fred Craddock conceptualizó la Nueva Homilética.[6] Esta conceptualización reaccionó a aquella homilética que prioriza los talentos de oratoria de la persona transmisora y a la ortodoxia que siempre debía proclamarse en los mensajes. Craddock, citado por Batista de Souza, dice que hay una relación intrínseca entre la forma y el contenido, porque el cómo se predica es, en gran parte, el qué se predica. Coloca a las personas de las comunidades como el punto de partida de la teoría homilética, defendiendo enfáticamente que ellas tienen el derecho democrático de participar durante el desarrollo del sermón y no solamente a “ser servidas”. Detrás está la convicción de que la prédica, siendo comunicación oral, pertenece a todas las personas que la escuchan.

Hemos de aclarar que las propuestas de Craddock fueron novedosas en Norteamérica, aunque no en América Latina y el Caribe. En ese tiempo ya se estaban consolidando las Comunidades Eclesiales de Base y la lectura popular de la Biblia.

Homilética y tecnologías digitales y virtuales

No debemos dejar de lado la irrupción inesperada de la comunicación virtual obligada en 2020 debido a la pandemia global del Covid-19. La crisis pandémica levantó grandes desafíos para las actividades generales de las iglesias, especialmente para las enseñanzas, cultos, y sermones en línea que buscaban llevar consuelo y esperanza. Reinaba la incertidumbre y la desesperanza ante los miles de muertos que hubo en nuestras propias comunidades, ante la pobreza ascendente, ante un poderoso virus desconocido, ante las pérdidas de trabajo, y ante la creciente violencia en los hogares encerrados debido al confinamiento obligatorio. Fue un tiempo para reflexionar sobre los mensajes proféticos y esperanzadores y sobre cuál es la opción preferencial en momentos de pandemia.

Había poca o ninguna experiencia sobre cómo hablar ante una cámara, ante una pantalla de computadora, cómo hablar a través de las redes sociales, a través de Zoom o Google Meet, cómo comunicarnos también a través de conversaciones por WhatsApp, y otras plataformas. Es digno de reconocer a las juventudes de las iglesias que, conociendo mucho mejor las tecnologías digitales de comunicación, muchas veces orientaron y educaron a las personas adultas a desenvolverse en este aspecto. No podemos dejar de mencionar la gran brecha tecnológica que dejó a muchas personas completamente aisladas de las liturgias de sus comunidades de fe a causa de falta de recursos o de accesibilidad a las redes de internet.

Uno de los grandes desafíos fue cómo hacer que una predicación virtual no sonará de la misma forma a una predicación de manera presencial porque, claro, es la primera intención o el primer ejercicio que hicimos todas las iglesias cuando nos dimos cuenta de que estábamos en la pandemia y que todo iba a ser a través del Zoom, Google Meet, o cualquier otra plataforma existente, es que simplemente insertamos el modelo presencial a lo virtual y así no funciona.  Nos dimos cuenta que no podríamos hacer predicaciones de media hora, 20 minutos, porque simplemente esta palabra no estaba llegando. Como pastoras y pastores todo se nos volvió muy difícil y fuimos aprendiendo y evolucionando nuestra manera de predicar un poco en la práctica. 

En su presentación, Ángel Román preguntó: “¿Estamos preparando a las futuras predicadoras y predicadores para que hagan uso responsable de las nuevas tecnologías de comunicación y para que no caigan en el consumismo de la tecnología?”. En consecuencia, estas nuevas metodologías de comunicación deberían considerarse en nuestros análisis críticos en aula y deberían ser parte de los programas de formación en homilética para las nuevas generaciones.

En tiempos de mensajes cortos, el estilo tradicional queda desfasado. Se percibe que las familias protestantes parecen leer menos la Biblia, tal vez pensando: “este es un libro más entre tantos otros”, pero para los grupos carismáticos no es así. La preparación de sermones bíblicos y exegéticos debe cubrir la necesidad de conocer y estudiar la Palabra, habiendo necesidad de recurrir más a la narrativa de la Biblia como experiencia personal. Se hace vital saber que lo fundamental en una predicación son los efectos de su en las personas, pero, ¿Cómo hacemos procesos pedagógicos que permitan a la vez compartir la experiencia y el conocimiento? En el contexto de la formación académica y teológica es necesario que se entienda que la herramienta pertinente no es, necesariamente, un requisito formal, sino que la espiritualidad también es propicia en la academia.

