Vida  y

Pensamiento

Revista Teológica de la Universidad Bíblica Latinoamericana

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Volumen 39 Número 2  -  Julio/Diciembre 2019  -  San José, Costa Rica  -  ISSN 1019-6366

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La teología de la prosperidad:

¿ganar con Dios?

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La teología de la prosperidad y su impacto en la vida y espiritualidad de las personas

Sharo Rosales Arce

 pp. 79-107

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Resumen: el artículo busca visibilizar una narrativa y unas prácticas basadas en un supuesto pacto entre Dios y las personas, donde éstas deben tener una fe expresada en obediencia ciega a lo que diga su líder en respuesta a lo cual Dios, entonces, les prosperará económicamente.

Abstract: the article seeks to make visible a narrative and practices based on a supposed pact between God and people, where they must have a faith expressed in blind obedience to what their leader says in response to which God will then prosper economically.

Palabras claves: Religiosidad; abuso; error doctrinal; culpa; desafíos eclesiales.

Key Words: Religiosity; abuse; doctrinal error; guilt; ecclesial challenges.

 

 

 


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Sharo Rosales Arce

La teología de la prosperidad y su impacto en la vida y espiritualidad de las personas

Introducción

“La peor droga es la que narcotiza el corazón y la conciencia. El peor tráfico es el tráfico con la fe y con la Palabra de Dios. Hay también ‘narcotraficantes religiosos’ que tendrán que dar respuesta al Dios de la justicia y de la vida”[1] Con estas palabras lapidarias, el teólogo Juan Stam cerraba sus reflexiones sobre la manipulación de la fe para conseguir fines egoístas alejados de la Escritura en un volumen de la revista Vida y pensamiento del año 2003. Han pasado 16 años desde entonces, pero la pertinencia de sus conclusiones no puede ser más actual.

Y es que, por larga data, hemos sido testigos, en nuestros países de América Latina y otras partes del mundo, de otro tipo de manipulaciones de la fe a favor del dios dinero. ¿Quién no recuerda aquella frase de saludo entre personas cristianas en muchas iglesias evangélicas en Costa Rica, cuando en respuesta a un “¿cómo está?” se solía responder: “¡Prosperado, bendecido y en victoria!”? La frase reflejaba el estado ideal de una buena persona cristiana, pero, además, se esperaba que fuera una confesión de fe, aunque la persona en cuestión anduviera con un ánimo de arrastre y las finanzas en números rojos. Sin embargo, esa no era la peor parte. La peor parte era que si la persona andaba deprimida y con la billetera más que vacía, posiblemente, aquello significaba que estaba en pecado o, por lo menos, le faltaba fe.

Pues bien, esto se trata solo de una sombra de lo que hoy en día se da en llamar “Teología de la Prosperidad” y que es una enseñanza religiosa basada en un supuesto pacto con Dios, donde las personas deben darse de manera económica y tener una fe ciega en sus líderes religiosos, quienes les han prometido que Dios les prosperará materialmente por dicha entrega y obediencia.

Incluso, el teólogo Arturo Piedra, en sus cavilaciones para la revista Espiga, de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica (UNED), no deja de referirse a la teología de la prosperidad definiéndola de dos maneras: “… una corriente religiosa neoprotestante que establece que una buena relación con Dios conduce a una condición de prosperidad material… una interpretación de la fe cristiana que percibe las situaciones humanas de enfermedad y pobreza material como resultado de una relación deficiente con Dios”.[2] Piedra añade: “En principio, habría que reconocer que esta teología es parte de un paquete religioso neoprotestante que en ciertos lugares tiene rasgos carismáticos y pentecostales y, en otros, del protestantismo tradicional”.[3]

Lo cierto es que este paradigma teológico es asumido cada vez por más pastores neopentecostales. Al decir de Osías Segura:

“El pentecostalismo se debe distinguir en tres olas o movimientos históricos. Primero, el pentecostalismo clásico llega a nuestra región desde inicios a mediados del siglo XX. La segunda ola, durante los años 70, nos trae el movimiento carismático. Este movimiento afectó a toda denominación protestante, y hasta la iglesia Católico Romana. Finalmente, el último movimiento es el neopentecostal, o de la tercera ola, que se desarrolló a inicios de los años 90, y hoy se encuentra en su plenitud como parte de los nuevos movimientos religiosos latinoamericanos. Una aclaración es válida: no toda iglesia evangélica o pentecostal debe ser confundida con estos grupos neopentecostales... Los líderes neopentecostales, una vez fueron parte de los movimientos pentecostales, pero se separaron de sus denominaciones para ‘ser fieles al mover del Espíritu Santo’”.[4]

No en vano y muy a propósito, el teólogo Martin Hoffman (en un foro de la Universidad Bíblica Latinoamericana donde compartí el tema con él), explicaba que “la teología de la prosperidad es la versión actual de la teología de la gloria a la que se opusieron los reformadores protestantes. La teología de la gloria construye una imagen de Dios según las ideas humanas de la sabiduría, el poder y la justicia. Resulta que Dios es el ser más sabio, más poderoso y más justo. Y él actúa igual que la lógica humana: mediante castigo y premio. La prosperidad se considera, entonces, como el premio por la fe y la obediencia”.

Odin Dupeyron, apuntaba en una publicación reciente que los seres humanos somos como un péndulo, que solemos irnos de un extremo al otro, logrando pocas veces alcanzar el equilibrio.[5] Esto no deja de hacernos reflexionar un poco en cómo, en alguna época, se exaltaba la pobreza como fin o propósito divino. De ahí, se pasó a una teología de la liberación que daba cabida y dignificaba a los más desposeídos. Y ahora, en ciertos círculos, a una teología de la prosperidad donde se hacen promesas mágicas de abundancia económica en nombre de un Dios al servicio de unos pocos que están en el poder. Como podemos argüir, esta teología de la prosperidad tiene brazos largos en el tiempo y en el espacio. Veamos algo de sus orígenes.

