Angel Eduardo Román-López Dollinger

La educación teológica como instrumento de transformación social

Apuntes sobre el modelo educativo de la Universidad Bíblica Latinoamericana

Resumen

En el presente artículo se presentan algunas reflexiones generales sobre la función social y política de la educación teológica que ofrece la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL) en el contexto de América Latina y El Caribe. El objetivo del artículo es analizar hasta qué punto el modelo educativo de la UBL se constituye en un instrumento de transformación social. Para lograr tal objetivo, el artículo presenta un panorama general de la educación teológica superior y algunas características del modelo educativo de la UBL, entre las que destacan: el pensamiento académico crítico, el cambio de perspectiva metodológica, las rupturas epistemológicas en el campo del conocimiento teológico y los enfoques pedagógicos que fundamentan ese modelo. Asimismo, se hace un breve análisis del impacto sociopolítico de ese modelo educativo en los diferentes contextos de las personas que han estudiado en la UBL. La mayor parte del análisis de las categorías que aborda este artículo tienen como base dos investigaciones realizadas por el Centro de Investigación de la UBL.

Palabras clave: Universidad Bíblica Latinoamericana, modelo educativo, educación teológica superior, transformación social, impacto sociopolítico.

Angel Eduardo Román-López Dollinger

Theological education as an instrument of social transformation

Notes on the educational model of the Latin American Biblical University

Summary

This article presents some general reflections on the social and political function of the theological education offered by the Latin American Biblical University (UBL) in the context of Latin America and the Caribbean. The aim of the article is to analyze to what extent the educational model of the UBL constitutes an instrument of social transformation. To achieve this objective, the article presents a general overview of higher theological education and some characteristics of the UBL educational model, among which the following stand out: critical academic thinking, the change of methodological perspective, the epistemological ruptures in the field of theological knowledge and the pedagogical approaches that underpin this model. Likewise, a brief analysis is made of the socio-political impact of this educational model in the different contexts of the people who have studied at the UBL. Most of the analysis of the categories addressed in this article are based on two research studies carried out by the UBL Research Center.

Keywords: Latin American Biblical University, educational model, higher theological education, social transformation, socio-political impact.

Angel Eduardo Román-López Dollinger

La educación teológica como instrumento de transformación social

Apuntes sobre el modelo educativo de la Universidad Bíblica Latinoamericana

Las instituciones de educación superior se encuentran en un momento clave de la historia de la educación, pues el mundo está experimentando cambios de paradigmas, tanto en la forma de gestionar el conocimiento, como en la forma de evaluar el impacto social que las organizaciones o instituciones educativas realizan. En este contexto de cambios dinámicos y constantes, surge la pregunta sobre cuál es la responsabilidad social que las instituciones de educación superior deben asumir en sus programas de estudio.

Ahora bien, generalmente, cuando se habla de responsabilidad social se tiende a relacionar esa responsabilidad con el efecto que tiene la educación superior en la sociedad. Aunque esa forma de percibir la responsabilidad social de la educación superior describe una parte importante de esa responsabilidad, no refleja su complejidad. Por eso es importante tener claro que la responsabilidad social universitaria debe constituirse en una política, una filosofía y, a la vez, una forma de actuar en la gestión universitaria, donde se asume un compromiso social integral y que, por ello, debe analizarse, en primer lugar, desde las funciones propias de la institución, tanto las administrativas como las docentes.[1]

Ahora bien, desde la perspectiva de la educación teológica superior y, específicamente de la que ofrece el modelo educativo de la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL), es importante que, al gestionar el impacto de la formación teológica, se tomen en cuenta los diferentes tipos de impactos que tiene la institución. Uno de ellos es el impacto en el funcionamiento organizacional propio, es decir, en qué medida genera bienestar en su personal (administrativo y docente), en las personas estudiantes y en el medio ambiente. Otro tipo de impacto se da en el plano educativo, es decir en el impacto educativo directo en estudiantes y profesionales, tanto desde la perspectiva ética del comportamiento profesional, como desde la eficiencia con la que ejercen las funciones prácticas de su profesión.

Sin embargo, los impactos no se quedan solo al nivel administrativo y profesional, sino abarcan la producción de conocimiento científico, es decir, su impacto cognitivo y epistemológico. Este aspecto se caracteriza por la capacidad institucional de vincular los avances tecnológicos y las capacidades de investigación, con los discursos académicos. Por último, se encuentran los impactos propiamente sociales, los cuales no se pueden evaluar en el momento de graduar profesionales, sino se evidencian en la acción transformadora que realizan las personas profesionales o personas con liderazgo formadas en la institución.

Sobre la base de estas premisas relacionadas con la responsabilidad social de la educación teológica superior, en el presente artículo se hace una reflexión sobre el impacto sociopolítico del modelo educativo de la UBL. Esta reflexión se fundamenta en diferentes argumentaciones teóricas y, sobre todo, en la información empírica que fue obtenida a partir de los resultados de una investigación realizada por el Centro de Investigación de la UBL durante los años 2018 y 2020.[2] La información proporcionada por esa investigación se complementó con los datos obtenidos de un estudio de casos múltiples, también realizado por el Centro de Investigación durante los años 2021 y 2023.[3]

Panorama general de la educación teológica superior

Una característica común de las instituciones de educación teológica superior en América Latina y El Caribe es la dificultad que tienen para vincular asertivamente los procesos de formación académica con los múltiples desafíos de la realidad social. Esta dificultad afecta a toda la educación superior y sus instituciones, pero en instituciones teológicas se agudiza porque, además de los conflictos estructurales propios de los procesos de enseñanza-aprendizaje, tiene que enfrentar obstáculos inherentes a su campo de estudio.

Uno de esos obstáculos se encuentra en la necesidad de validar el estatus científico de la teología, en un contexto donde se considera que el conocimiento científico es antagónico a la fe cristiana o viceversa. Este conflicto provoca que los sectores cristianos muy conservadores, así como los círculos académicos excesivamente racionales, no confíen en la educación teológica, ya sea porque no se vincula a la experiencia de fe de sus comunidades, o porque no responde a los criterios o dogmas de racionalidad académicos que exige un gremio de profesionales.[4] Otro obstáculo se encuentra en los efectos históricos, sociopolíticos y culturales que provocó la presencia y expansión del cristianismo en América Latina y El Caribe. Esto ha generado percepciones opuestas sobre el papel de la educación teológica en la sociedad. Además, es muy difícil promover una educación teológica superior comprometida socialmente en un contexto donde prevalecen expresiones cristianas que buscan formarse teológicamente, pero con intereses variados y no siempre vinculados a la responsabilidad social.

Junto a los obstáculos anteriores, hay que agregar la actual coyuntura política regional, en la cual hay una fuerte presencia social y política de sectores cristianos conservadores. Por ello, en varios países de América Latina y El Caribe, se experimenta una política local cada vez más influenciada por algunas corrientes religiosas, así como corrientes religiosas que gradualmente adquieren mayor poder político y económico.[5] La fuerte influencia que los grupos religiosos conservadores tienen en la opinión pública obedece, básicamente, a las características religiosas de América Latina y El Caribe, donde un alto porcentaje de la población se define a sí misma como cristiana.[6] Por esa razón, no es de extrañar que los discursos políticos con argumentaciones religiosas tienen un fuerte impacto en las decisiones que las personas toman sobre la vida social y política de sus contextos. Bajo estas condiciones, la pregunta sobre el papel de la religión y, sobre todo de la educación teológica, en la dinámica social no solo es pertinente, sino necesaria.

En este contexto, se evidencian dos perspectivas diferentes en la forma de comprender la función social de la educación teológica superior. Por un lado, el enfoque educativo orientado a fortalecer discursos teológicos que influencian la opinión pública. Perspectiva que proviene básicamente de sectores religiosos que cuentan con recursos suficientes para incidir en las masas sociales a través de la inversión económica en proyectos de comunicación masiva y en programas educativos que promueven sus proyectos políticos. Por otro lado, se encuentra la perspectiva de las instituciones que ofrecen programas de educación teológica superior orientados a fortalecer los procesos de incidencia social que emprenden iglesias, organizaciones basadas en la fe, organizaciones sociales y otros grupos sociales que comprenden la relevancia política que tiene la religión en América Latina y El Caribe.

Sin embargo, es común que estas instituciones tengan dificultades para ser un contrapeso considerable a la propuesta conservadora, pues generalmente no cuentan con recursos suficientes para competir con esos modelos educativos y, por ello, dependen del apoyo de organizaciones internacionales o de iglesias abiertas a invertir en este tipo de programas educativos. Esta situación es más compleja cuando se toma en cuenta que las políticas internacionales de desarrollo humano sostenible no consideran la religión –ni mucho menos la educación teológica– como una variable en la que se pueda o deba invertir.[7]

Junto a la falta de apoyo internacional y la dificultad de validar su relevancia en el sector público y privado de los Estados, los programas de educación teológica superior comprometidos con procesos de incidencia social, generalmente no cuentan con instrumentos apropiados para evaluar el impacto de su propuesta académica. Además, cuando se tienen condiciones para evaluar el impacto de un proyecto o programa, es común que se empleen solamente los modelos o instrumentos cuantitativos tradicionales, lo cual deja de lado los factores subjetivos (cualitativos) de la realidad social y que son en los que más influencia tiene la educación teológica. La relevancia de estos factores radica en la capacidad que tienen para potenciar o frenar la participación de las personas en proyectos o procesos de incidencia social.

