Vida  y

Pensamiento

Revista Teológica de la Universidad Bíblica Latinoamericana

Volumen 42, Número 2  -  Año 2022  -  San José, Costa Rica

 

Interdisciplinariedad,

ritualidad, conflictividad:

La actualización de la fe como

tarea permanente

 

 

 

 

 

 

El relato de José (Génesis 37-50):

Tensión y conflictividad

 

David Castillo Mora

 

pp. 81-114

 

 

 

Resumen: Se realiza una lectura crítica de Gen 37-50 desde la Hermenéutica de la Liberación. Por medio de una labor de deconstrucción, el autor pregunta por las dinámicas de dominación y resistencia en el texto y los posibles contextos históricos y sociales al cual pudieron haber respondido los relatos. Se privilegian los aspectos políticos, económicos y religiosos de las dinámicas de dominación y resistencia. A partir del concepto de revestimiento literario, se entienden los relatos como la expresión artística de conflictos sociales reales. Detrás del conflicto de José con sus hermanos estaría la legitimación de gobierno de un grupo dentro de Israel. Mediante un método ecléctico se privilegia el acercamiento literario sobre el histórico-crítico y socio-histórico, con el fin de aprovechar mejor las dinámicas literarias del texto y de promover realidades liberadoras. Analizando los sueños como un hilo narrativo que vertebra la novela, los relatos pueden ser leídos como una ironía crítica al discurso de dominación y legitimación. Génesis 47.13-26 puede ser visto como una voz disonante que permite ver la función de los textos en tanto que representantes de sistemas teológicos, políticos, económicos, sociales y culturales.

Palabras claves: sueños, conflicto político, novela de José, revestimiento literario, hermenéutica liberadora.

Abstract: A critical reading of Gen 37-50 is made from the Liberation Hermeneutics. Through a work of deconstruction, the author asks about the dynamics of domination and resistance in the text and the possible historical and social contexts to which the story could have responded. The political, economic and religious aspects of the dynamics of domination and resistance will be privileged. From the concept of literary lining, the stories are understood as the artistic expression of real social conflicts. Behind Joseph's conflict with his brothers would be the legitimization of the government of a group within Israel and the administrative strategies to be taken in the face of a natural disaster. By means of an eclectic method, the literary approach is privileged over the historical-critical and socio-historical, in order to take better advantage of the literary dynamics of the text and to promote liberating realities. Analyzing dreams as a narrative thread that vertebrates the novel, the stories can be read as a critical irony to the discourse of domination and legitimization. Genesis 47:13-26 can thus be seen as a dissonant voice that allows us to see the function of the texts as representatives of theological, political, economic, social and cultural systems.

Keywords: dreams, political conflict, Joseph's novel, literary lining, liberating hermeneutics.

 

 

 

 

 

David Castillo Mora

 

El relato de José (Génesis 37-50):

Tensión y conflictividad

 

Introducción

 

Génesis 37-50 es uno de los relatos más conocidos de la tradición bíblica. La imagen de José ha sido recibida positivamente: “el hijo ideal, el hermano ideal, el servidor ideal, y el administrador ideal”[1]. Como fue el caso con David, “Dios estaba con José”, y esta idea ha definido la imagen de este personaje. Westermann nos recuerda la forma en que Pascal veía la figura de este personaje:

 

Jesucristo es pre-figurado en José, el favorito de su padre, enviado por el padre a los hermanos, el inocente vendido por sus hermanos por veinte monedas de plata, como pasó con el Señor…ésta es la vital imagen que tiene la Iglesia de la historia de José desde tiempos inmemoriales.[2] 

 

Pero una lectura detenida de Génesis 37-50 no permite mantener una imagen univoca de este tipo. El mismo hombre que es “hermano e hijo ideal”, es aquel que sueña con dominar a su familia; quien llora al reencuentro con sus hermanos es el mismo que los castiga con cárcel, quien propone medidas económicas para proteger de hambre a la población egipcia es el mismo que los hace esclavos y les impone tributos. ¿Cuál es el verdadero José de la historia? ¿Cómo leemos su relato? ¿A qué aspectos de dicha historia ponemos más atención? ¿De qué nos quiere convencer su narrativa? Génesis 37-50 ofrece otras posibilidades de leer a José y cuestionar el consenso legado por la tradición. Como señalara Laurence Turner, “José es caracterizado no como un completo villano ni como un completo héroe, sino que como la mayoría de seres humanos, tiene elementos de ambos”.[3] Este trabajo busca explorar la complejidad del personaje y su historia, y describir la forma en que la llamada Historia de José (Génesis 37-50), se desarrolla planteando conflictos, tanto a nivel individual como colectivo.

 

Realizaremos una lectura desde la Hermenéutica de la Liberación, una agenda que deconstruye no sólo el discurso del texto mismo, sino el que la tradición nos ha legado sobre estos capítulos de Génesis. Desde esta óptica, haremos tres lecturas: una temática, una metodológica y una ideológica. La lectura temática indaga la dinámica de dominación y resistencia tanto en el texto como detrás del texto. Se privilegian aquí los aspectos políticos, económicos y religiosos de la tensión dominación-resistencia. La lectura metodológica privilegia el acercamiento literario y combina contribuciones de distintos acercamientos. Esta opción está en tensión con la Hermenéutica liberadora tradicional, que ha preferido basar sus interpretaciones en el mundo social de los textos. Finalmente, la lectura ideológica interroga al texto por los sistemas y prácticas de dominación, así como las voces y grupos en resistencia. Aquí se llega a una lectura situada, en donde se privilegia una voz de entre las muchas que componen los relatos bíblicos, esto para seguir una lectura que se posicione en favor y solidaridad con las personas marginadas y oprimidas de nuestras sociedades[4].

 

No analizaremos toda la Historia de José en detalle. Seleccionamos episodios específicos que nos ayudan a mirar de manera global las distintas temáticas de Génesis 37-50. Partimos de la premisa –que ofrece la crítica de las fuentes y de la redacción- de que el texto contiene una serie de voces en conflicto[5]. La crítica histórica ha visto más de dos fuentes en la formación del relato de José[6]. Esto es importante en términos de formación del texto y de la diversidad de ideas que refleja. Desde la Teología y Hermenéuticas Sudafricanas entendemos el texto bíblico como un espacio de conflicto, de voces en disputa que representan varias ideo-teologías y proyectos religiosos, sociales y económicos[7].

 

1. Génesis 37-50: conflicto familiar, conflicto político

 

Entender la Historia de José como “conflicto familiar” o “conflicto político” evidencia una mirada desde esta diversidad de métodos, en las que la dimensión literaria se interrelaciona con la histórica.