1. Reseña histórica y alcances en el mundo

Para la investigadora Kate Bowler, “fue desde finales del siglo XIX que algunos predicadores comenzaron a enseñar ‘la prosperidad de Dios’. Esto se integró y difundió en diversas formas culturales del llamado ‘sueño americano’, es decir, con voluntad y perseverancia todos pueden llegar algún día a ser ricos en esta Tierra. Con los años, la predicación se fue modificando hasta que, en 1970, se consolidó el modelo que más se utiliza en la actualidad: ‘Fe = Inversión + Autoayuda’”.[6]

La también autora continúa: “Los cultos giraron para hacer cada vez más énfasis en la sanidad sobrenatural y otro tipo de milagros. El movimiento se extendió a través de las iglesias estadounidenses en los años 60 y 70, lo que favoreció que se crearan seminarios con un enfoque teológico adaptado a esta línea de pensamiento. De esta forma, se ha perpetuado un conjunto de enseñanzas que asegura la expansión de su filosofía en todo el mundo”.[7]

De hecho, Fernando Ernesto Alvarado señala: “Las enseñanzas de prosperidad ocuparon más tarde un lugar prominente en el movimiento Word of Faith y el tele-evangelismo de los años 1980. En las décadas de 1990 y 2000, influyentes líderes del movimiento pentecostal y el movimiento carismático, la adoptaron en los Estados Unidos y se ha propagado por varios otros países. Algunas figuras prominentes en su desarrollo son E. W. Kenyon, Oral Roberts, A. A. Allen, Robert Tilton, T. L. Osborn, Joel Osteen, Creflo Dollar, Kenneth Copeland, ‘Cash’ Luna, Mike Murdoc y Kenneth Hagin.[8]

Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa, en sus escritos para La Civiltà Cattolica Iberoamericana le siguen el rastro a este fenómeno y dicen: “Esta ‘teología’ fue difundida en todo el mundo durante décadas -gracias a gigantescas campañas mediáticas- por movimientos y ministros evangélicos, especialmente los neocarismáticos. El ‘evangelio de la prosperidad’ (‘Prosperity Gospel’) ha ido difundiéndose no solamente en los Estados Unidos, donde nació, sino también en África, especialmente en Nigeria, Kenia, Uganda y Sudáfrica. En la ciudad de Kampala (Uganda), hay un gran estadio cubierto, la Miracle Center Cathedral, cuya construcción costó siete millones de dólares; pero el ‘evangelio de la prosperidad’ ha tenido también un notable impacto en Asia, sobre todo en India y Corea del Sur. En este último país, en los años ochenta, hubo un fuerte movimiento autóctono vinculado a esta corriente teológica, promovido por el pastor Paul Yonggi Cho. Este predicaba una ‘teología de la cuarta dimensión’, según la cual los creyentes, mediante el desarrollo de visiones y sueños, iban a poder llegar a controlar la realidad, obteniendo casi todo tipo de prosperidad inmanente”.[9] Los autores señalan que “Cho fue condenado por apropiación ilícita de alrededor de 15 millones de euros de las cajas de la Iglesia, utilizados para intentar recuperar las pérdidas bursátiles de su familia”.[10]

Asimismo, el movimiento se ha extendido en la “República Popular China, gracias a las ‘Iglesias de Wenzhou’. Wenzhou es un gran puerto oriental en la provincia de Zhejiang, en cuya zona han ido apareciendo grandes cruces rojas en cada vez más edificios. Tales cruces suelen indicar la presencia de una ‘Iglesia de Wenzhou’, una comunidad creada por varios empresarios locales y vinculada al movimiento de la ‘teología de la prosperidad’”.[11]

Nuestra región no está exenta. “En América del Sur, la difusión más significativa se dio en Colombia, Chile y Argentina, pero no cabe duda de que Brasil merece una consideración especial, porque posee una dinámica propia y un movimiento pentecostal autóctono como la ‘Iglesia Universal del Reino de Dios’. Este grupo, denominado también ‘Pare de sufrir’, tiene ramificaciones en toda América Latina, pero ha conservado un idioma intermedio entre el español y el portugués, que determina un tipo de comunicación peculiar y minuciosamente estudiado”.[12]

El articulista Ninro Ruíz Peña cita al investigador David Botelho, quien expresa la preocupante situación de esta realidad en Brasil: “Durante los últimos 20 años, la iglesia casi se cuadruplicó en tamaño y prosperó en las finanzas... Se estima que un cuarto de la población es evangélica brasileña, pero es superficial en la vida cristiana; la iglesia se ha tornado rica pero sin visión... Los medios de comunicación evangélicos han influenciado con la teología de la prosperidad, formando una mentalidad materialista y mundana, aumentado la estructura del poder de las denominaciones. El discipulado es débil y no satisface todas las necesidades de la iglesia, porque se han intelectualizado para centrarse en sus propios intereses”.[13]

Y si consideramos América Central “Guatemala y Costa Rica se han convertido probablemente en los dos bastiones principales de esta corriente religiosa. En Guatemala, ha sido determinante la presencia del líder carismático Carlos Enrique Luna Arango, llamado ‘Cash Luna’. Costa Rica es la sede del canal evangélico de televisión satelital TBN-Enlace”[14], este último dirigida por Jonás González hijo, quien continúa actualmente la labor de su padre, del mismo nombre. Algunos otros exponentes del tema de la teología de la prosperidad a considerar son: Joyce Meyer, Benny Hinn, Raúl Vargas y Rony Chávez.