Para finalizar el segundo encuentro de la mesa de trabajo, el grupo recomendó dos documentos que pueden servir de base para seguir con las reflexiones temáticas que se abordaron esta semana. Estos documentos son de Luiz Carlos Ramos: A pregação na idade mídia y “¡Luces, cámara, predicación!”.[7] Este último trata sobre el tránsito de los mensajes al modo virtual.

En camino hacia el futuro de la Homilética

En el tercer encuentro de la mesa de trabajo se hace un recuento de lo discutido en los encuentros anteriores y se proponen sugerencias de producción.

Recuento

·     La tradición homilética heredada (principalmente mediante la academia) se ha ocupado prioritariamente de aspectos técnicos enfocados a persuadir, convencer, y provocar cambios de conducta. Necesitamos destacar otros aspectos, como los métodos de interpretación de los textos bíblicos y el énfasis teológico de la predicación.

·     Necesitamos mensajes que promuevan esperanza, solidaridad, diálogo, y reconciliación. Hay que conocer, retomar, y prestar mayor atención a los aportes realizados últimamente desde nuestra región y hacer un análisis crítico de las propuestas curriculares.

·     Las comunidades de fe necesitan escuchar el mensaje de la Palabra de Dios. Trabajar con la Biblia no implica que no hay nada que cambiar o que proponer. Siempre hay algo nuevo que decir cada vez que nos acercamos a la Biblia desde nuestras experiencias, desde realidades dinámicas y cambiantes. Es necesario acercarnos a la Biblia con libertad, y eso puede hacerse cuando hay un trabajo previo de lectura crítica y liberadora del texto bíblico, como ha sido la práctica de la teología feminista con la hermenéutica de la sospecha.

·     Preocupa la poca preparación metodológica de quienes predican: la predicación no aterriza en términos de conclusiones prácticas y precisas. Esta necesita ser un tejido donde los contenidos se vayan entrelazando para dejar al final un mensaje claro. Usar el círculo hermenéutico como método ha dado buen resultado. Es un método que dignifica a las personas, no las saca de sus contextos ya que la predicación dialoga con la vida y la Biblia.

Desafíos

·     Hemos de realizar una lectura crítica de la herencia homilética. Deconstruir modelos conversionistas y evangelísticos. No aceptamos aquellas prácticas que han enfatizado la persona del predicador, su carisma, y su elocuencia en una comunicación unidireccional. Necesitamos potenciar modelos más narrativos, inductivos, participativos, y dialógicos en la predicación. La predicación es un evento comunitario desde su elaboración hasta su ejecución.

·     Es crucial ofrecer un espacio de reflexión sobre el arte de la homilética desde otra mirada a la entrega de información. Dentro de todo lo conversado, siempre quedamos en deuda con el corazón (la responsabilidad de compartir la palabra de Dios y su significado profundo). En todas las formas y estrategias debe buscarse la forma inteligente y apropiada para enfatizar en esto.

·     Es importante criticar los modelos donde la predicación trata de hablar de temas que las personas quieren oír. La predicación más bien está llamada a ser una palabra que incomoda, que desafía, que moviliza a la acción responsable. Necesitamos un equilibrio que no descuide las expectativas de quienes participan en el proceso homilético y que no oculte el mensaje del evangelio, la gracia de Dios en Cristo.

·     Debemos enfatizar el diálogo con otras disciplinas. También con otros saberes humanos, con las experiencias de vida de las personas en nuestras comunidades, con las identidades culturales. Hemos de construir otros modos de proclamación. Los materiales académicos elaborados en América Latina en las últimas décadas en torno a la homilética muestran mayor preocupación por este diálogo cultural y por la necesidad de contextualizar la predicación.

·     Además, es necesario fortalecer las capacidades docentes en nuestra región, propiciando espacios de encuentro para realizar una revisión curricular, estudiar las producciones académicas autóctonas, potenciar otras nuevas, y explorar los recursos y las capacidades de las cuales la predicación necesita nutrirse para ser efectiva y pertinente en los entornos virtuales.

