Vida y
Pensamiento
Revista Teológica de la Universidad Bíblica Latinoamericana
Volumen 45, Número 1, Julio-Noviembre, Año 2025
Religión y democracia:
Propuestas teológicas para enfrentar
las agendas regresivas
El alma y
el malestar con los cuerpos desalmados: El
fundamento de las agendas regresivas Gabriela Miranda García INVESTIGADORA INDEPENDIENTE,
ANTIGUA, GUATEMALA Pp. 117-146 |
Resumen: Como uno de sus fundamentos, el cristianismo tiene por seguro la existencia del alma, pero además la supremacía del alma sobre el cuerpo. Los cuerpos que se revelan al alma son cuerpos desalmados. Esta afirmación totalmente aceptada, ha sostenido el control sobre los cuerpos y con ello su subyugación y despojo. Gran parte del capitalismo ha hecho uso de esta afirmación en sus diferentes variables: lo puro sobre lo impuro, lo sagrado sobre lo profano, etc. Pero esto ha llegado a justificar las relaciones de dominación que conocemos: el hombre sobre la mujer, los adultos sobre los niños, los civilizados sobre los salvajes. Esta afirmación sustentada en los designios de Dios, ha permitido el despojo, la esclavitud, la tutela o la superioridad, y es la base de lo que ahora conocemos como agendas regresivas.
Palabras claves: alma y cuerpo, cuerpos desalmados, agendas regresivas, desacato, Juan Ginés de Sepúlveda.
Abstract: As one of its foundations,
Christianity assumes not only the existence of the soul, but also its supremacy
over the body. Bodies that reveal themselves to the soul are soulless bodies.
This widely accepted belief has sustained control over bodies and, with it,
their subjugation and dispossession. Much of capitalism has drawn on this idea
in various forms: the pure over the impure, the sacred over the profane, and so
on. This has served to justify the relations of domination we know today: man
over woman, adults over children, the civilized over the so-called savages.
This affirmation, grounded in the supposed will of God, has legitimized
dispossession, slavery, guardianship, and superiority—and now underlies what we
refer to as regressive agendas.
Keywords: soul and body, soulless bodies,
regressive agendas, defiance, Juan Ginés de Sepúlveda.
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Gabriela
Miranda García
El alma y el
malestar con los cuerpos desalmados:
El fundamento de
las agendas regresivas
A la memoria de Marco Chivalán-Carrillo,
teóricx a morir por la autodeterminación de los cuerpos.
¿Por qué
será que como sociedad nos cuesta reconocer que los cuerpos pueden ser
diversos, variables, movibles e inestables? Sin embargo, sí creemos que hay
unos cuerpos más aceptables que otros, qué hay seres que merecen más nuestra
piedad que otros. Nos es más fácil matar de un golpe a una hormiga o a una
mosca que a una mariposa. La belleza de la mariposa nos convoca a detenernos,
el desdén por la mosca nos permite matarla. Tanto la belleza como el desdén son
aprendidos. Son aprendizajes que vienen desde varios lugares: desde la
apariencia, la suciedad, el color, el contexto, el castigo, lo perecedero, lo
sublime, pero siempre desde la clasificación y jerarquización de los cuerpos.
Creemos que hay corporalidades superiores, cuerpos que son más importantes que
otros, existencias prescindibles. Hay lugares de socialización que
estructuraron estas creencias, y que mantienen y generan relaciones de
dominación y sometimiento: el capitalismo es uno, la religión y su marco
teológico, es otro.
En gran
parte del mundo, en recientes administraciones de los poderes de gobierno,
vemos una importante tendencia hacia lo que podríamos llamar gobiernos
ultraconservadores y el apoyo de muchas personas votantes. Eso se transforma en
discursos y legislaciones antiderechos. Políticas que restringen la
autodeterminación de los cuerpos y el acceso a beneficios sociales que los
Estados deberían garantizar. Lo que llamamos agendas regresivas, disponen de
aprendizajes religiosos conservadores que legitiman su discurso y sus acciones.
Es por ello que resulta importante retomar la discusión teológica sobre el alma
y el cuerpo, como unos de los nudos torales sobre los que se fundamentan muchas
de las afirmaciones antiderechos.