Como vemos, esta predicación de salud y riquezas fue difundida en todo el mundo durante años por distintos movimientos y ministros evangélicos, especialmente neocarismáticos, pentecostales y neopentecostales, valiéndose de gigantescas campañas mediáticas y giras de famosos tele-evangelistas, al tiempo que las denominaciones más tradicionales iban experimentando un relativismo teológico y moral creciente, lo que incluía el no tomar una posición clara y firme frente a estas enseñanzas. Para finalizar, en palabras de Miguel Pastorino, citado por Julio Martínez, todo se reduce al propósito de “esparcir el evangelio de la avaricia por todas partes”[15].

2. El fin último de la teología de la prosperidad

Pero vale la pena preguntarse ¿por qué la teología de la prosperidad tiene tanto empuje, sobre todo en los sectores más desfavorecidos de la sociedad? ¿Cuál es su fin? ¿Qué promete? Sencillamente, trata de convencer a las personas del intercambio que pueden hacer con Dios: dar dinero y obediencia ciega a sus líderes, a cambio de obtener salud y prosperidad económica. Esas dos promesas de bienestar económico y salud son la panacea de sus lineamientos. Después de todo, ¿quién no desea salud y bienestar económico? Como seres humanos, anhelamos la estabilidad que estos dos elementos conllevan, empero, lo cuestionable es la promesa que se otorga a través de un supuesto pacto divino para recibirla. La manipulación, la culpa, los castillos en el aire, el sometimiento… Todos, matices que trataremos a continuación.

3. Tres nociones de la teología de la prosperidad

3.1. Vida cotidiana y mensaje de esta teología

¿Cómo se vive en lo cotidiano con esta creencia? Numerosas veces, sus prácticas incluyen:

a. Confesión positiva y visualizaciones

Repetición de estados deseados “para recibir conforme confesamos”; por ejemplo: “estoy sano” o “Dios me sanó”. Conocí a un señor en Psiquiatría del Hospital Calderón Guardia (San José, Costa Rica), llevado ahí por un intento de suicidio debido a la depresión. Él fue desafiado por sus pastores a dejar de tomar los medicamentos para probar de este modo su fe. Otra confesión común es: “Dios hará el milagro de la multiplicación; usted siembre en su reino y él le hará el resto”. Por supuesto, sembrar en el reino significa dar lo que se tiene al líder o pastor. Otra expresión es “confiese que su marido volverá”. Otro señor que conocí tenía 6 años de una feliz vida matrimonial con su nueva esposa, en el tanto su anterior cónyuge oraba por su regreso. Y lo mismo podríamos decir de las “terapias restaurativas” para personas homosexuales, con repeticiones como “soy sano de la perversión” o “Dios quita mi pecado sexual y me libera del homosexualismo”. Otras son: “Soy el hijo del dueño del oro y de la plata” o “confieso que soy próspera”, después de haber fiado y estar pagando en lugar del hermano del pastor.

b. Dar pasos de fe

Las creencias religiosas influyen directamente en las decisiones de las personas, quienes entienden que dar pasos de fe es sinónimo de no medir riegos y obedecer a palabras como “hay que dar hasta que duela”, “dar más de lo que usted puede” o “dar lo que su familia necesita, porque Dios verá su fe y no solo le proveerá, sino que le multiplicará”. Fui testigo de estas declaraciones hechas por la pastora Alexandra Zamora, de la Iglesia Oasis a la Naciones, discípula costarricense de Rony Chávez, quien, en sus propias palabras declaró: “He sido llamada a predicar a los poderosos, a los de cuello blanco, a las naciones”.

Julio Martínez señala otras expresiones de este tipo que se utilizan frecuentemente: “‘Haga negocios con Dios y verá la bendición divina’, ‘Dios es tu socio, si quieres ganar más dinero, tendrás que invertirlo todo aquí’, ‘ser pobre es pecado’, ‘si usted confiesa que es próspero, usted no será más pobre’, ‘Jesús quiere que usted sea rico y para eso usted debe sacrificarse por él’, ‘si un mafioso se mueve en un auto lujoso, un hijo de Dios debe tener uno mejor’”.[16] Para esto someten a sus fieles a un constante desafío de entregar sus bienes, a cambio de beneficios espirituales y materiales.

No por casualidad, el teólogo Osías Segura sostiene: “De esta manera, pareciera que las leyes del mercado gobiernan al Dios todopoderoso y su santísima voluntad. Bíblicamente, esta ley del mercado parece encontrarse en ciertos temas teológicos como ‘el pacto’, ‘la siembra y la cosecha’, ‘el diezmo y las ofrendas’’ y ‘el ciento por uno’. Estos temas bíblicos contienen un principio de causa y efecto: ‘El que quiere recibir debe dar en abundancia’. El necesitado le pide a Dios una bendición y, si recibe tal bendición, el necesitado debe dar de su parte y, así, bendecir el ministerio del profeta o apóstol que facilitó el pacto”.[17]

c. Dar dádivas a “causas de Dios” o a “personas ungidas”