·     Hay que reducir la carga academicista en nuestros sermones y apelar más a un lenguaje sencillo, simbólico, cotidiano, afectivo, narrativo, testimonial, para conectar mejor con las vivencias y necesidades de las comunidades. En ese sentido, las tradiciones pentecostales tienen mucho que enseñarnos. También urge recuperar la práctica de los profetas y de Jesús en la proclamación de la Palabra según el testimonio bíblico.

·     Desde la predicación hemos de reflejar la práctica pastoral de la iglesia al tiempo que informarla y orientarla. No podemos tener una práctica de solidaridad, servicio y compromiso social, por un lado, y un discurso racionalista y abstracto, por el otro. La predicación refleja la iglesia que somos y apunta hacia la iglesia que queremos ser.

·     Hemos de diferenciar dos ámbitos cuando hablamos de la predicación: en el culto comunitario y en la experiencia docente formando a personas predicadoras. La enseñanza de la homilética debe dialogar con y responder a la diversidad religiosa y cultural del estudiantado.

·     Debemos abordar el tema de las finalidades, las motivaciones, y los métodos en la predicación; volver a cuestionarnos qué es predicar, para qué lo hacemos, y cómo evaluar el resultado de una predicación.

·     Hay que implementar análisis que integren la predicación y la liturgia, la primera como elemento de la segunda. Esto es importante para la planificación litúrgica. La definición del tema principal o mensaje incide en la preparación de los momentos del culto y facilita la coherencia entre ellos

·     Es importante complementar el uso del Calendario Litúrgico con series de sermones o predicaciones más atentas al contexto y los temas del momento. Aun cuando parte del calendario litúrgico, se debe ser contextual y responder a la vida.

·     La teología práctica debe acompañar, ser familiar, contextual, alcanzar al pueblo, provocar encuentros y transformaciones, y hacerse en comunidad. Aplicar eso a la predicación, al lenguaje que usamos, y al modo en que el sermón es en sí mismo una acción pastoral que responde a las necesidades humanas. Hay que ver los vínculos entre predicación y espiritualidad, el modo en que el sermón puede re-encantar (pues no todo es intelectualidad).

Sugerencias de producción

·     Cuadernos de Recursos Homiléticos. Materiales breves y atractivos que aborden diversas temáticas sobre la predicación cristiana en la actualidad. Pueden combinar una sección de trasfondo teológico y pastoral (como soporte a los temas) con otra más enfocada en experiencias y sugerencias prácticas de utilidad para el ejercicio de la predicación y la vida de las iglesias.

·     Público meta: predicadores y predicadoras laicos. Esto debido a la creciente participación de personas laicas en el ministerio de la proclamación de la Palabra de Dios. Conviene que respondan a comunidades de tradición más oral, menos estructurada.

·     Pueden organizarse a partir de una serie de temas de actualidad y no tanto desde la propia disciplina de la exposición bíblica, por ejemplo: medio ambiente, violencia de género, cultura de paz, etc.

·     Temas propuestos: predicación y cultura virtual, predicación en tiempos de pandemia y postpandemia, el vínculo entre la exégesis y la vida, predicación y misión de la iglesia, predicación dialogada, planificación de la predicación, predicación y lenguaje estético, predicación y ámbitos públicos, arte y predicación, y predicación y medios virtuales.

·     Posibles temas para insumos más académicos (revistas, libros): relación entre la Teología de la Palabra y la Teología de los Símbolos; la predicación narrativa; género, predicación y lectura liberadora de la Biblia; la predicación como práctica de la autoridad comunitaria; el “para qué” y el “para quién” de la predicación, finalidades y métodos; el aporte de las ciencias sociales a la predicación; predicación y hermenéuticas; predicación y sujetos; y predicación y liturgia.

·     Proponemos fomentar encuentros anuales de docentes en el área de la homilética para la evaluación, revisión y actualización teológico-pastoral, así como fortalecer capacidades pedagógicas y metodológicas.

·     Es valioso aportar bibliografías comentadas que ofrezcan recursos académicos para la homilética. Debemos establecer algunos criterios para la selección de los textos.

·     Revisar el Leccionario Común y sugerir recursos que ofrezcan nuevas lecturas de los textos bíblicos del Leccionario que nos ayuden a explorar la creatividad para predicar. Para ello sería necesario contar con un equipo de colaboradores. Recursos como los Estudios Exegéticos-Homiléticos (ISEDET) y Proclamar Liberación (EST, Brasil) pueden ser recuperados y aprovechados.