En este
texto indagaremos aquellas afirmaciones teológicas sobre el alma y el cuerpo,
que sostienen creencias que justifican la desigualdad, la persecución y la
patologización de los cuerpos perturbadores que ponen en evidencia la
inconsistencia de la hegemonía del orden social. En consecuencia, indagaremos
en cómo creencias religiosas y una teología subordinada al poder, son la base
de las llamadas agendas regresivas que están socavando los derechos de muchas
personas a decidir sobre sus cuerpos.
Ahora ya sabemos que el alma es el cuerpo y el cuerpo es el alma.
Nos dicen que son diferentes porque quieren persuadirnos de que podemos
quedarnos con nuestras almas si los dejamos esclavizar nuestros cuerpos.
George Bernard Shaw
Las
sociedades occidentales y las parcialmente occidentalizadas, no solo hemos
aprendido la existencia del alma, sino también su superioridad sobre el cuerpo
y la contienda entre ambos, contienda en la que, lo esperable, es que el alma
triunfe sobre el cuerpo, para lo cual es indispensable el sometimiento de este.
El sometimiento del cuerpo es al alma, a la razón, a la ley o a la civilidad, o
a cualquiera de estos, y significa mantener una hegemonía que requiere cuerpos
inferiorizados, sometidos, dóciles, subordinados.
Aristóteles
en su tratado Sobre la generación de los
animales, propone una teoría del dimorfismo sexual basada en la producción
de nutrientes, un dimorfismo que aquí, calificaremos como asimétrico. Según
esta teoría, las mujeres o las hembras son distintas de los hombres o al macho,
por su incapacidad de producir nutrientes, ya que a estas, su condición natural
fría no les permite convertir la sangre en semen, de ahí los ciclos
menstruales. Al contrario del macho, a quien su calor corporal le posibilita la
cocción de la sangre para que ésta evolucione en semen, al que el filósofo
considera un fluido superior y puro y, es el que contiene el principio del
alma. Aristóteles afirma que en la procreación, la mujer transmite el cuerpo,
mientras que el hombre transmite el alma. Es el calor corporal, ontológico, lo
que permite la transustanciación o no, de la sangre en semen y, la transmisión
o no, del alma. Esto hace además que las mujeres sean elemento pasivo, mientras
que los hombres son elemento activo.[1] Ahora nos parece simple reconocer
lo arbitrario de esta afirmación, pero en realidad mantenemos creencias
semejantes, solo que adaptadas o ajustadas a un contexto moderno. Estas
afirmaciones centradas en la biología, son en realidad afirmaciones filosóficas
con un propósito político, es decir, que estructuran relaciones de dominación.
Este
aprendizaje aristotélico, de superioridad moral y biológica, con respecto al
alma y al cuerpo, influyó en el cristianismo. El cristianismo ratificó la
separación y la superioridad del alma sobre el cuerpo. Sin embargo, la
separación sin interferencia no parece tan básica en afirmaciones como: “quien
pierde su cuerpo, pierde su alma”, “el rostro es reflejo del alma”, “el cuerpo
es la cárcel del alma”. Esto quiere decir que en realidad no están totalmente
desconectados una del otro, ya que creemos que una salva al otro, o el cuerpo
contamina el alma, o si se pierde el cuerpo se pierde el ama, por lo tanto, no
parecen realmente tan desconectados. En realidad si estuvieran totalmente
desconectados no se afectarían mutuamente ni esta afectación tendría tan
severas consecuencias, esto en realidad sería mejor para las relaciones como
vamos a ver más adelante.
A decir
verdad, para hablar de alma y cuerpo, como relacionales y antagónicos, se
requiere de un leguaje binario basado en los símbolos, solo este lenguaje
permite relacionar esos opuestos. Por ello el lenguaje simbólico es la base del
quehacer teológico, permite crear y comprender una serie de opuestos
relacionales como arriba-abajo, sagrado-profano, adentro-afuera, que de otra
forma no tendría sentido ni posibilidad. Como dice Louis Dupré “para pensar acerca de la
distinción original entre lo sagrado y lo profano será siempre una reflexión sobre símbolos”.[2] El lenguaje simbólico crea una
realidad del mundo. El lenguaje simbólico “ha sido el cimiento sobre el que se
levantan nuestras teologías oficiales”.[3]
Dentro de
esta lógica, los opuestos relacionales nunca lo son en condiciones de igualdad,
conforman una complementariedad asimétrica. Cada una de sus dos partes tiene un
valor asignado de mayor y menor cuantía. En realidad, “un uno total que absorbe
al otro”.[4] Lo alto absorbe a lo bajo, lo
sagrado absorbe a lo profano, lo blanco a lo negro, lo masculino a lo femenino,
el alma absorbe al cuerpo. Porque el alma es sagrada y el cuerpo es profano, es
ya una relación asimétrica. La imbricación de alma y cuerpo no es en
condiciones de igualdad.