 

1.1 El “conflicto familiar”: motivos literarios

 

La historia de José es una historia de familia, algo que sucede “entre padre y hermanos”[8]. Dicho conflicto avanza a través de los capítulos, algunas veces enfocando la experiencia de José (Gen 39-41), otras moviéndose entre el padre y los hermanos (Gen 42), y en otras incluyendo a toda la familia (Gen 47-50). La situación culmina de forma definitiva con la garantía del perdón entre hermanos en el capítulo 50 (50.15-21). Es aquí, al final del libro del Génesis, cuando una historia de familia se convierte en el relato de un pueblo[9]. Aunque la Historia de José tiene aspecto que en sentido moderno podrían considerarse históricos[10], partimos entendiéndola como relato, es decir, como producto literario, en la categoría que muchos autores definen como novela[11]. Como dijera G. von Rad, “La historia de José es absolutamente novelística”, poseyendo una técnica literaria que permite situaciones psicológicas complejas que no se encuentran en otra literatura bíblica.[12]

 

A nivel literario son múltiples los motivos[13] que dan vida a esta historia. Estos motivos son parte de las razones que permiten caracterizar la Historia de José como relato. Primero que todo se encuentran aquellos motivos familiares, los que conciernen especialmente a relaciones entre hermanos. Se da, por ejemplo, el conflicto entre hermanos que puede llevar a la muerte. Lo que pasa entre José y sus hermanos es paralelo a lo que sucede con Caín y Abel (Gen 4.1-16), Jacob y Esaú (Gen 27.41), o Amnón y Absalón (II Sam 13.23-33), entre otros. El “conflicto entre hermanos”, como motivo literario no es importante sólo en las tradiciones bíblicas, sino también en el mundo literario del entorno, como vemos, por ejemplo, en el relato egipcio de los dos hermanos[14]. Estamos ante hechos familiares importantes que son tomados de la experiencia social y llevados al plano literario.

 

Junto a estos motivos, aparece también el del personaje “fuerte” vencido por el “débil”, o el del hermano “menor” preferido en detrimento del “mayor”. Ejemplos de esto en el Antiguo Testamento se encuentran en Génesis 4, en donde Yahvé prefiere a Caín por sobre Abel; igual sucede en el relato entre Jacob y Esaú, con David y sus hermanos, Salomón y los suyos. Génesis 37-50 utiliza también el motivo del judío que triunfa en una corte extranjera: la historia de Daniel en la corte de Nabucodonosor o de Ester en la de Artajerjes, ejemplifican este motivo. El motivo del justo que sufre injustamente aparece cuando José es enviado a la cárcel por no ofender a su amo ni a la divinidad, y es uno que se puede percibir también en relatos como el de Job. Finalmente, el motivo de la “mujer desdeñada” (Gén 41), presente también en el libro de Proverbios.[15] Con todo, la dimensión literaria de Génesis 37-50 es sólo una entre otras capas que componen el texto. Hay también una dimensión histórica y política, económica y estructural que se hacen perceptibles en una lectura cuidadosa del relato.

 

1.2 “Revestimiento Literario” de los relatos

 

Lo que hemos descrito anteriormente como temáticas y elementos narrativos en Génesis 37-50, pueden entenderse como la expresión artística de conflictos sociales reales, formas literarias para expresar hechos concretos y a cuyas problemáticas responde. Detrás del conflicto de José con sus hermanos podría estar, por ejemplo, la legitimación del gobierno de un grupo dentro de Israel, las estrategias administrativas a tomar ante un desastre natural o incluso la invitación a asentarse en una nueva tierra. Dichas temáticas habrían sido expresadas literariamente a través de esta narrativa, es lo que podríamos llamar revestimiento literario. En opinión de Ramírez Kidd, la Biblia es antes que nada literatura. Esto significa que lidiamos a cada momento, con el tema del revestimiento literario de hechos sociales, políticos y culturales.[16] Después de señalar que existen formas directas de registrar acontecimientos históricos en el mundo antiguo (inscripciones, estelas funerarias, cilindros, ostraca, etc.), este autor hace referencia a lo que llama “registros indirectos”:

 

Existen otro tipo de registros, indirectos podríamos decir, tanto en el antiguo Oriente como en el AT. En estos casos un acontecimiento social (una pugna por el trono, una lucha política entre facciones, tensiones entre partidos religiosos, y otros), queda plasmado literariamente bajo la forma de un relato que habla, aparentemente, de temas personales y familiares (itálica mía). Esto es lo que sucede en el relato de “Lot y sus hijas” (Gen 19,30-38), en donde el narrador quiere dar razón del origen de dos pueblos ‘emparentados’ a Israel: Moab y Amón, vecinos y enemigos a la vez. Es el caso, también, de las tensas relaciones entre Jacob y “su suegro Labán” (Gen 29-32), en donde se expresan por medio de estos personajes, las tensas relaciones entre Israel y su vecino Aram.[17]

 

Esta cita permite pensar que múltiples conflictos personales en el Antiguo Testamento encierran conflictos a nivel político, religioso, económico o de otra índole, entre grupos sociales dentro del pueblo. Son pues, relatos a nivel grupal que se codifican como experiencias individuales, como problemas socio-políticos traducidos a un nivel literario. El revestimiento literario es importante porque plantea problemáticas y sentidos que se conectan con el mundo social en que el relato fue escrito, y se convierten en código por el cual se plantea una temática. La historia familiar aprovecha las dimensiones humanas, internas, y existenciales de los personajes. La dimensión histórica apela a que dichos conflictos humanos sean situados a nivel social. La historia de José puede ser, y ya lo ha sido, considerada en la misma línea que se explican acá Gen 19,30-38 o 29-32. Veremos, pues, cuales son los posibles contextos históricos a los que remitiría Génesis 37-50.

 

1.3 La Historia de José como “conflicto político”

 

La Historia de José ha sido explicada usualmente como producto de la época usualmente llamada la Monarquía Unida. Al hablar de revestimiento literario de un hecho político Ramírez señala que el texto utiliza un relato ficticio o una tradición antigua para problematizar una situación concreta en la vida social, política, religiosa o económica del pueblo. Roland de Vaux sostuvo en su Historia Antigua de Israel que aunque la historia de José es una “obra de arte consumada… esto no quiere decir que todo sea inventado…”, y se pregunta  “…si esta ‘novela’ no es una novela ‘histórica’.”[18] Argumentó que la novela había surgido en la corte Salomónica.[19] Para de Vaux, que hayan existido asiáticos y semitas al servicio de Faraón en la época de los imperios Medio y Nuevo, por ejemplo, contribuye a pensar que “…la elevación de José es históricamente posible”.[20] A pesar de que existen elementos bastante tardíos en el relato[21], aspectos como el dominio total de la tierra por parte de Faraón, hacen pensar a este autor que el texto recoge prácticas históricas antiguas (al menos del siglo XVIII a.e.c.).[22]  De Vaux no comprende el relato de José como un acto histórico revestido literariamente. No sería un conflicto concreto de una época transformado en literatura, sino una memoria histórica enriquecida literariamente. Aun así, su propuesta contribuye a explicar el trasfondo histórico de ciertos aspectos del relato, lo que nos lleva a reconocer la cercanía entre los acontecimientos de la vida diaria y los motivos literarios basados en ésta.