Por último, es importante resaltar la dificultad que genera en las instituciones teológicas y en sus estudiantes, la necesidad de innovarse constantemente para adaptarse y hacer frente a los desafíos de la era digital, donde la virtualidad y la inteligencia artificial (AI) demandan nuevas estrategias pedagógicas y didácticas. Esta situación es más complicada en instituciones como la UBL, donde sus estudiantes provienen de sectores sociales diversos, algunos de los cuales no tienen acceso o los conocimientos que requiere la tecnología digital, para incorporarse apropiadamente a la educación en línea. En todo caso, la propagación del internet ha generado cambios considerables en las áreas culturales, sociales, políticas, económicas y educativas en todo el mundo.

Un efecto de este fenómeno es que, actualmente, la educación virtual está desplazando el modelo tradicional de cursos presenciales en aula. Estos cambios requieren no solo adaptarse técnica, pedagógica y didácticamente a las nuevas tecnologías digitales y virtuales, sino también exigen implementar políticas institucionales que ofrezcan niveles académicos de calidad y garanticen el reconocimiento de los diplomas o títulos que ofrecen.

En medio de este contexto sumamente diverso se encuentra la propuesta educativa de la Universidad Bíblica Latinoamericana, cuya experiencia le ha enseñado a adaptarse a los cambios y desafíos de las diferentes coyunturas que ha tenido que enfrentar, sin perder la identidad cristiana y el enfoque teológico que le ha caracterizado durante toda su historia.

La UBL en el contexto de la educación teológica

La Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL) es una institución ecuménica de educación teológica superior. Se fundó en el año 1922 como “Escuela Bíblica de Capacitación para Mujeres en Costa Rica. Al año siguiente, con la incorporación de 10 estudiantes nace el Instituto Bíblico de Costa Rica”.[8] En 1941 el instituto tomó el nombre de Seminario Bíblico Latinoamericano (SBL). En el año 1997 alcanzó el estatus de universidad privada, con el nombre que tiene actualmente. En la década de 1940, el SBL inició un proyecto de estudios por correspondencia, el que luego, en la década de 1970, se convirtió en un programa formal de educación a distancia. En la década de 1990, el programa se diversificó y combinó la modalidad a distancia con estudios en residencia.[9] Actualmente, la UBL ofrece programas de educación universitaria, pastoral y continua para capacitar personas con liderazgo eclesial y comunitario, así como profesionales que se interesan en la educación teológica. Además de estudios en residencia (presenciales), la UBL ofrece educación a distancia virtual para estudiantes de diferentes contextos de América Latina y El Caribe.

El objetivo educativo de la UBL es formar personas comprometidas con la transformación de las iglesias y la sociedad, para lo cual cuenta con un programa de formación bíblica, teológica y pastoral vinculada a las realidades socio-religiosas de sus estudiantes. A través de este tipo de educación superior, la UBL busca consolidar relaciones interconfesionales e interculturales, con el fin de construir conocimientos y saberes colectivos que permitan enfrentar las necesidades y desafíos socio-políticos actuales de las iglesias y sociedades latinoamericanas y caribeñas.

Frente a los desafíos actuales de la educación superior, la UBL comprende que es necesario que la interacción educativa y los contenidos académicos de la formación teológica cumplan con los siguientes objetivos: (1) ser relevantes académicamente para las personas que se forman, (2) responder asertivamente a las realidades socio-religiosas y culturales de esas personas y (3) tener la capacidad de promover un pensamiento académico crítico y políticamente comprometido con los cambios sociales, pero sin perder la identidad cristiana.

Bajo estas condiciones, lograr que la educación teológica que ofrece la UBL sea una alternativa y una respuesta efectiva para las diversas realidades sociales de América Latina y El Caribe, requiere generar no solo un cambio de pensamiento en las personas que se forman, sino sobre todo una constante ruptura epistemológica en su praxis pedagógica.[10] Esta ruptura implica cambios profundos en los modelos educativos teológicos. Cambios que, por su relevancia social, requieren mucho tiempo, esfuerzo, autocrítica y valor para lograrlos. En este sentido, la investigación y sus herramientas metodológicas, se constituyen en instrumentos apropiados para integrar coherentemente esos cambios en la educación teológica superior.

Para cumplir las exigencias de la formación superior, la UBL cuenta con un programa de educación teológica, bíblica y pastoral, así como con criterios pedagógicos, didácticos y administrativos que le permiten realizar su función académica. Sin embargo, aunque el programa y los criterios de formación teológica de la UBL buscan generar un impacto importante en los procesos de transformación social de América Latina y El Caribe, no se cuenta con suficiente información sistematizada sobre si realmente logra su objetivo y, si lo logra, no se conoce a profundidad qué tipo de impacto provoca, en qué lugar, con qué medios y, sobre todo, cuál es la magnitud del mismo. Lo que sí se puede afirmar es que las personas que se forman o se han formado en la UBL están vinculadas a instituciones eclesiales, centros educativos, movimientos sociales u organizaciones basadas en la fe, y es desde esos espacios donde realizan actividades de incidencia social.

Sobre la base de estas reflexiones, surgen algunas inquietudes relacionadas con el papel de la educación teológica que ofrece la UBL en el contexto sociopolítico latinoamericano y caribeño:

-   ¿Cuál es el impacto sociopolítico de su formación bíblica, teológica y pastoral?

-   ¿Cómo incide esa formación en el compromiso sociopolítico que asumen las personas que estudian o han estudiado en la UBL?

-   ¿En qué procesos o proyectos de incidencia social se verifica el compromiso sociopolítico de esas personas?

-   ¿Cómo visibilizar las experiencias específicas de compromiso sociopolítico que genera la educación teológica superior?

Dichas inquietudes son sumamente importantes para la educación teológica superior, sobre todo cuando pretende constituirse en un instrumento de transformación social orientado a promover y consolidar el desarrollo humano sostenible.

Educación teológica superior y desarrollo humano sostenible

El gran desafío de la educación superior es formar profesionales que impulsen y aseguren el desarrollo humano sostenible de sus países. Esto se logra propiciando capacidades académicas que permitan no solo incidir en procesos de transformación social, sino que puedan propiciar conocimientos académicos, teóricos y prácticos, que reflejen nuevos modelos epistemológicos y metodológicos para enfrentar profesionalmente el mundo actual. Para lograr este objetivo, la educación superior debe conocer claramente el contexto, las características y los intereses de las personas a las que dirige su oferta académica. Esto es relevante, especialmente en contextos como el latinoamericano y caribeño, donde algunas de las instituciones de educación teológica superior, todavía no tienen claro de qué forma su oferta académica contribuye a impulsar el desarrollo social.[11] 

En este contexto, la UBL se ha caracterizado por tener la capacidad de implementar estrategias pedagógicas y curriculares de adaptación institucional, a través de las cuales ha tratado de responder coherentemente a los desafíos sociales de cada época. La aplicación de estas estrategias a nivel institucional se observa en diferentes momentos históricos de la universidad y del Seminario Bíblico Latinoamericano, donde ha quedado claro que el interés institucional por “comprender la importancia y el desafío de los problemas humanos, así como su solidaridad con los movimientos de justicia social, le han impulsado a cuestionar continuamente la finalidad y coherencia de sus propios programas de educación teológica”.[12]

Actualmente, la UBL cuenta con un programa de investigación, a través del cual se han elaborado estudios exploratorios sobre los modelos educativos de la educación superior en el ámbito religioso, así como estudios de caso sobre el impacto social y político de la educación teológica en América Latina y El Caribe. Asimismo. Este programa ha permitido crear semilleros de investigación, donde docentes y estudiantes unen trabajan conjuntamente en estudios de incidencia social, lo cual permite fortalecer sus capacidades profesionales. A través de los semilleros de investigación se ha logrado elaborar materiales didácticos y recursos teóricos para proyectos comunitarios de incidencia social y/o para programas educativos.[13]

El programa de investigación de la UBL también ha elaborado dos investigaciones con trabajo de campo, a través de las cuales logró identificar no solo algunas características del impacto socio-político que genera la educación que ofrece, sino sobre todo la capacidad pastoral que su propuesta educativa tiene para generar, a través de sus estudiantes, procesos de empoderamiento de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y exclusión social.[14] Estas investigaciones proporcionaron información empírica sobre algunas características del modelo educativo de la UBL. La mayor parte de esta información proviene de narraciones y datos proporcionados por estudiantes, ex-estudiantes, docentes y ex-docentes de la UBL. En consecuencia, es una información que pone énfasis en las experiencias prácticas (pastorales) de estas personas y en sus percepciones sobre las implicaciones de la educación teológica de la UBL en su compromiso con proyectos de incidencia social en contextos eclesiales, en movimientos sociales o en organizaciones basadas en la fe.