Vemos que la teología de la prosperidad es una teología que apela a grupos con aspiraciones de acceso social y que promete ganancias como frutos o premios para sus actitudes de fe. Así pues, quienes contribuyen, donan, patrocinan, apoyan y hasta pagan diezmos por adelantado, pero no obtienen la bendición prometida, son acusados de tener orgullo o falta de fe. Todo esto, mientras los siervos de Dios de esas mismas iglesias (que ahora se parecen más a ejecutivos del púlpito, rodeados de ‘glamour’, que viajan a las naciones en primera clase, tienen a toda su familia metida en la planilla de la iglesia, poseen las propiedades a su nombre), no dan cuentas a nadie. Es más, ahora, hay “cadenas” o “sucursales” de iglesias cuyas asociaciones tienen a sus mismos miembros en todas ellas. Recomiendo el artículo de Fabiola Pomareda García, quien recientemente publicó sobre el tema en “Iglesias evangélicas, mega-iglesias y las fabulosas ganancias del negocio de la fe”, en el sitio Informa-Tico, a inicios de este año.[18]

La gran mayoría de los y las predicadoras de la prosperidad escriben libros sobre el tema, donde se citan entre ellos, tienen programas de televisión o canales en Internet, cautivan muchedumbres con sus mega-iglesias llenas de efectos especiales, junto con el pensamiento mágico sobre la prosperidad. Es significativo que aunque muchos y muchas de estos líderes religiosos vivieron en condiciones económicas difíciles en la infancia, usan zapatos de mil quinientos dólares de diseño Gucci.

Escuché al pastor Byron Quevedo, de Ministerios Restauración (Quebec, Canadá), decir: “Y Dios me dijo: ‘Si un mafioso tiene un auto del año, ¿por qué un siervo mío no va tener uno mejor?’. Y por obediencia les estoy contando lo que recibí en oración hoy…”. Y, de este modo, empezó la recolecta para el carro del pastor Byron.

d. Contribuciones para levantar templos y adquirir compromisos financieros con proyectos de la iglesia

Estas contribuciones son adicionales al diezmo, al punto de que en algunas iglesias se han instalado datáfonos para facilitar la respuesta de los feligreses, invitándolos a realizar sus donaciones y aportes a través de sus tarjetas de débito o crédito.

Osías Segura aporta: “La mayor parte del dinero se recibe en efectivo, como diezmos, ofrendas y otras ofrendas especiales. Las ofrendas especiales tienen fines específicos, por ejemplo, para construcción de aulas de escuelita dominical que terminan convirtiéndose en escuelas privadas, así como comprar equipo tecnológico, propiedades para acampar y para retiros, carros ‘al servicio de la iglesia’. Los fondos de la iglesia se pueden usar para comprar casa o carro al pastor u otros objetos de uso personal’. Además, hay beneficios como salario en especie: viajes al exterior, viajes para predicar en iglesias del extranjero, ‘capacitaciones apostólicas’... El razonamiento es que ellos fundaron la iglesia y la iglesia es su negocio personal”.[19]

El pastor ‘Cash’ Luna, de Guatemala, llegó a decir en uno de sus servicios: “A la iglesia uno siempre lleva dos cosas: Biblia y chequera; la Biblia para aprender lo que Dios te va a decir y chequera para que lo adores”.[20] Es demasiado el dinero que se recibe en un fin de semana y, a este dinero en efectivo, es difícil seguirle el rastro o exigir cuentas.

Ello sin dejar de añadir la gran cantidad de personas que laboran en la iglesia con un sueldo por debajo del salario mínimo, sin tener seguro que les ampare, sin pago de horas extras y todo ello, en nombre de estar ejerciendo su ministerio, en vez de reconocerlo como la jornada laboral que realmente es. También, hay personas que trabajan totalmente de gratis en una especie de voluntariado eclesial donde donan su tiempo y servicios.

e. Apropiación de estrategias usadas por negocios multiniveles

Basado en el discipulado de Jesús y sus doce apóstoles, surge el sistema piramidal de los doce de los doce de los doce, con resultados exponenciales. En resumidas cuentas: para tener riqueza, bienes, comodidad y buena vida hay que trabajar en el Reino que, ahora, tiene un sistema de trabajo y discipulado piramidal.

¿Cómo funciona? “Es un esquema de negocios en el cual los participantes recomiendan y captan (refieren) a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales. Se requiere que el número de participantes nuevos sea mayor al de los existentes... Estas pirámides son consideradas estafas o timos y se conocen por muchos otros nombres populares, tales como timos en pirámide, nubes, círculos de la plata, células de la abundancia”.[21] De modo que el poder del discipulado está en los grupos pequeños.

f. La sanidad de la enfermedad y el remedio para la pobreza, situaciones mismas que se presentan como maldiciones, se pueden anular apelando al pacto y a la fe… y viceversa

Un ejemplo que recuerdo oír de primera mano sobre esto fue una señora que, durante una maratónica de milagros en TBN-Enlace Canal 23, llamó para que oraran por el cáncer de su hermana y le dijeron que en cuanto enviara el fax con el depósito realizado (de al menos veinte dólares), se empezaría a orar por ella y dar trámite al milagro. Esto no puede tener otro nombre que el de indulgencias modernas.