 

José también ha sido entendido como referente cultural o figura modelo para funcionarios judíos en cortes extranjeras. Gerhard von Rad había ya planteado que el texto de Génesis 37-50 no sólo es de época salomónica sino también que responde a un interés por lo sapiencial y por la corte egipcia. Para este autor, el relato de José era una especie de manual para formar nuevos funcionarios de la corte, quienes entre otras características, debían practicar el arte de “hablar bien ante la autoridad”[23].  Para von Rad textos como el de José serían utilizados 

 

…en la educación de una nueva generación de funcionarios bien preparada, José también es un funcionario, y ha llegado a serlo mostrando ante faraón un doble arte: el de hablar bien en público y el de saber dar consejo. Eso es precisamente lo que trataron incansablemente de conseguir los maestros de la sabiduría.[24]

 

La forma en que José controla sus emociones al encontrarse con sus hermanos, o se resiste a vengarse de ellos son aspectos que lo definen como modelo de sabiduría, al punto de relacionarlo con el silente cabal egipcio[25].

Claus Westermann opina que el relato de José combina una historia familiar con una narrativa política[26]. Este relato familiar-político respondería al contexto vivido por Israel cuando se debatía la transición de un modo de vida tribal a uno monárquico.[27] La pregunta detrás del relato sería la de si un hermano puede gobernar sobre los demás (Gen 37.8), siendo claro en el texto que esta línea de argumentación se rechazaba en Israel.[28] Westermann sostiene que el conflicto político presente en el relato es aquel de los grupos que pugnan en la transición del sistema familiar al monárquico en el Israel antiguo.

 

Para Ivo Storniollo la historia busca suavizar la legitimación del sistema tributario por parte del estado, el cual “roba” la figura de Yahvé de la teología del pueblo liberado de Egipto y lo convierte en instaurador del nuevo sistema[29]. La historia de José se situaría en la corte Salomónica y José sería el mismo Salomón: ambos se casan con una mujer egipcia y ambos implementan un nuevo sistema tributario[30]. Por ello, el conflicto social detrás de la historia es el de la imposición de un sistema nuevo en Israel, el cual habría encontrado tal resistencia que se requerían estrategias especiales para facilitar su imposición.

 

En opinión de Robert Coote la historia de José es una apología del surgimiento del reino del Norte. José no sería Salomón sino Jeroboam I y la obra sería una “propaganda política” creada en la corte de Samaria para legitimar el poder del nuevo rey sobre las Tribus del Norte[31], obra que mostraría el interés de Jeroboam I en “suplantar la casa de David” por medio de un argumento de legalidad y continuidad con dicho reinado[32]. La idea de providencia divina que emerge del relato tiene la intención de “…enfatizar la providencia divina en el resurgimiento de las tribus de José bajo el auspicio Egipcio[33]. El conflicto que adquiere expresión literaria en la historia de José, no es otro que el de la necesidad de legitimidad por el nuevo reino del Norte. 

 

Finalmente, el relato de José también ha sido entendido como reflejo de las tensiones vividas por el pueblo judío en la época del pos exilio. Mark Brett, quien sitúa la edición final de la historia de José en la época del segundo templo, bajo dominio del imperio persa. Brett argumenta que la historia de José debe leerse como una crítica velada al gobierno de Esdras como representante del imperio Persa en Judea, especialmente por aspectos relacionados con tierra y propiedad.[34] El texto reflejaría la opinión de los grupos de Judea que resisten el dominio Persa[35]. El texto pondría bajo sospecha a José y a Esdras al ser personajes que se adjudican acceso a la providencia y sabiduría divina mientras expropian al pueblo[36]. 

 

Hyun Chul ve la historia de José como una novela de la diáspora, escrita para inspirar y alentar a una comunidad que se encuentra ante el desafío de un nuevo comienzo en tierra extranjera. Este autor señala que José representa un “modelo enfrentado a luchas socio-políticas, étnicas y económicas, y a las tensiones entre los ‘locales’ y los ‘foráneos’.”[37] José sería un personaje híbrido que “encarna la figura heroica de sobrevivencia y esperanza para las audiencias de la diáspora”[38], una inspiración para cumplir el doble rol de adaptarse al nuevo contexto y mantenerse en contacto con las propias raíces, teniendo importantes implicaciones para la etnicidad e identidad de su audiencia[39]. A partir de estas diversas interpretaciones de la Historia de José en Génesis 37-50 es posible entender que dicho texto, construido cuidadosamente a nivel literario, evoca conflictos sociales, políticos y culturales que permiten ver sus dimensiones literarias y políticas.

 

2. Conflictividad, dominación y resistencia en Génesis 37-50

 

José es famoso por los sueños. Son estos sueños de dominación narrados en el capítulo 37, los que dan forma y coherencia al relato[40], pues se convierten en la causa principal del conflicto familiar. R. Alter señala que “la primera revelación del carácter de José es la de un niño mimado…”, lo que explica para este autor el eventual suceso de los sueños que calzan con lo que se acostumbra llamar “narcicismo adolescente”[41]. Westermann, por su lado, ve en la acción de los “rumores” el intento de alguien que quiere hacerse importante[42].

 

2.1 Sueños de dominación

 

A nivel teológico, los sueños fueron considerados como medios de revelación divina por muchas culturas en el Antiguo Cercano Oriente, por lo que su aparición en una historia de dominación requiere considerar la posibilidad de entenderlos como forma de legitimación religiosa. La sección de Gen 37.5-12 inicia con la frase “Y José soñó un sueño”. La presencia de sueños en el mundo bíblico es relevante tanto a nivel literario como político y social. En el Antiguo Egipto los sueños eran revelaciones o mensajes[43], en Mesopotamia y Ugarit tienen que ver siempre con un contacto o revelación divina[44]. En Egipto, escenario en donde se ambienta parte de la historia de José, los reyes son los principales receptores de los sueños, en muchos de los cuáles se recibe simbólicamente el poder o se promete realeza[45]. Existe un interesante paralelo entre los sueños en la Historia de José y el mensaje de Khnum al faraón Zoser, a quien se le prometen años abundantes después de 7 años de hambre[46]. En los relatos bíblicos la mayoría de los sueños son mensajes divinos, tanto en el libro del Génesis (Jacob en Betel en Gen 28.10-19; o Jacob en Berseba, Gen 46. 1-4), como en la legitimación del trono Salomónico en el libro primero de los Reyes (1 Reyes 3) y en la literatura apocalíptica (Daniel 7).