·     Mantener el trabajo de la Mesa de homilética como un espacio con vida propia, un foro para la reflexión, el intercambio de recursos, la programación de actividades entre otras iniciativas. El concepto de “Mesa” libre de plantear, revisar, mejorar, programar actividades, es un concepto litúrgico muy bonito, al que toda persona está invitada. Los encuentros podrían ser mensuales, comenzando con una reflexión-predicación orientada al tema del mes y con metodologías diferentes. La metáfora: “conexión entre el cielo y la tierra”, respecto a la predicación apunta a que la enseñanza debe ser eso. Una mesa, taller, o laboratorio rompe el esquema del “intocable”.

·     La credibilidad de la gente se logra cuando se admite la necesidad de mejorar. Fortalece el liderazgo al mostrar la humanidad de la persona.

·     El encuentro de docentes de homilética puede ser una de las acciones promovidas por la Mesa. El trabajo de la Mesa puede tener el apoyo tecnológico de plataformas virtuales para la divulgación de su trabajo. Se facilitaría un hosting para la publicidad del trabajo o distintas posibilidades. Una plataforma de encuentro que pueda transmitir mediante Whatsapp u otros medios.

Observaciones

·     Los temas sugeridos tanto para Cuadernos como para libros o revistas pueden intercambiarse. La diferencia está en el modo de abordaje y la profundización teórica empleada.

·     Las propuestas de la mesa de trabajo deben ser realizables y requieren del compromiso de quienes participaron.

·     Se decidió nombrar a los representantes de la mesa como “El equipo triple A”: Amós López, Anita Lang y Ángela Trejo Haager, con la colaboración de Ángel Román.

Estrategias de seguimiento

·     Se sugiere la creación de un grupo de WhatsApp de la mesa, para colocar recursos y textos y que en ese grupo se hagan propuestas de encuentros futuros. Que quede como plataforma de contacto. También para aportar sugerencias sobre recursos para compartir. Construir un foro más allá de la consulta, como un espacio de interacción permanente.

·     Se consulta sobre el formato en el cual recoger las reflexiones: si mediante la elaboración de libros sobre el tema o de otra manera.

·     Se consulta igualmente sobre estrategias de seguimiento.

Bibliografía sugerida

La siguiente bibliografía está conformada por artículos académicos publicados en diferentes editoriales sobre el tema de la Homilética. Algunos de esos artículos se citaron en el presente documento, ya que fueron tema de reflexión en la mesa de trabajo:

Batista de Souza, Mauro. “La nueva homilética en América Latina: los oyentes de como punto de partida”. En Teología Práctica en el contexto de América Latina, editado por Christoph Schneider-Harpprecht y Roberto E. Zwetsch, 3a ed., 161–82. Quito, Ecuador: CLAI, 2011.

Castro, Emilio. Las preguntas de Dios: la predicación evangélica en América Latina. Buenos Aires: Kairos, 2004.

Costas, Orlando. Comunicación por medio de la predicación. Manual de Homilética. Miami: Editorial Caribe, 1989.

Ham-Stanard, Carlos Emilio. El trípode homilético: una guía para predicadores laicos. Quito, Ecuador: Consejo Latinoamericano de Iglesias, CLAI, 2003.

López Rubio, Amós, ed. Y el verbo se hizo carne: desafíos actuales a la predicación evangélica en la América Latina. La Habana, Cuba: Editorial Caminos, 2010.

Ramos, Luiz Carlos. A pregação na idade mídia: os desafios da sociedade do espetáculo para a prática homilética contemporânea. 2a ed. Sao Bernardo do Campo: Editeo, 2016.

______. “¡Luces, cámara, predicación! Principios, medios y fines de la homilética espectacular”. El Cristianismo 2, no 1 (2014): 9–10.

La siguiente bibliografía está conformada por artículos académicos publicados por la Universidad Bíblica Latinoamericana en el contexto de la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña relacionados con los temas de la mesa Homilética:

Álvarez, Manuel Ortega. “‘A Dios nadie le vio jamás’: Espiritualidad y teología negativa en el contexto actual”. Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 99–112. https://revistas.ubl.ac.cr/index.php/tpl/article/view/216.