Quienes se muestran sospechosas de este tipo de discurso o tienen reservas respecto a él, sufren como castigo una culpa horrible proveniente de personas de fuera y de dentro de dichas comunidades y, si además les acontece alguna vicisitud, significará que con su incredulidad le abrieron una puerta a Satanás, el devorador, para que éste les visitara con males y desgracias. Todo ello basado en textos como Malaquías 3:8-9: “(8) ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. (9) Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado” (RVR1960).

g. Las personas que asisten… ignoran que asisten

Kate Bowler, profesora en la Duke Divinity School (universidad metodista), en un trabajo de investigación para su tesis doctoral de 2013, posteriormente convertido en libro, asevera que “la teología de la prosperidad afecta al 66% de iglesias evangélicas (en EE.UU.)… aunque solo el 17% de los evangélicos estadounidenses reconocen ser parte de este movimiento... Otro dato alarmante es que dos tercios de todos los evangélicos en el mundo se encuentran en iglesias evangélicas que predican la ‘teología de la prosperidad’, aunque la mayoría ni siquiera ha oído hablar de ella”.[22]

Lo preocupante, para ella, es que “este movimiento que ofrece la prosperidad para todos los que tienen ‘fe’, está desplazando la predicación del mensaje esencial del Evangelio, que se fundamenta en el arrepentimiento y el cambio de vida”.[23] Esto lo cambian por la guerra espiritual, las profecías y confesiones de prosperidad y el bienestar. Algo que confirma Julio Martínez al señalar: “Actualmente, más de la mitad de los cristianos de las iglesias neopentecostales pertenecen a esta corriente, aunque no conozcan su nombre. En Estados Unidos, casi el 20% de los evangélicos pentecostales confiesan ser parte de este movimiento”.[24]

h. Hay dos clases sociales en la iglesia: los de arriba y el resto de los y las mortales

¿Quiénes son los de arriba? Quienes idean y gozan de los poderíos económicos eclesiales, incluyendo sus cercanos y parientes. ¿Quiénes son los de abajo? Las personas que se someten a ellas engañadas con promesas de fe. En otras palabras, la teología de la prosperidad no es más que una forma de violencia psicológica, de abuso económico y patrimonial. El deseo egoísta y avaricia de algunos líderes discurren y mueven crecientes negocios dentro de la iglesia en nombre de la voluntad de Dios y en detrimento de la sana doctrina y del bienestar de las personas. Esta doctrina abraza otras creencias asociadas, tales como la obediencia, la cobertura, las personas ungidas (y, claro, no ungidas) y la guerra espiritual, que sostienen a la persona y la mantienen con buena salud.

La obediencia demanda no cuestionar a las personas ungidas de Dios (autodenominadas profetas, apóstoles y hasta patriarcas), así como obedecer, aun cuando lo que requieran sea incorrecto, pidiendo obediencia a cualquier precio, incluso a costa de encubrir actos delictivos. “Dios no quiere cristianos que piensen, quiere cristianos que obedezcan, porque Dios pedirá cuentas a ellos (los líderes) por sus actos, pero a la persona creyente, por su obediencia”, palabras escuchadas en discipulados y sermones de la pastora Alexandra Zamora.

Existen discipulados que se imparten a toda la membresía de la iglesia, pero son obligatorios para aquellas personas que desean servir. A manera de lecciones semanales, éstos están basados en la idea de que se está en pecado de rebelión cuando se cuestiona o desobedece a las figuras ungidas, incluso cuando estas están equivocadas. Dichos discipulados están mayormente basados en los textos de los libros Autoridad espiritual y La liberación del Espíritu, del predicador chino Watchman Nee (1903-1972).

El discipulado que no es más que un adoctrinamiento, presenta un Jesús completamente manso y sumiso al que debemos imitar… ¿Será esta una lectura descuidada del contestatario asertivo y valiente Jesús? ¿Será una lectura descuidada estratégica que procure neutralizar la capacidad de cuestionar y resistir? Todo parece indicar esto.

Por otra parte, como mencioné anteriormente, el uso de coberturas (cadenas, sucursales, franquicias, transnacionales de la fe), implica que todos predican lo mismo, todos tienen el mismo discurso, todos lucen igual y repiten sermones añejos que evidencian pobre formación bíblica, pero que tienen objetivos muy claros. Es importante añadir que mucha de esta creencia de los de arriba y los de abajo tiene algo que ver con el ego inflado de quienes dicen seguir las enseñanzas de Jesús, pero que, en el fondo, en lo único que creen es que son más y mejores como hijos de un Rey, a diferencia de todos y todas las demás. No obstante, el periodista José Levy, en el Proyecto Ser humano, de la cadena de noticias CNN en Español, expresó que Jesús nos enseñó, hace más de dos mil años, que el versículo de Mateo 22:39, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, es la base para declarar que todos y todas somos iguales.

3.2. ¿Cómo afecta a las mujeres la teología de la prosperidad como enseñanza religiosa en las iglesias?

Se debe entender la vida cotidiana de las mujeres desde una sociedad que promueve la desigualdad. Dicho esto, la realidad económica de las mujeres es desventajosa, entre otras muchas razones porque:

-   Las tierras habitables en el mundo no les pertenecen ni están a su nombre.

-   No son sujetas de créditos por carecer de garantías hipotecarias o constancias de sueldos fijos.

-   Su acceso al estudio es menor en relación con el de los hombres.

-   Sufren acoso sexual por parte de docentes y compañeros en su proceso de desarrollo educativo.

-   Son calificadas con mayor rigurosidad.

-   En el hogar, se les recarga con el cuido y educación de hijos e hijas y, en ocasiones, tienen personas mayores o enfermas (o hasta dependientes) que cuidar.

-   Mujeres jefas de hogar trabajan en su mayoría en el sector informal, sin garantías laborales ni pensión y donde pocas de ellas gozan de pensión del padre de hijos e hijas, pese a ser gestoras de la maternidad.

-   Reciben sueldos menores por realizar las mismas funciones que sus compañeros hombres.

En resumen, económicamente hablando, son las más carentes y a quienes, en nombre de la bondad o por la obligación de ser una buena mujer, se les ha enseñado desde pequeñas a servir sin pago alguno, a perdonar cualquier agravio, a someterse, a apoyar los intereses ajenos en nombre de la solidaridad, a ser dadivosas, renunciar a aquello que por justicia les pertenece y cuando logran acumular algún dinero, muchas entienden que Dios las prospera con el fin de dar a otros. Estos comportamientos, socialmente esperados en las mujeres y que representan obstáculos muy poderosos para su sano desarrollo, se replican y refuerzan en las iglesias, anclados en “imaginarios religiosos de género”.