 

En términos de nuestro relato, la palabra usada para hablar de los sueños de José es halom, la cual aparece en once ocasiones en Gen 37.5-12 (contando su uso también como verbo). Dentro del relato no existe duda de que los sueños eran un mensaje divino, esto porque tanto los de José como el de los servidores del faraón (Gen 40) y el del Faraón mismo (41), ven su cumplimiento. Pero aparte de que parece estar divinamente destinado para reinar sobre sus hermanos ¿qué dicen los sueños de José como personaje? Varios autores argumentan que lo que dichos sueños reflejan es el carácter de José. Para G. von Rad existe un hilo delgado entre los sueños como profecías y los sueños como expresiones de un corazón vanaglorioso[47]. Por ello no parece haber duda de que ambas dimensiones, la divina y la personal, están entrelazadas[48] en el relato, y por ende, que los sueños reflejan los anhelos profundos de José en términos de la relación con los otros hijos de Jacob y con Jacob mismo.

 

Alter piensa similar a von Rad, y sugiere que los sueños dicen mucho de la persona que los tiene, siendo que éstos expresan “los deseos escondidos y la percepción personal del soñador”[49]. Dichas posturas señalan la dimensión compleja de los sueños, pues dejan de ser únicamente oráculos divinos para convertirse -de cierto modo, en agenda velada del soñador. Debido a esta complejidad, nuestra lectura vincula intrínsecamente el carácter de José con sus sueños, siendo la razón por la cual los entendemos como sueños de dominación. El término utilizado para describir de forma metafórica esta relación entre José y sus hermanos es hawah el cual, entre sus diversos usos, indicaría el gesto para expresar honor, el arrodillarse/inclinarse ante un superior, adorar.[50] Para Stähli el verbo sugiere una acción delante de personas para saludar o mostrar respeto o sumisión, entre las que se encuentran “inclinarse”, “postrarse”, y “mostrar obediencia”, y el cual puede implicar el gesto de postrarse al punto de tocar el suelo (como este autor señala que sucede en Gen 37.10 y 43.26)[51].

 

El hecho con el que sueña José, es el de reconocimiento de su dominio. Lo que José sueña es ver a sus hermanos inclinados a sus pies. La relación desigual que venía gestándose desde inicios del capítulo Jacob y José adquiere en este momento una dimensión más concreta. En el primer sueño el término hawah (postrarse), es acompañado y contrastado por el verbo qum (levantarse, estar de pie), que implica la noción de “levantarse”, siendo el segundo el antónimo del primero[52]. Westermann[53] señala que el primer sueño permite ver esta tensión, pues muestra el levantamiento de José en claro contraste con la inclinación de los hermanos. La imagen del sueño narrado por José es clara, pues mientras éste parece levantarse en medio de su familia, sus padres y hermanos se mueven en sentido contrario, no sólo en términos físicos (tocando el suelo en postración), sino en términos de poder (rindiendo honor y obediencia).

 

Esta imagen es tan clara que los sueños no requieren de una interpretación especial, como sucede en los capítulos 40 y 41. Para Ottosson, el sueño de José es “no-simbólico” sino inmediatamente comprensible[54], y la repetición de los sueños, aunque contengan pequeñas variaciones, significaría su confirmación por la divinidad[55]. De igual forma von Rad sostuvo que los sueños “no contienen simbolismo profundo ni mitológico o nada que se le parezca”[56]; por el contario, “deben ser considerados como lo que son… prefiguraciones pictóricas de eventos y condiciones que vendrán”[57]. La dimensión política del conflicto y la dominación narrada acá como división entre hermanos emerge en el análisis del uso de los verbos ligados a la pregunta del verso 8. Los hermanos utilizan los términos malak y mashal para interpretar el sueño, los cuales pueden ser traducidos como “reinar” y “dominar” respectivamente. Para Westermann ambos verbos significan lo mismo y dejan ver cómo “los hermanos entendieron de inmediato: eso sólo puede significar que él gobernaría sobre ellos, será su rey”[58]. A partir de estos términos Westermann argumenta que todo el debate en torno a la dominación que emerge en este sueño y su interpretación hace referencia “a la pregunta básica en torno a un hombre (un hermano) reinando sobre sus iguales (hermanos), pregunta que agitó a Israel en el período del surgimiento de la monarquía”[59]. Este autor sostiene que “dicho ordenamiento se opone al orden comunitario de la familia en el cual la autoridad es paterna”, y piensa que “los hermanos…representan el viejo orden el cual ven amenazado por la arrogancia que emerge del sueño del hermano menor”[60].

 

Según Skinner, en el lenguaje de la pregunta a los hermanos se encuentran vestigios históricos de un conflicto político y social. Para este autor el lenguaje utilizado en la pregunta “¿reinarás sobre nosotros?” del verso 8, apunta más allá de la historia personal de José y se dirige más bien hacia la “hegemonía de la ‘casa de José’ en el Israel del Norte”[61]. Estos argumentos hacen posible considerar las implicaciones políticas y sociales, y uno de los posibles debates que están de telón de fondo, en la historia de José. Los sueños de José a nivel familiar, son sueños de dominación, y parecen a nivel político, el anhelo de cambio de un sistema tribal a uno monárquico.

   

2.2 Complot y resistencia

 

Ante los sueños de dominación de José los hermanos responden con resistencia. Las preguntas de los versos 8 y 11 ya habían sugerido el descontento con la pretensión de José de reinar y dominar[62], y la oportunidad para evitar dicho destino se abre muy pronto, en los versos 12-36. Esto nos habla que tanto a nivel familiar como socio-político los sueños de José habían causado incomodidad. José busca a sus hermanos, quienes al verlo recuerdan en aparente son de mofa la identidad que ha asumido como soñador (v.19). Al menos así lo cree Robert Alter, quien opina que la frase “señor de los sueños” tiene un fuerte tono sarcástico que hace referencia a alguien que tiene relación de propiedad con algo[63]. Si los sueños tenían implicaciones políticas relacionadas con la realeza, la conversación de los hermanos en torno a qué hacer con el soñador también parece tenerla. Primero se nos dice que los hermanos conspiran para matarlo (v.18), y luego que este acto busca impedir que sus sueños se hagan realidad (v.20).  El término usado en la conversación de los hermanos es nakal, que Alter traduce como “planear”, “conspirar”, y que para Reimer implica la noción de llevar a cabo un golpe militar en contra de un gobernante[64].

 

Para Westermann, la reacción de los hermanos confirma que estos “representan el viejo orden –donde la autoridad comunitaria la sostiene el padre– que ven amenazado por la arrogancia del hermano menor”[65]. El plan es el de matar a José (idea repetida en versos 19 y 20), pero la intervención de Rubén y Judá hace que, en vez de derramar la sangre de José, éste sea vendido como esclavo (v.21-22, 27). El acto violento de los hermanos refleja la necesidad de evitar que una sola tribu gobierne sobre las demás en medio del pueblo liberado por Yahvé, tema monárquico que también es abordado en otros libros, como Jueces (conf. 8.22-23 o 9.7-15) y 1 Samuel 8-12.  