Modelo educativo de la UBL

Una característica sumamente importante de la formación teológica que ofrece la UBL se encuentra en su modelo educativo. Aunque los elementos de este modelo se pueden analizar desde la malla curricular de la institución, en las siguientes reflexiones se analiza prioritariamente desde las percepciones de las personas que estudian o han estudian en la UBL. Partiendo de esta base, el modelo educativo de la UBL se puede describir a partir de los factores, estrategias y prácticas pedagógicas que intervienen en la educación teológica, bíblica y pastoral que ofrece la institución. Estos factores se incorporan al proceso de enseñanza-aprendizaje como parte de un modelo pedagógico y teológico que busca responder a los desafíos actuales del contexto social y religioso de América Latina y El Caribe. Según las investigaciones realizadas, los elementos que caracterizan el modelo educativo de la UBL y que más influencia tienen en el perfil profesional son los siguientes: pensamiento académico crítico, cambio de perspectiva metodológica y ruptura epistemológica.

Pensamiento académico crítico       

Una característica central del modelo educativo de la UBL es que estimula el pensamiento académico crítico. Para las personas que han estudiado en la institución, el pensamiento académico crítico significa contar con una praxis pastoral que está estrechamente vinculada a sus realidades socioculturales y que se orientada a una transformación emancipadora y liberadora de los pueblos y culturas de América Latina y El Caribe. Ahora bien, como lo revelan algunos documentos elaborados por la UBL, la generación de pensamiento crítico ha sido una práctica intencionada y que ha estado siempre presente en su modelo educativo: “La educación en el horizonte pedagógico de la UBL, lejos de ser vista como una oportunidad para el arribismo profesional, viene a ser una herramienta crítica”.[15] Esta perspectiva también la expresa una persona que hizo sus estudios teológicos en la UBL:

En la UBL propiciaban una teología más crítica y te daban la libertad para leer bibliografía de diferentes autores, no solo teólogos, sino antropólogos, filósofos. Entonces, pude complementar esta visión con esas herramientas que me iban a servir para interpretar la realidad. Lo atractivo de esto era esa teología contextual latinoamericana. Tenía un lenguaje político y con ese lenguaje creaban una realidad, recreaban la realidad, deconstruían la realidad. Por eso me parecía muy importante la UBL, por su formación crítica (Juan José).[16]

Otros aspectos del modelo educativo que fomentan el pensamiento académico crítico se encuentran en la capacidad de la educación teológica de potenciar el diálogo colectivo e interdisciplinario y el encuentro ecuménico e intercultural en los procesos pedagógicos. Esto se constituye en lo que se podría denominar una pedagogía de la fe integral y holística, en cuanto integra al estudio teológico (bíblico y pastoral) los conocimientos teóricos, prácticos y metodológicos que ofrecen otras disciplinas, por ejemplo, la antropología, sociología, filosofía, literatura y la estética. De hecho, la integración de diferentes disciplinas en la educación teológica, es una estrategia que caracteriza a la UBL desde hace varias décadas, con la cual ha intentado responder a los desafíos coyunturales del contexto latinoamericano:

La educación teológica que ofrece la UBL es expresamente interdisciplinaria. La importancia que se le da al contexto social latinoamericano, que afecta en una u otra dirección el ministerio de las iglesias, permite que las temáticas bíblicas, teológicas y pastorales reciban el insumo de las ciencias sociales.[17]

Para las personas egresadas de la UBL, la integración de esas disciplinas hace posible reflexionar críticamente sobre los propios conceptos teológicos adquiridos: “Para mí ha sido una experiencia muy interesante, porque me ha servido para conocer nuevas perspectivas, especialmente desde las diferentes áreas de las ciencias sociales” (Alfredo).

Asimismo, la teología que se estudia en la UBL se constituye para las personas estudiantes en una herramienta pertinente para la interpretación de la realidad social, ya que contribuye a crear un lenguaje integral para los conceptos y las categorías sociales. En ese sentido, la importancia del lenguaje teológico radica en el hecho que posibilita complementar la percepción que ya se tiene de la realidad social y aporta una visión crítica frente a las ideologías y modos de vida actuales:

La palabra construye la realidad, porque la realidad como tal no es transparente, la vamos construyendo día a día y la vamos de-construyendo también. Entonces, el lenguaje religioso es complementario a esta construcción y deconstrucción de la realidad que hacemos cotidianamente. Por ejemplo, los estudios teológicos nos ayudaron a preguntarnos por la existencia, por el mal, por los valores, la ética, preguntarnos por la dignidad (Juan José).

La deconstrucción de la realidad, tal y como la trabaja la UBL, es decir, a través de un lenguaje teológico crítico y político, tiene su base en la pedagogía del oprimido que propone Paulo Freire, en la cual:

no se enseña a repetir palabras ni se restringe a desarrollar la capacidad de pensarlas según las exigencias lógicas del discurso abstracto; simplemente coloca al alfabetizando en condiciones de poder replantearse críticamente las palabras de su mundo, para en la oportunidad debida, saber y poder decir su palabra.[18]

El diálogo colectivo e interdisciplinario que se gesta en la institución se constituye en un instrumento contestatario y de lucha, donde la educación fortalece la dimensión crítica de la fe, la cual es capaz de promover acciones orientadas a humanizar procesos sociales y eclesiales: “Los cursos de Biblia me abrieron la mente a un panorama diferente, sobre todo por lo humano que vi en la Biblia” (Irene).

En relación al diálogo ecuménico e intercultural, la UBL ofrece un espacio de encuentro entre diversas tradiciones eclesiales, experiencias de fe y culturas, lo cual se constituye en una posibilidad para el diálogo liberador, creativo, transformador y de resistencia, donde las personas egresadas asumen la responsabilidad de ser gestoras o administradoras de su propia reflexión y producción teológica, bíblica y pastoral:

La UBL me permitió tener la capacidad de elevar la voz, de no repetir reflexiones teológicas de Agustín o Lutero, sino de atreverme a crear una reflexión propia sobre Dios, desde mi realidad y las diversas situaciones de mi contexto. Atreverme a pensar, denunciar, crear (Karina).

Como parte de la experiencia educativa en la universidad, se encuentra la riqueza que alberga la diversidad cultural, la cual ha permitido que las personas que estudian en la institución tengan un aprendizaje integral y transformador: “Venimos de distintas culturas y en la UBL hemos aprendido a negociar, a dialogar y a caminar, porque eso también es parte del aprendizaje, que mi cultura no sea el centro, sino que todos aprendamos de todos” (Rolando).

Asimismo, la identidad cristiana de las personas se enriquece durante el encuentro educativo con otras denominaciones o experiencias de fe, ya que, a pesar de las diferencias teológicas o doctrinales, el diálogo colectivo que se gesta, durante el proceso de construcción de conocimiento crítico, permite reconocer las otras experiencias de fe y, en consecuencia, se reconfigura el encuentro constante con Dios: “ese encuentro con otras denominaciones te enriquece, como algo que te permite abrir tu perspectiva” (Mayra). Esto significa que la experiencia pedagógica en aula (virtual o física) promueve la auto-confrontación con las formas propias de concebir la fe, lo cual es un factor que motiva a ser parte de un proceso constante de deconstrucción y construcción de creencias, formas de pensar y de entender la fe, la iglesia y la vida: “Lo estudiado en la UBL me ha servido contundentemente en estos últimos 10 años. La construcción y deconstrucción del discurso ha sido fundamental para mí y para mi trabajo pastoral” (Dora).

En medio de la diversidad cultural que representan las personas que estudian en la UBL y a través del encuentro dialogante entre esas culturas, se ha generado un espacio rico en experiencias y aprendizajes: “Finalmente, la relación estrecha entre las y los estudiantes de diferentes países, culturas y perspectivas religiosas se transforma en una riqueza que, no pocas veces, se hace parte de nuestras investigaciones y estudios” (Hilda). Este intercambio de experiencias entre las diferentes culturas y formas de vivir y expresar la fe cristiana, no solo se orienta a la formación de pensamiento académico crítico, sino también a la consolidación de un cambio metodológico en la forma de hacer teología, lo cual se consolida durante todo el proceso de formación.