Pero ¿qué son estos imaginarios religiosos de género? Son representaciones sociales que están profundamente arraigadas en el inconsciente colectivo, hablándonos de aquellas características que se ha asignado a mujeres y hombres, no solo ya en función de pene-vagina, sino en nombre de la voluntad de Dios.[25] Estos imaginarios religiosos dictan cuál es la supuesta voluntad de Dios para la actuación y lugar de las mujeres en el mundo: un lugar de sometimiento, obediencia, sacrificio y renuncia. Así, pues, al decir de Spadaro y Figueroa: “Una de las características de estos movimientos es el énfasis que ponen en la ‘alianza’ sellada por Dios con su pueblo”[26] y, ante un Dios de ‘alianzas’ y ‘semillas’, las mujeres se sienten muy frustradas porque tienen pocos recursos económicos para sembrar por ellas mismas.

La culpa para las mujeres es un sentimiento muy conocido, al compararse a diario con los estándares idealizados de bondad y perfección que se espera de ellas. La violencia experimentada por muchas mujeres feligresas, cuyo único deseo es agradar a Dios, es alta, pero desapercibida, al estar camuflada de bondad. Muchos de los relatos de mujeres miembros de iglesias que viven bajo el paradigma teológico de la prosperidad, describen el uso de la fe en sus congregaciones y muchas de ellas son claramente formas para explotarlas económicamente. Una mujer, en una congregación de Alajuela, me contó: “En la iglesia, nos dieron un dinero semilla a un grupo de mujeres que no teníamos plata que dar. Teníamos que pensar en la forma de invertirlo y multiplicarlo para poder sembrar las ganancias en la iglesia y así, dejarnos el préstamo inicial para seguirlo multiplicando… Algunas hicieron repostería para vender en su barrio, otras hicieron manualidades… Cada quien según aquello para lo que era buena y les fue bien… Pero recuerdo a una hermana que tenía mucha necesidad y gastó el dinero. Nunca más pudo volver a la iglesia”.

Hacer uso de fe para explotar económicamente a las personas es algo muy perverso y no reconocer la necesidad del prójimo y aprovecharse de ella… es peor. Así, fácilmente, las mujeres aceptan cargar con una culpa más en la iglesia: la de no tener prosperidad por estar mal, por su falta de fe.

Para concluir este apartado, en las iglesias, la recitación insistente del relato de la viuda pobre (Marcos 12:41-44), que de su pobreza dio todo lo que tenía sin pensar en ella o en las necesidades que tendría mañana o ese mismo día, ha sido utilizado como un ejemplo de comportamiento esperado de las mujeres de fe. Esta es una pobre lectura del pasaje que exalta solamente el sacrificio de la mujer, ignorando la manera en que Jesús está visibilizando en un mundo androcéntrico de una mujer que, además, es una viuda pobre… Jesús le otorga protagonismo particular comparado con los hombres poderosos y ricos, así que el estrellato de esta historia se lo lleva “una mujer, viuda y pobre, tres dimensiones de opresión”[27], pero que igualmente es una mujer atrevida que se está moviendo en un espacio público que estaba destinado a ser ocupado por hombres.

“En una sociedad patriarcal donde el rol público le pertenece al varón, y las mujeres son postergadas, relegadas a espacios privados, la condición de una viuda era de extrema fragilidad y vulnerabilidad; las viudas eran personas excluidas de la sociedad”.[28] Como dato curioso y no menos importante, las mujeres son quienes conforman el grueso de las congregaciones pentecostales[29] y, a pesar de ello, no les ofrecen ninguna herramienta de empoderamiento, por el contrario suelen trabajar de manera gratuita en ellas, siendo disminuidas y encasilladas en los roles tradicionales de género.

3.3 La influencia de este tipo de predicación en las iglesias evangélicas

Tolerar este tipo de control encubre otros problemas que se ven reflejados en distintas áreas, provocando consecuencias como:

a)  Se da poca importancia a la deficiente formación bíblica y teológica de sus líderes, en el tanto tengan “unción” (que, a veces, no resulta en más que una gran capacidad de manipulación).

b)  Carencia de diálogo teológico abierto sobre cualquier tema doctrinal que afecte el poder y el negocio.

c)  Asociar estar mal con maldición o con el hecho de ser mala persona y asociar el estar bien económicamente con la santidad y por esta razón, a estos traficantes de la fe no les da pena brillar con artículos ostentosos o de poder.

d) Sentir culpa por no ser beneficiario del favor de Dios por falta de fe.

e)  Negación de la realidad, confesando cosas que son ajenas a la misma (“estoy sano”).

f)  Pensamiento mágico que mantiene a los/las creyentes en la inmadurez espiritual, pues aparte de la violencia y abuso económico a los que están sujetos/as, les están engañando ofreciendo castillos en el aire que nunca se van a concretar, por medio de promesas o por medio de la culpa.

g)  Los estándares de éxito cristiano ya no son los valores del Reino, sino el dinero. “Estos líderes religiosos predican una teología que refuerza pragmáticamente las propuestas básicas de una economía de consumo y, con ella, justifican bíblicamente el consumismo y el goce pleno y egoísta de los bienes terrenales”.[30]

h)  Los ingresos de los fieles no se destinan para la labor social, sino para tecnología, símbolos externos de poder o éxito ya sea del templo o de los pastores.