 

2.3 Cumplimiento de los sueños de dominación

 

Será necesario atravesar varios episodios en la vida de José y sus hermanos para conocer el desenlace de los sueños de dominación. En medio de los encuentros entre hermanos (cap. 37 y 42), se nos narra un episodio individual en la vida de Judá, cuya función parece ser la de pausar el desarrollo del relato mientras José llega a Egipto[66]. Ya en Egipto, los eventos nos relatan un “subir y bajar” en la vida de José, quien baja como esclavo a Egipto hasta subir como el primero en la casa de su amo Potifar (cap. 39), para bajar a la cárcel y subir no sólo como el encargado en dicho sitio sino finalmente como gobernador de Egipto (40-41). El reencuentro entre hermanos se dará en este contexto, donde José ya ostenta una posición de poder y se vive hambre tanto en Egipto como Canaán. En el reencuentro se repiten los eventos del inicio del cap. 37, donde el hijo menor empoderado se sitúa frente a sus hermanos, dependientes esta vez por vivir una situación crítica de hambruna.

 

Los sueños de José tenían un contenido simple: ver a sus hermanos postrados a sus pies. Su cumplimiento se reitera en varios momentos del reencuentro que se lleva a cabo desde el capítulo 42 hasta el 45. En la primera situación, narrada en 42.6, el texto nos dice que los hermanos entraron en presencia de José “y se postraron ante él rostro en tierra”. Aquí se retoma no sólo el uso del verbo hawah, postrarse, que discutimos en las páginas anteriores al estar presente en el capítulo 37, sino que se añade otra dimensión a este acto, describiéndose el detalle particular de que dicha postración se hizo “situando los rostros en tierra”. Esta actitud de postración será reiterada en 4 ocasiones más (43.26 y 28, 44.14, 50.18) en una serie de “inclinaciones” que confirma que el sueño se ha cumplido y los hermanos mayores se han postrado ante el menor. Finalmente, la postración se había hecho realidad, como lo muestra la mención a José como gobernante (shallit) de la tierra, que encontramos de igual forma en 42.6. Esta palabra, parte de una frase que Westermann considera una glosa explicativa, sugiere una alusión al verbo mashal que utilizan los hermanos para interpretar el sueño de José criticando sus pretensiones de reinar en 37.8. El deseo de gobernar o tener poder sobre sus hermanos se ha hecho realidad en este episodio.

 

El relato habla de la transición de poder familiar que se hace efectiva y que podría estar reflejando los conflictos sociales presentes en el trasfondo histórico del texto. Hemos mencionado las varias posibles realidades históricas reflejadas en Génesis 37-50. Una de estas era la tensión entre modelos comunitarios y jerárquicos de ordenamiento social en los momentos en que surge la monarquía, representados respectivamente por los hermanos y José. El relato nos cuenta que, aunque hubo intentos de resistencia frente al poder que emerge, los hermanos terminan aceptando y postrándose a sus pies (los de José, y por relacionamiento, los del sistema). Dicha postración indicaría que el sistema monárquico se ha abierto paso en el comunitario, o al menos que es la pretensión de quien escribe la historia de José que esto suceda.

 

Para Ivo Storniollo el momento más importante de la Historia de José ocurre en los capítulos 42-44, en los cuales los hermanos son caracterizados como quienes humildemente aceptan inclinarse ante José y ante el sistema que este representa[67]. Los sueños juegan el doble rol de describir el sueño de dominación del hermano menor y la resistencia de los hermanos[68]. George Coats tiene una opinión similar a Storniollo, señalando que los sueños del capítulo 37 “anticipan la subyugación al poder de José y auguran el episodio del capítulo 42 que trae a los hermanos en humilde sumisión al poder de un administrador desconocido en la corte de Egipto”[69]. Coats es de los autores que opinan que esta historia habría emergido en la corte de Judá a inicios de la monarquía.[70] Lidiando con la dificultad de situar el texto en algún contexto histórico preciso, podemos argumentar que el texto refleja efectivamente una transición de poder o bien sueña e invita a una transición de poder en un futuro cercano. En ambos casos, debemos admitir que existe una peligrosa ironía en este episodio narrado en 42-44, pues no hay duda de que sugiere y hace evidente lo fútil de resistir a la dominación, la cual llega por más intentos que se hagan de resistirla[71]. Lo que vemos acá es que el conflicto familiar proyecta luchas y conflictos a niveles políticos, sociales y económicos.

 

3. Génesis 37-50: Apología Teológica de una Dominación

 

La historia de José nos narra tensiones por el poder familiar y político, poder transferido de un personaje social a otro y reflejo de conflictos históricos entre grupos sociales en Israel. Dicha transferencia ha encontrado resistencia, al punto de que se hace necesario construir una narrativa que legitime la transición del poder. A esto llamamos “apología teológica de una dominación”: el texto de la Historia de José es construido teológicamente para que su audiencia abrace los cambios de poder que ahí se plantean.

 

3.1 Dios estaba con Él

 

Una de las ideas centrales del relato es argumentar que Dios estaba con José (39.2, 3, 5, 21, 23). La insistencia de esta frase es un recurso retórico que sitúa a la audiencia de lado del personaje, quien en medio de una situación de esclavitud ve una mejoría en su situación debido al acompañamiento divino. Coats sugiere que esta mención al acompañamiento divino explica el rápido ascenso al poder que tiene José en casa de Potifar[72], lo que es parte de la agenda del relato al insistir en las capacidades administrativas que han sido divinamente dadas al personaje. Storniollo busca leer Génesis 37-50 en clave ideológica. Todo sería parte de la construcción retórica del personaje y de su historia, con el propósito de convencer a la audiencia que todo lo que hace José, tiene apoyo divino. Sin duda, insistir en que José tiene el apoyo divino contribuye a legitimar la victoria de José en medio de la lucha con sus hermanos. José sueña con dominar a su familia, y Dios está con él, así que la escena de la postración debería ser comprendida y aceptada por la audiencia. Además, si lo que tenemos en el trasfondo histórico son pugnas a nivel social y político, deberemos asumir que Dios está con cualquier sistema que José esté representando. Storniollo sostiene que dicho sistema no es otro que el tributario, utilizando Gen 41 y 47 para apoyar su idea, donde José crea una estructura tributaria en favor del estado egipcio. Sea cual sea el trasfondo histórico del relato, parece ser que existe un interés de apoyar un sistema, realidad, idea o comportamiento que está siendo planteado y resistido.

 

3.2 José: modelo de sabiduría y administración

 

Otro de los aspectos que ayudan a “suavizar” la llegada de José al poder es su presentación como alguien que representa un modelo de sabiduría y administración. Tener sueños y discernirlos no es sólo un atributo divino, pero también una característica de sabiduría, como ya hemos mencionado, al ser esta una característica de los sabios de la corte en el antiguo Cercano Oriente. El término usado por faraón, hakam, utilizado repetidamente en Proverbios, Eclesiastés y Eclesiástico, implica “ser sabio, docto…sensato, juicioso…prudente”[73]. Esta característica de sabiduría abre a José la puerta para administrar todo Egipto. Sin duda las medidas económicas y agrícolas que propone José para lidiar con la hambruna –cobrar un 20% de la producción del pueblo, se convierte en elemento clave para que el faraón lo considere lleno de sabiduría.