Cambio de perspectiva metodológica

Durante el proceso de formación académica, la UBL promueve en las personas estudiantes un cambio de perspectiva metodológica, el cual les permite, desde la reflexión crítica y hermenéutica, vincular las disciplinas teológica, bíblica y pastoral con su contexto social actual y desde una mirada crítica. Este cambio de perspectiva metodológica, articulado con el entorno de la comunidad eclesial y social, les permite apropiarse de y participar en procesos de transformación social, los que consideran están en consonancia con los valores del Reino de Dios:

Mi experiencia de formativa dentro de la UBL ha sido determinante para ejercer una labor pastoral contrastante con la vena fundamentalista y dogmática que por mucho tiempo ha predominado en nuestra denominación. Recuerdo sufrir, en las aulas y con los materiales de la UBL, aquella ruptura epistemológica que eclipsó el pensamiento positivista tan desvinculado de la realidad. Pero al florecer se convirtió en liberación y redescubrimiento del Cristo que camina entre su pueblo, especialmente el más sufrido de nuestra tierra (Armando).

Para lograr este cambio metodológico o ruptura epistemológica en los procesos de formación, el modelo educativo de la UBL se auxilia sobre todo del método teológico latinoamericano y de diferentes recursos pedagógicos alternativos. El método latinoamericano es el que se conoce como circularidad hermenéutica, cuyas respectivas mediaciones son: socioanalítica, hermenéutica y práctica.[19] Este método permite construir reflexiones teológicas sobre la práctica pastoral, por lo que se constituye en un “espacio de reflexión, de compartir y de iluminación que nos ha permitido ver, juzgar y actuar desde nuestra realidad, para construir el Reino en medio de nuestra realidad adversa” (Gerardo). En consecuencia, el método de la circularidad hermenéutica es un instrumental teórico y analítico que permite comprender e interpretar más eficientemente la realidad latinoamericana.

Junto al método teológico, las estrategias pedagógicas y los recursos didácticos del modelo educativo han sido fundamentales para que las personas estudiantes adquieran una formación sólida, tanto individual como colectiva y donde cada recurso pedagógico está legitimado por su aporte crítico y disciplinario, así como por su impacto social y político.[20] En consecuencia, los recursos bibliográficos, el material didáctico y la práctica pedagógica son fundamentales para que las personas puedan profundizar el análisis sobre temas específicos del quehacer teológico y, por esa razón, son herramientas para hacer más eficiente el trabajo pastoral: “Mi formación en la UBL me sirvió para ejercer el pastorado profesionalmente. Por ejemplo, en la formación de líderes de mi comunidad trabajo con los cursos CEPA[21] (Cuadernos de Educación Pastoral) y con insumos de mi propia experiencia como estudiante” (Saúl).

Otra característica de estos recursos es que permiten que las personas logren definir mejor el problema social o pastoral que quieren abordar en sus trabajos académicos o en sus proyectos pastorales. Estas herramientas les exigen analizar el contexto de forma sistemática y práctica, por ello se constituyen en instrumentos de análisis descolonizadores orientados a la transformación social y eclesial.[22] Como consecuencia de esta transformación, por ejemplo, y tras una reflexión crítica de los propios modelos educativos tradicionales en sus iglesias, las personas que estudian o han estudiado en la UBL se motivan y comprometen a cambiar esos modelos por acercamientos más críticos y dialógicos: “La UBL me ayudó a comprender mejor la realidad social, pues para cambiarla hay que comprenderla. Nos proporcionaron instrumentos para entender el entorno, al otro, a la otra. Eso ayudó a ubicarnos y planear las acciones necesarias” (Rolando).

El proceso de formación y los insumos pedagógicos y teológicos se constituyen en medios que permiten el desarrollo de las capacidades de las personas que estudian teología, a través de apropiarse de un pensamiento crítico y participando responsablemente en procesos de transformación social y eclesial.

Ruptura epistemológica

Otro elemento que refleja la importancia del enfoque pedagógico y teológico del modelo educativo de la UBL es la ruptura epistemológica que las personas logran hacer durante su formación. Esto se logra a través de la implementación de metodológicas exegéticas y hermenéuticas modernas para el análisis de textos bíblicos, así como con las diferentes lecturas teológicas y sociales contextualizadas. Este enfoque promueve una reflexión crítica que potencia el compromiso colectivo y participativo en los procesos de cohesión comunitaria y de transformación que requiere la realidad de los contextos eclesiales y sociales.

Sin embargo, es importante destacar que este impacto social que se busca con la formación teológica, muchas veces no coincide con las expectativas de las personas dirigentes de las iglesias, ya que es común que una persona formada críticamente entre en conflicto con los modelos eclesiales tradicionales de hacer teología, de leer la Biblia y de hacer pastoral, por eso, en algunas ocasiones, quienes dirigen las iglesias tratan de convencer a las personas de no estudiar en la UBL: “Incluso me dijeron que yo iba a perder mi fe en Jesucristo si estudiaba en la UBL. Pero, cuando llegué aquí, vi que la intención era conocer a profundidad los textos y qué relación tienen con nuestros contextos” (Laura). Esta actitud es más complicada cuando las personas concluyen algún nivel académico en la universidad y regresan a sus iglesias con la ilusión de poner en práctica lo aprendido: “Cuando regresé a la iglesia me dijeron que no podía trabajar, porque venía de la UBL y ahí son liberales. Te puedes quedar aquí pero no te podemos dar un lugar dentro del liderazgo” (Jorge).

Las experiencias anteriores reflejan el panorama poco halagador que enfrentan las personas egresadas de la UBL, ya que el estudio teológico crítico y contextual les confrontar con las estructuras de poder de sus iglesias, especialmente en denominaciones conservadoras, y, además, les puede condicionar o cortar completamente su futuro laboral en la iglesia:

La UBL me permitió tener una idea más completa de la visión que uno debe tener acerca de lo que nos enseña Dios. Pero también me hizo tener algunas inconveniencias, porque la forma de ver la realidad, de entender la Biblia desde una perspectiva más integrada con la sociedad y en favor de algunas minorías no es bien visto dentro de las iglesias, especialmente en la mía que es de corte fundamentalista. Eso me costó mi pastorado. Pero, bueno, uno no sirve a una denominación sino a Dios y eso me gratifica (Mariano).

En todo caso, la ruptura epistemológica se logra, básicamente, gracias a la intervención de tres factores metodológicos durante proceso de la formación: una lectura crítica y contextual de la Biblia, una teología vinculada a las diferentes realidades latinoamericanos y una práctica pastoral pertinente. En relación a la lectura crítica y contextual de la Biblia, las personas estudiantes encuentran muy importante el acercamiento social, político y cultural de los textos bíblicos, así como a su contextualización para el tiempo actual. La siguiente secuencia de narraciones reflejan este aspecto:

Descubrí que hay otra manera de leer el texto. Los cursos de Biblia me abrieron la mente a un panorama diferente, sobre todo por lo humano que vi en la Biblia en personajes que creía santos/sagrados y aprender a interpretarlo diferente”. (Gabriela).

Te dan herramientas precisamente para abrirse a ese contexto más social, porque la iglesia está más con ese marco institucional y sus prioridades son las doctrinas. Así pude vincular el estudio bíblico con mi práctica pastoral (Rolando).

Mis estudios bíblicos y teológicos en la UBL me permitieron visibilizar las distintas realidades, grupos sociales, la dimensión de la vida. El respeto a la diversidad, la opción por la vida y la lucha contra las injusticias, son elementos y ejes importantes de la UBL en mi vida (Marcos).

Según las personas que han estudiado en la UBL, la eficacia de la formación teológica radica en la capacidad que tiene para ofrecer una teología y un método teológico vinculado a la realidad social. Dicha teología motiva a las personas a la acción social en clave pastoral y, sobre todo, desde la perspectiva histórica de la teología de la liberación:

Descubrí el texto bíblico como una propuesta de acción. Me sentía tan motivada a cambiar mi contexto, a tomar acciones políticas. A hacer cosas que transformen (Karina).

La teología de la liberación se estudia tanto como historia y como teología clásica de un momento importante de América Latina, como parte de la historia y del pensamiento latinoamericano. Y hay que continuar, en alguna medida, usando su metodología, su sensibilidad social y su sistematicidad (Juan José).

Es importante destacar los aspectos anteriores, sobre todo si se toma en cuenta que las personas que proporcionaron esta información, consideran que los ejes transversales que más influyeron en su formación académica y que les permitió consolidar una teología vinculada a su propia realidad social fueron los siguientes, en el orden de importancia: género (86.2%), ecumenismo (86,0%) interculturalidad, (84,4%), ética (77,8%); medio ambiente (67,8%) y economía solidaria (60,0%).[23]

Otro aspecto significativo vinculado a la ruptura epistemológica que genera el modelo educativo de la UBL se encuentra en el hecho que posibilita el fortalecimiento de una práctica pastoral coherente con los desafíos sociales y religiosos del contexto latinoamericano y caribeño. Las personas que estudian en la institución se identifican con este tipo de pastoral no solo por las reflexiones teóricas o académicas que se hacen durante las clases, sino, sobre todo, porque la misma universidad realiza actividades de acompañamiento pastoral hacia ellas, a través de las personas docentes e, inclusive, desde las instancias administrativas:

Para mí, también ha sido muy importante ver que los profesores me buscan para preguntarme como iba con mi tesis, me motivaban a seguir, para terminar con el proceso. Eso me hizo ver el nivel pastoral de la UBL. Hasta los administrativos me motivaban a terminar y me ayudaban con la información necesaria (Paola).