i)   Los valores imperantes de estas iglesias son la rentabilidad para ellas mismas y la promesa de inmediatez para los seguidores ingenuos que buscan soluciones mágicas a sus necesidades.

j)   Cada actividad debe contribuir al lucro sustentado (todo se cobra: retiros, manuales, capacitaciones para poder servir gratis, prédicas grabadas, entre otros). Se validan a sí mismo para hacer otros negocios lucrativos dentro de las iglesias. “Estos líderes religiosos… producen bienes, como corbatas ungidas para la buena suerte, agua bendita para sanidad, pulseras del pacto, entre otros productos religiosos con poderes mágicos”.[31]

k)  Como bien dicen el padre jesuita Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa: “El peligro de esta forma de antropocentrismo religioso, que pone en el centro al hombre y su bienestar, es el de transformar a Dios en un poder a nuestro servicio, a la iglesia en un supermercado de la fe y la religión en un fenómeno utilitarista y eminentemente sensacionalista y pragmático”.[32]

l)   Al final, de lo único que se trata es de una iglesia acomodada para gente acomodada, donde los pobres solo tienen lugar para servir. Al final de cuentas, ¿qué es la teología de la prosperidad sino poder?

m) La creencia última es que Dios controla todo y eso implica que todo es irreversible, inamovible, no tenemos poder más que el de someternos a lo establecido, a lo que hay, porque, de algún modo, solo somos títeres de su voluntad.

Conclusión

Irene Foulkes, en su análisis interpretativo de Efesios 6:10-17 y refiriéndose a cómo podemos resistir al mal hoy, hace una recomendación: “Es con la verdad que podemos montar una firme oposición contra la mentira, resistiendo su insidioso poder de socavar la integridad de personas y pueblos… La mentira va de la mano con la destrucción de la vida y el bienestar humano... En la formación de las personas dentro del pueblo cristiano, la voz de este texto (Efesios 2:3) exhorta a todos y todas a ceñirse a la verdad, a lidiar contra su propia tendencia de emplear la mentira para lograr sus propios deseos egoístas”.[33] Foulkes no estaba hablando de la teología de la prosperidad, su visión va más allá: hace una referencia directa a nuevas formas de maldad y nuevos temas perversos que, desde la enseñanza bíblica, tenemos el llamado de resistir de forma activa.

Y con las palabras todavía resonando en nuestros oídos sobre esta teología de la prosperidad (o evangelio de la avaricia, donde, si no sembramos, este Dios cruel no tendrá ningún compromiso con nosotros y nosotras), a manera de reflexión pendiente y viendo este horizonte de dinero en crecimiento, vale el ejercicio de hacernos algunos cuestionamientos y tratar de preguntarnos ciertas cosas para convertir las respuestas en propuestas de acción:

-   ¿Cómo rescatamos, en este momento, la justa convivencia y los valores cristianos?

-   ¿Qué haremos quienes somos creyentes y conscientes de esta teología nefasta?

-   ¿Cómo combatir la injusticia, ya no solo desde la iglesia, sino dentro de las mismas comunidades cristianas?

-   ¿Cuál es la posición de otros grupos religiosos en cuanto a esta teología?

-   ¿Qué podemos esperar de las iglesias del futuro si no hay cambios urgentes?  

-   ¿Por qué no hay denuncias si estos predicadores despojan y comercian, de forma evidente, con el engaño y la necesidad de las personas en un negocio perverso?

-   ¿Cuál es la posición del Estado al respecto?

-   ¿Dónde acaba la religión y empieza la política en este “coqueteo” de grupos religiosos y políticos de los últimos años? ¿Por qué partidos políticos religiosos y no religiosos encuentran en estas iglesias donde se predica y vive la teología de la prosperidad, una forma fácil de adquirir votantes y dinero para sus campañas?

-   ¿Qué dice Jesús?, ¿qué hubiera hecho Jesús?

Ana Frank dijo: “¡Qué maravilloso es que nadie tenga que esperar un instante antes de comenzar a mejorar el mundo!... Toda persona tiene dentro de ella algo bueno. La noticia es que no sabemos lo grandes que podemos ser. Cuando se puede amar, ¡cuánto se puede lograr!... Es difícil en tiempos como estos pensar en ideales, sueños y esperanzas solo para ser aplastados por la cruda realidad. Es un milagro que no abandone todos mis ideales. Sin embargo, me aferro a ellos porque sigo creyendo, a pesar de todo, ¡que la gente es buena de verdad en el fondo de su corazón!... Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva a ocurrir”.[34] Indudablemente, palabras sabias.

Bibliografía

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Sharo Rosales Arce es comunicóloga, gestora en desarrollo organizacional y consultora e investigadora de género. Es miembro fundadora del Observatorio Centroamericano de Medios de Comunicación y Género (GEMA) e imparte charlas y talleres sobre estos temas en América Latina y Estados Unidos.

Correo electrónico: sharo.rosales67@gmail.com

Recibido: 6 de setiembre de 2019

Aprobado: 18 de setiembre de 2019

 

 

 

 



[1] Juan Stam. “El lenguaje religioso de George W. Bush: Análisis semántico y teológico”, Vida y Pensamiento 23.2 (2003) 25.

[2] Arturo Piedra. “Origen, desarrollo y crítica de la prosperidad”, Espiga 6.11 (2005) 2-3.

[3] Piedra, “Origen, desarrollo y crítica de la prosperidad”, 3.