 

El solicitar tributo a la población era una práctica común en Egipto, Mesopotamia, Persia, Grecia, Roma, etc.[74] En Israel, la tradición adjudica a Salomón la construcción de dicho sistema[75]. A pesar de que dicho rey es propuesto como prototipo de sabiduría y buena administración, 1 Re 12 nos cuenta que el pueblo se sublevó por el yugo pesado que sufrió en sus manos. Yugo que se asume era en gran medida económico (conf. 1 Re 4.7, 9.15-28, y 12.4). El sistema tributario también fue criticado por otras tradiciones en Israel, como señala por ejemplo 1 Samuel 8.11-18, donde es una de las características que acompañan al rey que hará clamar al pueblo por la intervención de Yahvé (1 Samuel 8.18) es la de tomar los recursos del pueblo. A pesar de estas críticas al sistema, en la Historia de José parece que encontramos un esfuerzo por argumentar que José es alguien caracterizado por su sabiduría y buen juicio administrativo, siendo legitimada su figura tanto como el sistema que representa.

 

3.3 José como enviado para salvar muchas vidas

 

El último aspecto relacionado con la apología teológica de la dominación de José es la frase que reitera que José ha sido enviado por Dios ha salvar muchas vidas[76]. Dicho discurso aparece en tres momentos clave (Gen 45.5; 47.13-26; 50.20), siempre en la boca de José. En Gen 50.20, los hermanos temen que José tome represalias por sus acciones ahora que Jacob ha muerto (50.15-18). José responde que él no puede tomar el rol (¿de juez?) que pertenece a Dios –de nuevo demostrando gran ética, y aunque señala que los hermanos han intentado hacer un gran mal, Dios lo ha convertido en bien. El objetivo de esta transformación de algo “malo” en “bueno”, según la historia, es el de preservar y salvar muchas vidas. Esta escena tiene una posición estratégica, se da en el momento exacto en donde se narra la reconciliación entre los hermanos. Dicha reconciliación implica aceptar el poder de José y el hecho de que su sistema cuenta con la bendición divina.  El mal en la historia radica en resistirse a José, mientras que el bien consiste en que José ha sido designado como el máximo poder de Egipto y que haya instalado el sistema de tributos. El discurso que legitima al hijo menor parece evocar el discurso de salvación que viene del estado y su sistema.

 

4. Una voz disonante: ¿Por qué moriremos delante de ti?

 

Dentro de una narrativa de conflicto familiar y político, cuya voz principal parece ser la de legitimación y apología teológica de una dominación, Génesis 47.13-26 parece surgir como una voz disonante. Este texto puede ser leído como una ironía crítica al discurso principal de dominación y legitimación. Esto por dos razones, una de redacción y una discursiva. La primera consiste en considerar Gen 47.13-26 como una glosa o añadido que parece no contribuir al relato general, como ya hemos mencionado al inicio que se ha entendido este texto en la exégesis histórica. La segunda está relacionada con el punto de vista en que se mira a José pues, mientras en el resto del relato de Gen 37-50 José parece ser descrito con aptitudes positivas –es prudente, sabio administrativamente, Dios está con él, practica normas éticas, en este texto José aparece actuando en perjuicio del pueblo egipcio, al que despoja y hace esclavo. Gen 47.13-26 permite elaborar un argumento de denuncia ante la apología teológica del personaje.

 

Personaje central en el relato es también el pueblo egipcio como colectivo, afectado por las acciones de José. El pueblo da todo a José para evitar la muerte, viendo una transformación total en su situación económica, social, comunitaria e individual. Ya no es únicamente gente esclavizada y sujeta a impuestos, sino cuerpos muertos. Así entiende Alter el término gewiyyah usado en el verso 18, quien sugiere que la palabra es un “hablar sardónico de su miserable condición: no poseen nada más que su “carcasa/esqueleto”, han sido reducidos a cuerpos caminantes”[77]. José ha tomado literalmente todo del pueblo. La situación del pueblo egipcio bajo la hambruna es extrema. Dos veces (v 15, 19) el narrador pone en boca del pueblo la pregunta[78]: “¿Por qué moriremos delante de ti?”. Con estas palabras la audiencia puede sentir la desesperación que el ser humano vive cuando enfrenta una muerte lenta y dolorosa; junto a esto, la audiencia escucha también la acusación/denuncia en contra de José por su sistema: el pueblo muere delante de él, y como la historia parece implicar en su trama, debido a él. El contenido de la frase, y el hecho de que es pronunciada en dos ocasiones, indica que nos hallamos ante una de las temáticas más importantes del relato:[79] existe un temor a morir debido al sistema que José representa. El grito dibuja el sufrimiento, y al mismo tiempo critica el sistema que José ha impuesto.

 

El pueblo egipcio responde a su situación de esclavitud y sumisión por impuestos con palabras desconcertantes en el verso 25: “¡Nos has salvado/preservado la vida! Hemos hallado gracia ante los ojos de nuestro señor”. No hay duda de que dicha frase podría entenderse como parte del discurso legitimador de la sabia y apropiada administración de José. De hecho, así ha sido la lectura común de este texto. Usualmente Gen 47.13-26 es considerado parte del argumento que apoya la administración exitosa de José en Egipto[80]. Sin embargo, en la construcción del relato su narrador parece ir mostrando como aspecto central, el sufrimiento y despojo del pueblo en manos del gobernante. Habiendo discutido estos elementos literarios cabe preguntarse ¿Cuál podría ser la perspectiva o punto de vista desde la cual se narra el relato? Proponemos que Gen 47.13-26 es una voz disonante que critica fuertemente la administración de José, que plantea como salvífico un sistema que condena al pueblo a esclavitud, hambre, explotación económica y muerte.

 

5. Conclusión: La Historia de José desde la Hermenéutica de la Liberación

 

Aunque tradicionalmente las lecturas liberadoras prefieren como puerta de entrada las dimensiones históricas y estructurales de las tradiciones bíblicas, hemos escogido como puerta de entrada la dimensión literaria del texto, siguiendo la tradición de la Hermenéutica Contextual Sudafricana, que busca por esta vía democratizar la lectura entre personas académicamente formadas en la ciencia bíblica y personas sin esta formación. Además, consideramos que desde la dimensión literaria se pueden percibir las sutilezas, continuidades, sistemas, discontinuidades, temáticas humanas vitales, y discursos ideo-teológicos, entre otros, de textos fundantes como los bíblicos. En este sentido, la lectura inicial desde lo literario se convierte en clave.