La UBL también me ha dado herramientas pastorales para poder entender los fenómenos religiosos que a veces no son comprendidos dentro de mi contexto pentecostal. Eso me ayudó no solamente a encontrar posibilidades hermenéuticas, exegéticas o teóricas de comprensión, sino también me ayudó a aterrizar de manera práctica, por ejemplo, para producir materiales didácticos (Manuel).

Estos factores inherentes a la formación teológica de la UBL contribuyen a que las personas estudiantes se identifiquen con la institución y sus ejes transversales. Asimismo, son aspectos que les motiva a adaptarse a las exigencias académicas universitarias. Esto es significativo, especialmente para personas que por cuestiones culturales o por la debilidad de los programas escolares de sus contextos, no cuentan con suficientes herramientas para enfrentar estudios superiores. En ese sentido, el acompañamiento docente es fundamental:

Yo vengo de un sector popular, mis padres no fueron a la escuela, entonces vino, como muchos otros, con muchos complejos de inferioridad en la parte académica. En la universidad pública me habían discriminado y siempre había una jerarquía muy marcada. Y le agradezco a la UBL por la motivación y confianza que me dio, porque eso es muy importante para escribir, para mejorar y para investigar. (Juan José).

Un profesor traducía los textos del inglés al español para usarlos en sus clases y así facilitarnos el aprendizaje. Todos los profesores nos ayudaron a integrarnos, pues como estudiantes a veces era muy complicado, porque venimos de distintas culturas. Pero lo bueno es que por ellos aprendimos a negociar, a dialogar y a caminar, a pesar de todas nuestras diferencias culturales y educativas (Gabriel).

Como se puede apreciar, la formación académica impartida por docentes de la UBL motiva a las personas estudiantes a tener un pensamiento crítico, a pensar profesionalmente desde sus propias realidades y les invita a tener una fe práctica y transformadora.[24] En consecuencia, la ruptura epistemológica que propicia la UBL a través de la formación teológica, no se reduce a cuestiones teóricas o abstractas, sino también incluye aspectos prácticos, los cuales provienen de la experiencia pastoral de estudiantes, docentes y personal administrativo.

Enfoques pedagógicos del modelo educativo de la UBL

El modelo educativo de la UBL se fundamenta en diferentes enfoques pedagógicos, los cuales se han desarrollado y consolidado desde su primera etapa como Instituto Bíblico, hace más de 100 años. Aquí es importante destacar que una de las características de toda institución de educación superior es el enfoque o la combinación de enfoques pedagógicos que utiliza para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se constituya en un instrumentario pertinente para la profesionalización integral de sus estudiantes. La información presentada en los informes finales de las investigaciones realizadas por la UBL, permiten afirmar que, durante la construcción de conocimiento científico y pensamiento crítico, la institución combina los siguientes enfoques pedagógicos: constructivista, pedagogía crítica y conectivismo.

El enfoque constructivista tiene su base en las teorías del conocimiento de John Dewey[25] y Jean Piaget[26]. Estas teorías parten de la idea que el conocimiento se construye tanto de forma integral, afectando la esfera personal y la dimensión comunitaria de las personas que participan en el acto educativo. Por esa razón, según este enfoque, durante el proceso de construcción de conocimiento intervienen de forma dinámica el contexto, la experiencia de vida personal y comunitaria de las personas que forman parte del proceso enseñanza-aprendizaje, es decir, estudiantes y personas facilitadoras (docentes). Además, este enfoque exige una fuerte dosis de responsabilidad, compromiso y un gran sentido de la cooperación.

El enfoque de la pedagogía crítica tiene su base teórica en la propuesta de Paulo Freire[27] y parte de la base que la educación debe cuestionar los modelos educativos de dominación (educación bancaria) y las estructuras sociales y políticas que generan esa dominación, con el fin de convertir el acto educativo en un proceso praxeológico que logre generar una conciencia crítica, tanto en el ámbito científico como en el social. Asimismo, este enfoque enfatiza que la educación es un proceso de liberación y transformación social, especialmente por constituirse en un acto político que impulsa la conciencia crítica y la participación activa de estudiantes y docentes en los procesos de cambio y cohesión social. Para Freire, la educación debe ser un acto de justicia social y, por tanto, no debe quedar indiferente frente a los problemas sociales, políticos, culturales y religiosos que afectan a las personas.

El enfoque conectivista tiene su base teórica principalmente en la propuesta del canadiense George Siemens[28] y se fundamenta en el constructivismo y en la idea que el conocimiento está interconectado en forma de conexiones que llevan y traen conocimiento, por lo que no se pueden concentrar solamente en una persona. Este planteamiento surge como respuesta pedagógica a los desafíos que ha venido representando la era digital, sobre todo desde el inicio del nuevo milenio. Según este enfoque, el conocimiento está compartido y distribuido por medio de redes que se van vinculando entre ellas y generando nuevas redes cada vez más complejas. En consecuencia, se trata de un conocimiento colectivo, compartido, tecnológico y libre. Este tipo de conocimiento se encuentra en diversas fuentes que actúan como base de datos, por ejemplo, páginas web, blogs digitales, redes sociales, plataformas virtuales, sistemas de revistas científicas en línea y otras más. Este tipo de conocimiento se caracteriza por estar en constante transformación y, por ello, la importancia del aprendizaje radica en tener la capacidad de identificar los flujos significativos de información y aplicarlos al conocimiento. Es aquí, precisamente, donde cobra relevancia este enfoque, pues permite que las personas utilicen esa información para tomar decisiones que les permitan enfrentar la realidad actual cambiante y que, por ende, sean decisiones contextualizadas.

Cuando estos enfoques y los diferentes factores del modelo educativo de la UBL se juntan, es cuando se logra un cambio de perspectiva metodológica y, en consecuencia, las personas estudiantes experimentan una ruptura epistemológica que afecta asertivamente su forma de comprender la fe, la Biblia, la teología y el compromiso pastoral. Según las personas que han estudiado en la UBL, esta ruptura es la consecuencia directa del proceso de formación académica que les ofrece su modelo educativo. Esto lo han logrado verificar en sus propios contextos laborales y en las diferentes áreas de su práctica pastoral: iglesias, seminarios, organizaciones sociales, organizaciones basadas en la fe, etc. Es aquí donde han podido aplicar una teología vinculada a sus realidades e implementar una práctica pastoral pertinente. Según estas personas, este es el efecto directo que trae consigo terminar los estudios teológicos en la UBL. Por su parte, el impacto sociopolítico de esa formación es más amplio y se verifica en la participación activa de estas personas en procesos y proyectos de incidencia social. Ese aspecto se aborda con más detalle en la siguiente categoría de análisis: Impacto social del modelo educativo de la UBL.

Impacto sociopolítico del modelo educativo de la UBL

Uno de los objetivos principales del modelo educativo de la UBL es fortalecer las capacidades bíblicas, teológicas y pastorales de sus estudiantes, con el fin que puedan promover y generar cambios sociales desde sus espacios de liderazgo. Esto significa formar un perfil profesional que logre integrar la teoría teológica y la práctica pastoral en una praxis cristiana que tenga un impacto sociopolítico, el cual no solo visibilice la práctica social de la fe cristiana, sino también que potencie un liderazgo religioso socialmente pertinente y que tenga incidencia sociopolítica.

Práctica social de la fe

Según la percepción de las personas que estudiaron en la UBL, el fortalecimiento de la práctica social de la fe que promueve el modelo educativo de la institución ha impactado su vida personal, familiar, eclesial, comunitaria y social. Asimismo, el efecto de sus estudios se ha materializado en el compromiso sociopolítico que asumen frente a los desafíos y necesidades de su contexto. Después de sus estudios, estas personas se sienten motivadas a involucrarse en procesos y proyectos de incidencia social. Esto obedece a que lograron comprender que la práctica de la fe no es más que el compromiso sociopolítico ineludible que toda persona cristiana debe asumir frente a los desafíos pastorales de su contexto local y de toda la sociedad. Este compromiso lo asumen participando en proyectos pastorales, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales (ONGs), organizaciones basadas en la fe (OBFs), colectivos, etc. En estos espacios capacitan personas, acompañan procesos, colaboran en el empoderamiento comunitario, producen materiales didácticos, hacen mediaciones comunitarias, luchan por reivindicar los derechos de las personas más vulnerables y excluidas de la sociedad y promueven el cuidado de la naturaleza:

Gracias a esos estudios, mi esposo y yo mejoramos nuestro trabajo. Hoy estamos comprometidos, a través de una ONG, con temas sociales, económicos y de incidencia pública en una comunidad quechua. Nuestra organización incluye a niños, familias, líderes eclesiales, católicos y evangélicos (Diana).

Yo personalmente trabajo en los municipios de mi provincia en las áreas de desarrollo social con jóvenes, adolescentes, mujeres, personas con capacidades diferentes y el adulto mayor (Mario).