[4] Osías Segura. “Imperios religiosos ticos”, publicado por Juan Stam el 7 de febrero de 2009, en http://www.ticosnet.com/dnn/juanstam/Blogs/tabid/110/EntryID/181/Default.aspx, publicado originalmente el 4 de febrero de 2009, en https://www.nacion.com/opinion/foros/imperios-religiosos-ticos/ZF6AGB5XOBDD7L2QR3JJRECJLI/story/.

[5] Odin Dupeyron. “Sobre la marcha, el ángel, las mujeres y el miedo”, publicado en ‘Facebook Live’ el 26 de agosto de 2019, en https://www.facebook.com/odin.dupeyron/videos/10219368473099669/?fref=search&__tn__=%2Cd%2CP-R&eid=ARDCVmAqte0ANzA2QJoOJzdWmbRV6WJ8gKEDQAkn5qaEtZRM_1Maw9CFdavFUBsbvOqz8f8hVHRdGh3o.

[6] Kate Bowler. “La teología de la prosperidad afecta al 66% de iglesias evangélicas”, publicado en el sitio protestantedigital.com el 16 de septiembre de 2013, en http://protestantedigital.com/cultura/30005/39La_teologia_de_la_prosperidad_afecta_al_66_de_iglesias_evangelicas39.

[7] Ibid.

[8] Fernando Ernesto Alvarado. “Herejías destructoras: el evangelio de la prosperidad”, publicado en el sitio Pensamiento Pentecostal Arminiano el 20 de noviembre de 2018, en https://pensamientopentecostalarminiano.org/tag/pseudo-apostoles/.

[9] Antonio Spadaro y Marcelo Figueroa. “Teología de la prosperidad: el peligro de un ‘evangelio diferente’”, publicado en la Revista La Civiltà Cattolica Iberoamericana el 18 de agosto de 2018, en https://www.civiltacattolica-ib.com/teologia-de-la-prosperidad/.

[10] Ídem.

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Ninro Ruíz Peña. “Teología de prosperidad obstaculiza que millones conozcan a Jesús”, publicado en el sitio Noticia Cristiana el 19 de mayo de 2016, en https://www.noticiacristiana.com/evangelismo/2016/05/millones-no-conocen-jesus-teologia-prosperidad.html.

[14] Spadaro y Figueroa, “Teología de la prosperidad: el peligro de un ‘evangelio diferente’”.

[15] Julio Martínez. “Teología de la prosperidad: el evangelio de la avaricia”, publicado en el sitio medium.com el 1 de octubre de 2016, en https://medium.com/@midnightexpress/teolog%C3%ADa-de-la-prosperidad-el-evangelio-de-la-avaricia-e2ca2e3aaaa5, citando artículo original de Miguel Pastorino, “Teología de la prosperidad: el evangelio de la avaricia”, publicado en el sitio Aleteia el 13 de agosto de 2015, en https://es.aleteia.org/2015/08/13/teologia-de-la-prosperidad-el-evangelio-de-la-avaricia/3/.

[16] Ídem.

[17] Segura, “Imperios religiosos ticos”.

[18] Fabiola Pomareda García. “Iglesias evangélicas, megaiglesias y las fabulosas ganancias del negocio de la fe”, publicado en el sitio Informa-Tico el 2 de mayo de 2019, en https://www.informa-tico.com/2-05-2019/iglesias-evangelicas-megaiglesias-fabulosas-ganancias-negocio-fe?fbclid=IwAR08odrdrEu-4gqD97LjRy_QAQX2Jxp7L-zV0MVr5czfrAlOFv1r3rjIO5Y.

[19] Segura, “Imperios religiosos ticos”.

[20] Varios. Video “Los pastores más ricos del mundo”, publicado en la página de Facebook del sitio Neuroeconomía el 28 de marzo de 2019, en https://m.facebook.com/logged_out/watch/?video_id=2237773509873112&refsrc=https%3A%2F%2Fm.facebook.com%2Fstory.php&_rdr.

[21] Wikipedia. “Esquema de pirámide”, última edición 9 de septiembre de 2019, publicado en https://es.wikipedia.org/wiki/Esquema_de_pir%C3%A1mide.

[22] Bowler, “La teología de la prosperidad afecta al 66% de iglesias evangélicas”.

[23] Ídem.

[24] Martínez, “Teología de la prosperidad: el evangelio de la avaricia”.

[25] Silvia Marcos (coord.). Religión y género. España: Trotta: 2004.

[26] Spadaro y Figueroa, “Teología de la prosperidad: el peligro de un ‘evangelio diferente’”.

[27] Violeta Rocha. “Una ofrenda que amenaza la vida: Entregar la vida en el mundo religioso”, en Género y religión: Sospechas y aportes para la reflexión. San José: Editorial SEBILA, 2009, 91.

[28] Rocha, “Una ofrenda que amenaza la vida: Entregar la vida en el mundo religioso”, 91.

[29] Ariel Calderón González. Pentecostalismo, mujeres y vida cotidiana: Análisis de la vida cotidiana en las mujeres que se han convertido al pentecostalismo. San José: Universidad de Costa Rica: 2015, 27-28.

[30] Segura, “Imperios religiosos ticos”.

[31] Ídem.

[32] Spadaro y Figueroa, “Teología de la prosperidad: el peligro de un ‘evangelio diferente’”.

[33] Irene Foulkes. “¿Cómo resistir el mal en el mundo? La lucha contra principados y potestades según Efesios 6:10-17”, Vida y Pensamiento 23.2 (2003) 70.

[34] Sin autor. “Las diez frases más hermosas del ‘Diario de Ana Frank’”, publicado en el sitio abc.es el 5 de agosto de 2015, en https://www.abc.es/cultura/libros/20150805/abci-anna-frank-diez-citas-201508041620.html.