 

Aun así, una hermenéutica liberadora se sostiene mejor a través del uso de otras herramientas exegéticas, como aquellas que han emergido de las ciencias sociales contribuyen a ubicar el texto en el texto los contextos vitales, esperanzas, luchas y conflictos en medio de los cuáles este pudo haber surgido. Estas herramientas –entre las que están la historia, la economía, la sociología, la arqueología, entre otras, centrales en el método histórico crítico, ayudan a ver los textos como representantes de sistemas teológicos, políticos, económicos, sociales y culturales. Así, la combinación de métodos –exégesis ecléctica – trae luz a los distintos niveles del texto, y contribuye a comprender las estrategias de dominación y resistencia. Con estas herramientas, hemos propuesto que el conflicto familiar percibido al nivel del relato puede comprenderse como el reflejo de luchas políticas. Debido a esto, exploramos la posibilidad de situar el texto desde la época monárquica hasta el exilio, recopilando la investigación histórica en torno a la Historia de José y abriendo la puerta a una multitud de textos que posibilitan distintas lecturas del conflicto. Por ende, este análisis de Gen 37-50 busca problematizar la dimensión ideo-teológica del relato, y ver hasta qué punto, dentro de las pugnas ideológicas y sus complejidades, podemos situar el texto en nuestras propias luchas, o considerarlo una herramienta peligrosa por su carácter dominador. El texto –asumido desde esta perspectiva, es compañero de diálogo y de camino, y no palabra que se impone y a la que respondemos solamente con silencio y obediencia.

 

A través de Gen 47.13-26 rescatamos lo que creemos puede ser entendido como una denuncia teológica ante un sistema in-humano y anti-divino. Lo primero que el texto nos permite es ver la injusticia vendida como salvación y el proyecto de dominación siendo propuesto como modelo divino de gracia. Entender este discurso que emana de las estructuras de poder nos permite liberarnos y rescatar otras posibilidades de Dios, como aquellas que resisten al abuso en 1 Sam 8.11-18, o 1 Re 12.1-20, donde un pueblo abatido por la opresión económica se organiza para buscar un cambio en su situación. En esto se encierra nuestra lectura de la Historia de José: liberación del discurso ideológico para promover cambio y reivindicación.

 

La lectura del texto en clave liberadora no se puede quedar en una palabra en favor o en contra de. El texto como llamado profético nos pide escuchar el grito del pueblo egipcio que teme “morir delante del sistema”, así como nuestras comunidades en América Latina gritan al ver sus vidas sucumbir ante la opresión estructural a la que nos enfrentamos actualmente, siendo la pobreza y desigualdad de las más crudas y que traen otras consecuencias. El llamado desde Gen 37-50 no es sólo a comprender las sutilezas dentro de las relaciones de dominación y resistencia, y a de-construir los sistemas que median dichas relaciones, sino también un llamado a organizarse para transformar dicha realidad, que trae todo menos salvación, que significa todo menos gracia divina.  

 

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David Castillo Mora, es Doctor en Estudios Bíblicos por la Universidad de KwaZulu-Natal, Pietermaritzburg (Sudáfrica), Coordinador del programa de estudios bíblicos del Centro de Estudios y Relaciones Judeo-Cristianas (San José, Costa Rica) y profesor de Ciencias Bíblicas en la Universidad Bíblica Latinoamericana (San José, Costa Rica). ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0059-5203.

 

Contacto: d.castillom35@gmail.com

 

Artículo recibido: 29 de agosto del 2022.

Artículo aprobado: 26 de septiembre del 2022.

 

 



[1] John Skinner, The International Critical Commentary Genesis (Edinburg: T. & T. Clark, 1930), 440.

[2] Claus Westermann, Genesis 37-50: A Commentary, (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1986), 18.

[3] Laurence Turner, Announcements of Plot in Genesis (Sheffield Academic Press: Sheffield, 1990), 163.

[4] Gerald O. West, Contextual Bible Study (Pietermaritzburg: Cluster Publications, 1993), 12-15.

[5] Esta es una importante noción ideológica que surge de la Hermenéutica Negra de Liberación.

[6] Al ser un texto compuesto por una fuente o tradición principal, completada por otras fuentes o tradiciones secundarias que matizan o cambian la perspectiva de la primera, el texto adquiere polifonía interna. Polifonía que puede significar conflicto.

[7] Conf. Walter Bruggemann, “Trajectories in Old Testament Literature and the Sociology of Ancient Israel”, en Hermeneutics of Liberation: Political and Social Hermeneutics, ed. por Norman K. Gottwald y Richard Horsley (New York: Orbis Books, 1983), 308-309, donde el autor describe al menos dos tradiciones que participan en la composición de los textos del A.T., la mosaica y la davídica.

[8] En esta narrativa familiar las mujeres están ausentes. Aun así, son centrales para entender el origen del conflicto. Es a partir de ellas y sus hijos que el amor del padre se divide y los hermanos se enfrentan.

[9] Génesis 37-50 es considerado un puente entre la vida en Canaán y la vida en Egipto, es decir, entre la vida de las familias ligadas a la promesa y el pueblo liberado.

[10] Hay autores que consideran que el relato de José es un tipo de crónica histórica, Roland de Vaux, en su Historia Antigua de Israel I: Desde los Orígenes a la entrada en Canaán (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1975), es uno de ellos. No hay duda de que el texto apela a situaciones cotidianas, el asunto es hasta qué punto sus eventos son un recuento o una creación literaria ficticia.

[11] Como novela la ven Skinner, Genesis, 44; Donald Redford, A Study of the Biblical Story of Joseph (Leiden: E. J. Brill, 1970), 1; Gerhard Von Rad, Estudios sobre el Antiguo Testamento (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1976), 255; George W. Coats Genesis with an Introduction to Narrative Literature. Volume I: The forms of Old Testament Literature (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Company, 1983), 265; y Westermann, Genesis, 26, para quien es una combinación entre novela y relato corto. 

[12] Von Rad, Estudios, 254.

[13] Para una definición y ejemplificación de la noción de motivo literario empleada aquí véase José E. Ramírez- Kidd, Para Comprender El Antiguo Testamento (San José: Editorial Sebila, 2009), 54-57.

[14] John Walton, Zondervan Illustrated Bible Backgrounds Commentary: Genesis (Grand Rapids: Zondervan, 2009), 128.

[15] Otros motivos centrales en la historia como el de la hambruna, los sueños, el sabio que salva en medio de una crisis -muchos presentes en la literatura egipcia, tendrán un rol vital en la Historia de José. Von Rad encuentra en dicha historia ecos de la Sabiduría de Amenemopet y las Quejas del campesino elocuente (Estudios, 256), por lo que relacionó la historia de José con la sabiduría egipcia. Esta Historia es vinculada también con el Salmo 105, las tradiciones de Osiris, así como con la Historia de la Sucesión al Trono de David (Redford, A Study, 181; Von Rad, Estudios, 255), lo que la convierte en parte integrante de un universo literario muy vasto. 