Después de mis estudios comencé a trabajar en una zona marginal de Lima [Perú] en un proyecto social para los adolescentes y niños de ese lugar, que son los más vulnerables frente a la violencia, el consumo de drogas y el alcohol. (Marlon)

En mi trabajo actual es esencial mi formación ecuménica, así como el respeto, la tolerancia y la equidad de género. Mi formación fue en consejería pastoral, con un enfoque sistémico. Actualmente, como psicóloga orientadora, me encargo de capacitar docentes de varias instituciones en temas psicológicos desde una perspectiva cristiana comprometida con la vida (Elvira).

En casi todos los casos las personas consideran que el impacto de la formación adquirida en la UBL se evidencia en los cambios que experimentan a nivel personal, familiar y social, especialmente en temas muy sensibles que se abordan desde la dimensión teológica, bíblica y pastoral, como el caso de las relaciones de género, generacionales, interculturales, interdenominacionales, medioambientales y otras:

La enseñanza sobre el género me ayudó mucho en la pastoral, en el acompañamiento a matrimonios y mujeres con postulados pastorales muy fuertes en su vida. Cambió mi asesoramiento pastoral. Y en mi propio hogar también cambiaron muchas cosas, tomé otros roles, apoyé a mi esposa, ayudé mucho más en la casa, mis hijas también se fortalecieron, fue una revolución, una apertura a ver la vida diferente (Manuel).

La UBL nos permitió ver realidades y actuar en esas realidades, nos permitió salir de solo predicar las emociones a actuar en las situaciones concretas de la vida (Sandra).

Me permitió desarrollar ideas, entender el mundo de la Biblia desde esa clave social y también comprender mejor la realidad desde ese mismo problema, situarme ahí y reconocer que no estoy reflexionando sobre algo inexistente, sino con temáticas que acontecen en diferentes lugares de la realidad (Ramón).

En consecuencia, el modelo educativo de la UBL permite que las personas egresadas de la institución asuman un compromiso social, pastoral y político. Este aspecto se refleja sobre todo en la forma de desarrollar un nuevo liderazgo religioso, el cual consideran socialmente pertinente y necesario para sus contextos.

Liderazgo religioso socialmente pertinente

Entre los ámbitos principales de incidencia social de las personas que han estudiado en la UBL se encuentran la iglesia, los centros de educación religiosa o teológica y proyectos en organizaciones sociales. Las personas egresadas coinciden en que, al culminar sus estudios en la institución, cuentan con mayores posibilidades de integrarse a los espacios laborales, eclesiales o sociales, donde es necesario un trabajo integral y eficaz. Asimismo, regresan motivadas y en condiciones de generar, desde su liderazgo, procesos comunitarios orientados a cambiar el conservadurismo tradicional de sus comunidades de fe. Este liderazgo eclesial se caracteriza por la implementación de pastorales más humanas y contextuales:

Me permitió vincular la reflexión en un tema particular: la migración. Me permitió desarrollar ideas, entender el mundo de la Biblia desde esa clave y también la realidad desde ese problema, rural, urbano, u otros factores migratorios que impactan la calidad de vida de las personas. Pude observar eso y apreciarlo, porque en las iglesias hay una visión más sagrada de la lectura bíblica, pero no conectada a la realidad (Julio).

Los estudios realizados en la UBL generaron en mí, una línea tanto de investigación como pedagógica. La perspectiva feminista y de género me influyó lo suficiente como para que el trabajo pastoral que hoy realizó mantenga esa perspectiva como una transversal permanente (Helena).

Las capacidades adquiridas durante el proceso de formación en la UBL también permiten estar en condiciones de capacitar a otras personas que ejercen liderazgo, especialmente en el contexto eclesiales o educativos, por ejemplo, en seminarios o escuelas de educación cristiana. Por ejemplo, en el caso de la capacitación pastoral del liderazgo eclesial, las personas aseguran que esta experiencia puede desarrollarse no solo de manera semiformal dentro de las iglesias o comunidades de fe, a través de la catequesis o la escuela dominical, sino también formalmente, a través de la educación cristiana escolar, la diaconal y la educación popular. En estos procesos, las personas también tienen la capacidad para elaborar sus propios materiales didácticos:

El énfasis académico de la UBL, con una mirada latinoamericana, me ha ayudado a fortalecer mi identidad como mujer, latina, colombiana y desafió y ayudó a clarificar mi enfoque de trabajo en este campo. En la actualidad soy parte del Grupo Ecuménico de Mujeres Constructoras de Paz, católicas, evangélicas, protestantes y menonitas, y pastora ordenada en la Iglesia Menonita de Colombia. Mi trabajo en la iglesia colombiana está enfocado al acompañamiento a mujeres, predicación, enseñanza y motivación hacia la formación bíblica teológica. Y facilitación de talleres sobre el tema de “Cuidándonos entre Mujeres” al interior de las iglesias Anabautista y Menonitas, principalmente en Colombia (Amanda).

Actualmente, en nuestro trabajo pastoral estamos tratando ya no solamente de encontrar posibilidades hermenéuticas o exegéticas teóricamente, sino también aterrizar de manera práctica. Por ejemplo, produciendo materiales, en lo particular es mi objetivo que esos materiales puedan ayudar a los adolescentes y niños con los que trabajo, para que tengan oportunidades distintas a las que otras generaciones no han tenido (Ismael).

Es importante destacar que una gran parte de las personas egresadas de la UBL están vinculadas a la educación teológica a través no solo de la educación teológica popular y pastoral, sino también por medio de la educación teológica especializada. Aunque algunas de estas personas pueden estar al mismo tiempo en estas áreas, lo común es que pongan mayor énfasis en una de ellas. Eso depende de la institución en la que labora y de las exigencias del contexto:

La Universidad Bíblica Latinoamericana me brindó la oportunidad de una formación teológica contextual y comprometida con la transformación de nuestro sufriente entorno social latinoamericano. Desde que regresé a Perú he estado compartiendo la pastoral y la docencia en nuestra denominación, transmitiendo en lo posible lo aprendido en la UBL, por ejemplo, estamos compartiendo el curso de Teología Pastoral, que es la primera vez que se da en nuestra denominación, dado que la currícula teológica y pastoral de nuestros seminarios ha tenido de continuo un énfasis fundamentalista. Situación que esperamos se revierta mediante procesos educativos integrales. En nuestras clases nos es de suma utilidad los cursos y materiales recibidos en la UBL (Emilio).

Es evidente que tanto la educación teológica que proporciona la UBL como sus materiales didácticos, permiten que las personas egresadas tengan herramientas eficaces para trabajar en sus programas educativos, con una visión más integral del quehacer teológico, bíblico y pastoral.

Los aspectos analizados hasta aquí, son los factores clave para que las personas puedan desarrollar sus capacidades profesionales, ya que, además de haber obtenido un título académico que acredita su capacidad profesional y de lograr un crecimiento personal muy importante, también les ha hecho comprender la responsabilidad que tiene la iglesia en la socialización de las personas y comunidades latinoamericanas y caribeñas. Esto, a su vez, significa tener una fuerte dosis de motivación para involucrarse en la construcción de una sociedad más justa y equitativa:

Ha sido una experiencia muy interesante porque me ha servido para conocer nuevas perspectivas especialmente desde las ciencias sociales. Me ha permitido tener una idea un tanto más completa de la visión que uno debe de tener acerca de lo que nos enseña la palabra de Dios en nuestro compromiso cristiano (Marco).

La UBL me motivó a estudiar otras disciplinas, he estudiado antropología y pedagogía, por eso me ha marcado académicamente, me ha incentivado mucho, me ha retado mucho, a seguir leyendo, a seguir hablando, a seguir investigando. Y me ha hecho crecer mucho como persona, como profesional. Yo comencé con 19 años con este camino de la teología y ahora tengo 36, siento que ya tengo una formación, la cual traslado a los chicos que enseño en un colegio normal, es decir, no es un seminario es un colegio normal (Celia).

La UBL me formó profesionalmente y fortaleció mi visión del mundo y la sociedad, ya que potenció en mí la perspectiva latinoamericana, la interculturalidad, la conciencia y el pensamiento crítico, las teologías y hermenéuticas contextuales, la inclusividad de los sectores oprimidos y excluidos de la sociedad, las relaciones de género y la ecología (Andrea).

A manera de conclusión, se puede indicar que, según la opinión de las personas que han estudiado en la institución, el modelo educativo de la UBL cumple la función de capacitar, desde la teología, en habilidades sociales, con el fin de desarrollar una profesionalidad que les permita ser más eficaces en su desempeño laboral y en el ejercicio de una ciudadanía responsable. Ahora bien, esta profesionalización debe reflejarse en contextos específicos, los cuales generalmente están vinculados a proyectos de incidencia social y política.