Fonseca Rivera, Nidia V. “Teología Práctica: ¿Qué metodología se transita desde la visión epistemológica latinoamericana y caribeña?” Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 113–22. https://revistas.ubl.ac.cr/index.php/tpl/article/view/217.

Hoffmann, Martin. “Fuentes de la Teología Práctica: Escritura, tradición, experiencia y praxis”. En Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, editado por Angel Eduardo Román-López Dollinger, 105–32. San José, Costa Rica: SEBILA, 2022.

López, Amós. “La predicación cristiana como despliegue de un mundo nuevo que posibilita un nuevo ser. Diálogo con Paul Ricoeur”. En Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, editado por Angel Eduardo Román-López Dollinger, 239–59. San José, Costa Rica: SEBILA, 2022.

Michelin Salomon, Álvaro. “Bases bíblicas para una teología de la homilética latinoamericana”. En Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, editado por Angel Eduardo Román-López Dollinger, 213–38. San José, Costa Rica: SEBILA, 2022.

Ortega Álvarez, Manuel. “Epistemología teológica y límites del conocimiento”: Vida y Pensamiento 40, no 1 (13 de agosto de 2020): 123–38. http://revistas.ubl.ac.cr/index.php/vyp/article/view/89.

Pérez Espino, Moisés. “Lxs otrxs son familia. Migración y refugio como desafíos para el quehacer teológico latinoamericano”. En Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, editado por Angel Eduardo Román-López Dollinger, 373–90. San José, Costa Rica: SEBILA, 2022.

Román-López Dollinger, Angel Eduardo. “La teología práctica como constructo histórico: Hacia una teología práctica con identidad latinoamericana y caribeña”. Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 51–68. https://revistas.ubl.ac.cr/index.php/tpl/article/view/214.

______. “Situación de pandemia en tiempos de neoliberalismo: Desafíos actuales para la teología práctica”. Teología Práctica Latinoamericana 1, no 1 (22 de febrero de 2021): 39–60. https://revistas.ubl.ac.cr/index.php/tpl/article/view/163.

Zwetsch, Roberto E. “Teología Práctica desde una perspectiva latinoamericana y caribeña”. Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 69–98. https://revistas.ubl.ac.cr/index.php/tpl/article/view/215.

Sobre las personas responsables del artículo

Amós López Rubio: Docente y pastor cubano. Coordinador de la mesa de trabajo Homilética en la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña.

Correo: lopez.amos70@gmail.com

Angel Eduardo Román-López Dollinger: Docente de la Universidad Bíblica Latinoamericana. Coordinador de la mesa de trabajo Homilética en la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña.

Correo: a.roman@ubl.ac.cr

Marcial Mora: Estudiante de la Universidad Bíblica Latinoamericana. Responsable de elaborar los apuntes de la mesa de trabajo Homilética durante la Consulta de Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña.

Correo: dionisiocristiano@gmail.com

Artículo aprobado el 25 de octubre 2023

Artículo recibido el 18 de septiembre de 2023



[1]           Este documento fue revisado y editado por Sara Baltodano Arróliga, ex-docente de la Universidad Bíblica Latinoamericana.

[2]           “La teología práctica como constructo histórico: Hacia una teología práctica con identidad latinoamericana y caribeña”, Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 51–68.

[3]           “Teología Práctica desde una perspectiva latinoamericana y caribeña”, Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 69–98.

[4]           “‘A Dios nadie le vio jamás’: Espiritualidad y teología negativa en el contexto actual”, Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 99–112.

[5]           “Teología Práctica: ¿Qué metodología se transita desde la visión epistemológica latinoamericana y caribeña?”, Teología Práctica Latinoamericana 1, no 2 (26 de julio de 2021): 113–22.

[6]           Mauro Batista de Souza, “La nueva homilética en América Latina: los oyentes de como punto de partida”, en Teología Práctica en el contexto de América Latina, ed. Christoph Schneider-Harpprecht y Roberto E. Zwetsch, 3a ed. (Quito, Ecuador: CLAI, 2011), 161–82.

[7]           A pregação na idade mídia: os desafios da sociedade do espetáculo para a prática homilética contemporânea, 2a ed. (Sao Bernardo do Campo: Editeo, 2016); “¡Luces, cámara, predicación! Principios, medios y fines de la homilética espectacular”, El Cristianismo 2, no 1 (2014): 9–10.