[16] Ramírez-Kidd, Para Comprender, 28 y 136.

[17] Ramírez-Kidd, Para Comprender, 28 y 136.

[18] De Vaux, Historia Antigua, 293.

[19] De Vaux, Historia Antigua, 294.

[20] De Vaux, Historia Antigua, 295-297.

[21] De Vaux, Historia Antigua, 298.

[22] De Vaux, Historia Antigua, 301-302.

[23] Von Rad, Estudios, 257.

[24] Von Rad, Estudios, 257.

[25] Von Rad, Estudios, 258.

[26] Esto al nivel del relato, pues José es parte de la historia de su familia, así como de la historia política de Egipto, Westermann, Genesis, 24-26.

[27] Westermann, Genesis, 24-26.

[28] Westermann, Genesis, 24-26.

[29] Ivo Storniollo, “A história de José do Egito (ou a ideología do reino de Salomao)”, Vida Pastoral 187 (marzo-abril, 1996): 187.

[30] Storniollo, “A história de José”, 190.

[31] Robert Coote, In Defense of Revolution: The Elohist History (Minneapolis: Fortress Press, 1991), 3.

[32] Coote, In Defense, 11-12.

[33] Coote, In Defense, 11-12.

[34] Mark Brett, Genesis: Procreation and the politics of Identity (London: Routledge, 2000), 118-119.

[35] Brett, Genesis, 5.

[36] Brett, Genesis, 7.

[37] Paul Kim Hyun Chul, “Reading the Joseph Story (Genesis 37-50) as Diaspora Narrative”, The Catholic Biblical Quarterly 75 (2013): 220.

[38] Hyun Chul, “Reading the Joseph Story”, 220.

[39] Hyun Chul, “Reading the Joseph Story”, 222.

[40] Redford, A Study, 68-69.

[41] Robert Alter, Genesis: Translation and Commentary, (New York: W.W. Norton and Company, 1996), 208.

[42] Westermann, Genesis, 36.

[43] M. Ottosson, J. Bergman y G.J. Botterweck, halom”, en Theological Dictionary of the Old Testament Volume IV, ed. por G.J. Botterweck y H. Ringgren (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1980), 422.

[44] Ottosson, Bergman y Botterweck, halom”, 422.

[45] Ottosson, Bergman y Botterweck, halom”, 422. Un caso similar ocurre con Salomón en 1 Reyes 3.

[46] Ottosson, Bergman y Botterweck, halom”, 422.

[47] Von Rad, Genesis, 346-347.

[48] Von Rad, Genesis, 347.

[49] Von Rad, Genesis, 347.

[50] H. P. Stähli, “hawah”, en Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento. Volumen I, ed. por Ernst Jenni y Claus Westermann (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1978), 399.

[51] Stähli, hawah, 249.

[52] S. Amsler, “qûm”, en Theological Lexicon of the Old Testament. Volume 3, ed. por Ernst Jenni y Claus Westermann (Peabody, Mass.: Hendrickson Publishers, 1994), 1138. El autor resalta la función de “qûm” como antónimo de “hawah”.

[53] Westermann, Genesis, 38.

[54] Ottosson, “halom”, 430.

[55] Ottosson, “halom, 430. Conf. Gen 41.32.

[56] Von Rad, Genesis, 346.

[57] Von Rad, Genesis, 346.

[58] Von Rad, Genesis, 38.

[59] Von Rad, Genesis, 38.

[60] Von Rad, Genesis, 38.

[61] Skinner, Genesis, 445. Von Rad piensa que esto puede haber sido así y elimina cualquier posibilidad de que haya existido un interés político detrás de la novela (Genesis, 347).

[62] Interesantemente, von Rad parece sugerir que el descontento de los hermanos se debe a la juventud de José y no a sus sueños. Ver von Rad, Genesis, 347.

[63] Alter, Genesis, 212.

[64] Haroldo Reimer, “La Necesidad de la Monarquía para salvar al pueblo: Apuntamientos sobre la Historia de José (Génesis 37-50)”, RIBLA 23/1: (1996): 68.

[65] Westermann, Genesis, 38.

[66] Esto según Laurence Turner, Genesis (Sheffield Academic Press: Sheffield, 2000), 167, y otros autores. No hay duda de que Gen 38 tiene múltiples conexiones con la narrativa de Génesis 37-50, esto en términos de motivos literarios, personajes y temáticas de descendencia.

[67] Storniollo ve en el relato no sólo el levantamiento de Salomón como rey, sino el establecimiento del sistema tributario, esto en los caps. 41 y 47. Los hermanos no sólo se inclinarían al rey, sino que aceptarían dicho sistema; Cf. A Historia de Jose, 189.

[68] Storniollo, A Historia de Jose, 187.

[69] George W. Coats, From Canaan to Egypt: Structural and Theological Context for the Joseph Story (Washington: The Catholic Biblical Association of America, 1976), 13.

[70] Para otros autores, como R. Coote y T. Römer, lo que tenemos acá es la aceptación de la llegada al poder de círculos pertenecientes al Israel del Norte. Coote plantea que el trasfondo histórico del Historia de José calza en la época del levantamiento de Jeroboam I como rey de Israel. Para Coote, el deseo de que los hermanos se inclinen rostro en tierra reflejaría el anhelo de Jeroboam I de conquistar Judá y ganar la guerra con Roboam (In Defense of Revolution, 92). Römer, quien lee el relato como emergente en medio de colonias israelitas en la diáspora egipcia del pos exilio, ve la posibilidad de que este texto busque recuperar un rol protagónico del “Israel del Norte” en contraposición al “Israel del Sur” (“The Joseph Story, conferencia inédita presentada en el Congreso de la IOSOT 2016 [International Organization for the Study of the Old Testament, Stellenbosch, South Africa 2016]).

[71] Varios autores han señalado la ironía en el acto de los hermanos, que intentando evitar la dominación de José propician su consecución. 

[72] Coats, Genesis, 279.

[73] Luis A. Schökel, Diccionario Bíblico Hebreo-Español (Madrid: Editorial Trotta, 1994), 250.

[74] Gerald O. West, “Tracking an Ancient Near East Economic System: The Tributary Mode of Production and the Temple State” Old Testament Essays 24/2 (2011): 521-523.

[75] West, “Tracking”, 516-517.

[76] Alter, Genesis, 267. Para Alter éste es otro signo de la piedad de José, quien reconocería la providencia divina en su ascenso en Egipto.

[77] Alter, Genesis, 284.

[78] Alter, Genesis, 282. El autor discute similitudes y diferencias en esta página.

[79] La idea de utilizar la repetición es precisamente para destacar este énfasis en ideas y temáticas.

[80] Así, por ejemplo, los comentarios de Skinner y G. von Rad.