Incidencia sociopolítica

Las personas que han estudiado en la UBL, aseguran que sus estudios teológicos les permitió integrar su fe cristiana en procesos o proyectos de incidencia social y política. Este compromiso teológico práctico, en favor de causas concretas y específicas, se materializa en diversos contextos, que van desde proyectos personales y eclesiales, hasta proyectos comunitarios locales y nacionales.

Yo tengo una experiencia de vivir en la calle. Por eso yo aprecio mucho a la UBL, porque me ayudó a salir de la calle. Ahora puedo trabajar con las herramientas que la UBL me dio y junto a mi esposa estamos formando un proyecto en Ayacucho con todo eso, con esas herramientas, es un proyecto para trabajar en el empoderamiento de niños y niñas vulnerables (Julián).

En Bolivia gracias a las herramientas que la UBL nos ha proporcionado, desde el 2014, como iglesia, hemos podido acompañar el proceso para el reconocimiento de la libertad de cultos, este es el fruto del trabajo de la Iglesia metodista, bautistas, presbiterianos, nazarenos, Asambleas de Dios, iglesias históricas, en este último tiempo hasta los mormones se acercaron. Esto es el logro de la UBL, del ISEDET de nuestros compañeros que han estudiado en Argentina y San Pablo (Tadeo).

Estas experiencias de compromiso social y político desde la fe cristiana y desde la formación teológica también se encuentran en proyectos y programas de las organizaciones sociales donde están vinculadas algunas personas que estudiaron en la UBL. En estos proyectos, las personas contribuyen a promover el diálogo intercultural desde la perspectiva de la religión y a fortalecer el empoderamiento comunitario local y nacional:

El año 2015 inicié el trabajo como responsable del Programa de Formación Socio-Religiosa. Trabajo que me permite gestionar diferentes actividades que tienen incidencia a mediano y largo plazo, tanto a nivel religioso como socio-cultural. En este momento estoy en el último año de gestión de un proyecto macro, donde se incluye los ejes de religión, espiritualidades, cuidado de la creación y desarrollo (Helena).

Trabajo en una ONG y estoy comprometida con una mesa de concentración, compuesta por un poco más de 40 instituciones, entre Estado y sociedad civil. Aquí se tocan temas complejos y por eso es necesario llevar la voz también ahí la voz de las comunidades, pero yo lo hago desde las pautas más teológicas que aprendí (Diana).

En la actualidad trabajo como funcionario público en el Gobierno Regional de Huancavelica, desempeñándome como jefe del área de Niño y Adolescente de la Gerencia Regional de Desarrollo Social. Trabajo acompañando organizaciones de niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y vulnerabilidad a nivel de la región. El enfoque teológico aprendido en la UBL me ha ayudado a desarrollar un acercamiento histórico a la realidad de la población en la cual desarrollo mis actividades profesionales. A partir de este acercamiento desarrollamos una hermenéutica contextual de esta realidad y a partir de ella implementamos acciones que respondan al contexto. La teología de la liberación y la teología de género han desarrollado en mi persona, como servidor público, un alto compromiso con el pobre y la pobre, el excluido o la excluida. La UBL ha representado en mi vida la posibilidad de una nueva forma de relación con Dios y con el mundo (Julián).

En experiencias como estas se puede observar que el trabajo de incidencia sociopolítica se desarrolla en espacios diferentes y a través de estrategias variadas. Este aspecto es fundamental, porque confirma que la formación teológica puede constituirse en un instrumento de sensibilización de la población, para que se comprometan en los procesos y proyectos de incidencia social de sus contextos.

Las reflexiones anteriores reflejan la importancia que tienen en el proceso educativo factores como la práctica social de la fe, el liderazgo religioso pertinente y la incidencia sociopolítica a través de proyectos sociales y pastorales. Sin embargo, solo la presencia de esos factores, o la suma de ellos, no implica necesariamente que se genere un impacto social y político. Para que ello ocurra se requiere también de la intervención de otros factores que son ajenos a la institución, tales como la posibilidad de insertarse activamente en instituciones estatales y en organizaciones no gubernamentales que cuenten con proyectos sociales. Además, se requiere que estos proyectos estén abiertos a trabajar integralmente, lo cual implica incluir en sus estrategias los sistemas de creencias religiosas y valores culturales de las comunidades. Por otro lado, es necesario contar con instituciones eclesiales u organizaciones basadas en la fe dispuestas a trabajar en procesos de transformación social no solo a partir de su fe cristiana, sino también desde las herramientas científicas que proveen diferentes disciplinas académicas.

Conclusión

Las reflexiones que se hicieron en este artículo nos permiten concluir, por un lado, que uno de los factores centrales del modelo educativo de la UBL se encuentra en el cambio de perspectiva metodológica que las personas hacen durante sus estudios. Este cambio inicia con la construcción de un pensamiento académico crítico, que se sustenta no solo en el estudio científico de la Biblia, la teología y la pastoral, sino también en el diálogo colectivo, interdisciplinario, intercultural e interdenominacional. Durante este proceso es importante la intervención de la institución, a través del acompañamiento docente y administrativo, así como la capacidad de adaptación al sistema educativo que tiene que desarrollar la persona que estudia. El resultado final de todo este proceso es una ruptura epistemológica relacionada con la forma en que las personas comprenden su fe, profesión y compromiso social. Esta ruptura se verifica en la lectura crítica y contextual de la Biblia, la formulación de una teología vinculada a las realidades sociales y una práctica pastoral pertinente.

Algunos desafíos institucionales del modelo educativo de la UBL se encuentran en la posibilidad de estar actualizando constantemente sus enfoques pedagógicos y didácticos. Como toda institución de educación superior, la UBL necesita aplicar enfoques pedagógicos que permitan cumplir con el objetivo de formar profesionales con capacidades científicas, prácticas y éticas para enfrentar los desafíos de las diferentes realidades latinoamericanas y caribeñas. Por esa razón, un desafío actual es revisar la pertinencia de sus enfoques pedagógicos y explicar su función en la formación profesional orientada al compromiso social. Asimismo, es fundamental que los enfoques pedagógicos estén coherentemente relacionados con las nuevas tecnologías digitales y virtuales aplicadas a los procesos de enseñanza-aprendizaje en línea, lo cual también implica capacitar a estudiantes, docentes y personal administrativo en esas tecnologías.

Por otro lado, en relación al impacto sociopolítico del modelo educativo de la UBL, se logró identificar que la capacidad profesional, adquirida durante la formación teológica, es el factor fundamental para que las personas se comprometan en proyectos o procesos de incidencia sociopolítica. La capacidad profesional tiene su base en la formación de una conciencia cristiana comprometida con la práctica social de la fe, la cual es el eje fundamental de la formación académica y se construye disciplinariamente desde la Biblia, la teología y la pastoral. Otro aspecto interesante de la capacidad profesional, además de abarcar el espacio laboral y pastoral, es que se verifica en el cambio que las personas experimentan en sus relaciones familiares, eclesiales y sociales. Asimismo, les genera un liderazgo sólido en sus comunidades, donde reproducen el modelo teológico aprendido en las diferentes áreas de incidencia del trabajo pastoral. Esta capacidad profesional también les impulsa a comprometerse en proyectos o procesos de incidencia sociopolítica, a través de acciones de iniciativa propia, eclesiales o de organizaciones sociales.

Otro desafío que dejan las reflexiones que se hicieron en este artículo, se centran en la importancia de seguir fomentando la investigación entre docentes y estudiantes de la UBL. En efecto, una institución de educación superior que cuenta con metodologías e instrumentos eficientes de investigación, monitoreo y evaluación de sus acciones, es una institución que es capaz no solo de aplicar la responsabilidad social universitaria y de gestionar sus impactos, sino sobre todo de proveer una educación teológica superior que siga comprometida con los desafíos y necesidades de las culturas y pueblos de América Latina y El Caribe.

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Sobre el autor

Teólogo suizo-guatemalteco, anglicano. Actualmente es docente en teología y asesor en investigador en la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL) de Costa Rica. Áreas de investigación e interés profesional: metodología de la investigación, teología práctica y estudios en masculinidades.

Correo del autor: a.roman@ubl.ac.cr

Artículo aprobado el 03 de diciembre de 2024

Artículo recibido el 15 de noviembre de 2024



[1]    Sobre la responsabilidad social y la gestión de impactos que se presentan en este recuadro, consultar: Eduardo Aponte Hernández, ed., La responsabilidad social de las universidades: Implicaciones para la América Latina y el Caribe (San Juan, Puerto Rico: UNESCO-IESALC, 2015); Eduardo Ahumada-Tello, Rafael Ravina-Ripoll, y Martha Elena López-Regalado, “Responsabilidad Social Universitaria. Desarrollo de competitividad organizacional desde el proceso educativo”, Actualidades Investigativas en Educación 18, núm. 3 (el 1 de septiembre de 2018): 1–30; Vallaeys François, “La responsabilidad social universitaria: un nuevo modelo universitario contra la mercantilización”, Revista Iberoamericana de Educación Superior 5, núm. 12 (el 1 de enero de 2014): 105–17; Ricardo Gaete Quezada, “Iniciativas internacionales y redes interuniversitarias de responsabilidad social universitaria” 27, núm. 53 (2016): 75–102.

[2]    Elisabeth Cook et al., eds., Informe de Investigación: Relevancia sociopolítica de la formación teológica de la UBL en América Latina y El Caribe. Estudio empírico del modelo educativo de la UBL según las percepciones de personas egresadas, Estudios Socioteológicos 1 (San José, Costa Rica: UBL, 2020).

[3]    Angel Eduardo Román-López Dollinger, Impacto de la religión y la educación teológica en el empoderamiento de grupos en situación de marginalización y vulnerabilidad social. Un estudio de casos múltiples sobre justicia educativa, incidencia política, justicia ambiental y justicia de género en cinco proyectos de desarrollo en Bolivia, Costa Rica y Perú, Estudios Socioteológicos 2 (San José, Costa Rica: Sebila, 2023).

[4]    Sobre la racionalidad académica como dogma, consultar: Pierre Bourdieu y Loïc J.D Wacquant, Respuestas. Por una antropología reflexiva (México, D.F: Grijalbo, 1995), 180.

[5]    No hay que perder de vista que los grupos cristianos con mayor influencia política en la sociedad, son aquellos que mantienen un perfil religioso conservador y cuyos líderes se han formado en seminarios, institutos o universidades de sus respectivas iglesias o denominaciones.

[6]    Cf. Pew Research Center, “Religión en América Latina: Cambio generalizado en una región históricamente católica” (Pew Research Center, el 13 de noviembre de 2014).

[7]    Cf. Naciones Unidas, La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una oportunidad para América Latina y el Caribe (Santiago de Chile: Naciones Unidas, 2018). Es curioso que en este documento la palabra religión solo aparece en la página 47 de la meta 10.2 del objetivo 10, para indicar que no se debe excluir a las personas por su religión.

[8]    Universidad Bíblica Latinoamericana, “Historia UBL”, Página Oficial de la Universidad Bíblica Latinoamericana, Quiénes Somos (blog), el 26 de junio de 2020.

[9]    Cf. Universidad Bíblica Latinoamericana. Sobre las formas específicas de la educación a distancia que implementó el SBL, se sugiere consultar: Edgar Salgado García, “El Seminario Bíblico Latinoamericano en la historia de la educación a distancia en Costa Rica”, en La educación a distancia y virtual en Costa Rica, ed. Nury Bonilla y Claudio Rama (San José, Costa Rica: Virtual Educa, 2017), 81–96.

[10]   Al respecto, Bourdieu plantea: “las rupturas epistemológicas son a menudo rupturas sociales, rupturas con las creencias fundamentales de un grupo y, a veces, con las creencias básicas del gremio de los profesionales, con el acervo de certidumbres compartidas (…) Practicar la duda radical (…) equivale a romper con las reglas del juego”. Bourdieu y Wacquant, Respuestas. Por una antropología reflexiva, 180.

[11]   Sobre el papel de la educación superior en el desarrollo social, consultar: Naciones Unidas, La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible; Axel Didriksson, “El rol de la educación superior para el desarrollo humano y social en América Latina y El Caribe”, en La educación superior en el mundo: Educación superior, Nuevos retos y roles emergentes para el desarrollo humano y social, ed. GUNI (Madrid: Mundi-Prensa, 2008), 283–94; Jorge Núñez Jover, Educación superior, ciencia, tecnología y agenda 2030 (Ciudad de México: UDUAL, 2017).

[12]   Universidad Bíblica Latinoamericana, Prospecto 2000-2002. Universidad Bíblica Latinoamericana (San José, Costa Rica: UBL-SEBILA, 2000), 8.

[13]   Sobre los semilleros de investigación en la formación superior, consultar: Hommy Copete Cossio, “Los semilleros de investigación, lineamiento pedagógico para edificar el aprendizaje en universidades”, Revista de Tecnología 16, núm. 1 (el 15 de mayo de 2018): 99–112; Jorge González Ortiz, “Semilleros de Investigación: una estrategia formativa”, Psychología: Avances de la Disciplina 2, núm. 2 (2008): 185–90; Gustavo Echeverri, “La estrategia de los semilleros de investigación como un aporte a la formación investigativa en los estudiantes universitarios”, BROCAL: Revista de Ciencias Humanas y de la Salud 3, núm. 5 (2003): 93–99.

[14]   Los informes finales de estos dos proyectos de investigación se pueden consultar en: Román-López Dollinger, Impacto de la religión y la educación teológica en el empoderamiento...; Cook et al., Informe de Investigación.

[15]   Universidad Bíblica Latinoamericana, Prospecto 2000-2002, 6. Sobre el enfoque académico universitario orientado a generar pensamiento crítico, entendido como praxis, en otras instituciones, consultar: Gustavo Hawes B, “Pensamiento crítico en la formación universitaria. Documento de Trabajo 2003/6” (Universidad de Talca, Chile, 2003), 6s.

[16]   Los nombres de las personas que se encuentran entre paréntesis en cada una de las citas que se presentan durante todo el artículo son ficticios, lo cual se ha hecho con el fin de proteger la privacidad de las personas consultadas.

[17]   Universidad Bíblica Latinoamericana, Prospecto 2000-2002, 6.

[18]   Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa (México, D.F: Siglo XXI, 1997).

[19]   En la práctica pastoral, estas mediaciones reciben el nombre de: ver, juzgar y actuar. Algunas reflexiones sobre la circularidad hermenéutica se pueden consultar en: Sara Baltodano Arróliga, “Reflexionando acerca del método de Circularidad Hermenéutica”, Vida y Pensamiento 40, núm. 1 (el 13 de agosto de 2020): 99–122; Angel Eduardo Román-López Dollinger, “El método de la teología práctica en la formación teológica superior de Latinoamérica y El Caribe. El trinomio práctica-teoría-acción como hilo conductor de la praxis cristiana”, en Teología Práctica Latinoamericana y Caribeña. Fundamentos teóricos, ed. Angel Eduardo Román-López Dollinger (San José, Costa Rica: SEBILA, 2022), 181–211.

[20]   Un análisis interesante sobre la importancia de contar con un enfoque pedagógico claro y sólido en la formación teológica se puede consultar en: Mathias Preiswerk, Tramas pedagógicas en la Teología. Herramientas para una Educación Teológica de calidad, Focus 30 (Ginebra, Suiza: Globethics.net, 2015), 22.

[21]   Los cursos CEPA están compuestos por materiales didácticos que se han elaborado durante diferentes de la historia de la UBL y han tenido como propósito acompañar pedagógicamente y fomentar el trabajo pastoral de base.

[22]   Sobre la investigación social descolonizadora y promotora de pensamiento crítico, se sugiere consultar: Edgardo Lander, “Pensamiento crítico latinoamericano: la impugnación del eurocentrismo”, Revista de Sociología, núm. 15 (2001): 13–25; Edgardo Lander, ed., La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas (Buenos Aires, Argentina: Ediciones CICCUS, 2011); Eduardo Gudynas, “Debates sobre el desarrollo y sus alternativas en América Latina: Una breve guía heterodoxa”, en Más allá del desarrollo. Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo (Quito, Ecuador: Fundación Rosa de Luxemburg/Abya Yala, 2011), 21–53; Boaventura De Sousa Santos, “Más allá del pensamiento abismal: de las líneas globales a una ecología de saberes”, en Epistemologías del Sur (Perspectivas), ed. Boaventura De Sousa Santos y Maria Paula Meneses (Madrid: Akal, 2014), 21–66; Boaventura de Sousa Santos, “Epistemologías del Sur”, Utopía y Praxis Latinoamericana 16, núm. 54 (2011): 17–39.

[23]   Los porcentajes de estos ejes provienen de un cuestionario de encuesta con preguntas de selección múltiple. La información completa relacionada con estos datos se puede consultar en: Cook et al., Informe de Investigación, 64s.

[24]   Al respecto, Henry A. Giroux señala que el objetivo de la educación superior debe ser: “enseñar a los estudiantes a pensar críticamente, a afirmar sus propias experiencias y a comprender la necesidad de luchar individual y colectivamente por una sociedad más justa”. Los profesores como intelectuales: hacia una pedagogía crítica del aprendizaje (Barcelona: Paidós, 1990), 50.

[25]   John Dewey, Democracia y educación: una introducción a la filosofía de la educación (Madrid: Ediciones Morata, 1995); John Dewey, Cómo pensamos: la relación entre pensamiento reflexivo y proceso educativo (Barcelona: Paidós Ibérica, 2007).

[26]   Jean Piaget, El estructuralismo (Buenos Aires: Proteo, 1971).

[27]   Pedagogía de la autonomía.

[28]   “Conectivismo: Una Teoría de Aprendizaje Para La Era Digital”, trad. Diego Ernesto Leal Fonseca (Semantic Scholar, 2007).