Esto nos
deja una afirmación teológica contundente, misma que se traslada como parte del
orden simbólico, y de los imaginarios sociales y en un control político: el
alma es superior al cuerpo, como lo es la mente o el espíritu. Si el cuerpo
llegara a vencer, el mal habría ganado, una subversión total del orden social:
lo inferior sobre lo excelso, el vicio sobre la virtud, la lascivia sobre la
pureza.
Es menester
decir que esta lógica de opuestos no ordena a la sociedad, es el orden social
ya establecido, jerárquico y clasificatorio, lo que después creará este orden
simbólico, no es el orden simbólico el que crea a la sociedad desigual, es la
sociedad desigual la que crea al orden simbólico, la que acomoda
arbitrariamente estas categorías como mandatos irrefutables con el fin de
legitimar, explicar y establecer su propia existencia: una existencia
hegemónica, jerárquica y basada en las desigualdades. La desigualdad social es
preexistente a la desigualdad del orden social hegemónico.
Entonces
esta distinción y jerarquización del alma y el cuerpo, se apareja con otras
estructuras similares como ya vimos, que se encarnan en los cuerpos y en otras
materialidades: blanco/negro; hombre/mujer; cultura/natura; entendiendo que, lo
primero es superior a lo segundo y que de hecho, lo primero absorbe a lo
segundo, se interrelacionan en calidad de opuestos aunque en realidad son
opuestos desiguales. Ya que se entiende que una de las partes domina y la otra
se subordina, entonces hablamos de cuerpos segundos que requieren tutela,
sujeción, disciplina, castigo, control, porque carecen de dominio propio y no
saben controlarse y sin duda, pueden llegar a ser peligrosos.
Con pocas
bases probadas entendemos que el elemento segundo está alejado del alma, que
tiene poca alma o ninguna, los cuerpos femeninos son alocados; los cuerpos
infantiles son inacabados; los cuerpos negros: salvajes; los cuerpos indígenas:
necios, etc. Estos cuerpos son además propicios, incluso destinados, para
desarrollar ciertos roles, funciones o trabajos, como ser obreros, tortilleras,
lavanderas, cuidadoras, peinadoras, etc. Son corporalidades funcionales a un
sistema capitalista que se sostiene del trabajo no remunerado o poco
remunerado, es un trabajo corporal, natural o inherente. Esta relación
jerárquica y binaria de relación de opuestos es además arbitraria, es decir que
la lógica que la sostiene es una imposición que se rige por la fuerza, ya sea
de la repetición, de la violencia o del ocultamiento, pero en realidad carece
de bases más que la de mantener el orden establecido.
Además en
el sistema binario, obviamente, siempre se compone de dos, dos extremos, lo que
no permite ver otras dimensiones o un tercero, u cualquier otra parte, ni
siquiera se va a decir intermedia, porque decirlo, mantiene los extremos.
De igual
forma a estos cuerpos alejados del alma se le atribuyen comportamientos,
conductas o preferencias, se entiende que estos cuerpos pueden ser lascivos,
ladrones, holgazanes, ignorantes, peligrosos, locos, desviados por lo que su
control es imperante. Del mismo modo este control es funcional al sistema que
resume: cuerpos sujetos: conductas cautivas. Toda desviación atenta contra el
alma, en realidad contra el sistema, por supuesto por eso será controlada con
violencia, exclusión, correcciones, medicamentos, cárcel, vergüenza,
señalamientos y hasta el bulling.
Como afirma
Virginia Naughton:
El “deseo” en el periodo medieval (…) interrumpe la continuidad en la categoría “alma/cuerpo”, y la inscribe en un marco de oposiciones y dicotomías a partir de una visión del cuerpo como sede de la concupiscencia y de los apetitos sensibles, opuesta al “alma” como sede de las potencias intelectivas superiores.[5]
Entonces la
cordialidad del alma y el cuerpo, su equilibrio, se pierde cuando el cuerpo se
deja llevar por sus deseos. Un cuerpo debe entonces someter sus deseos al alma,
para poder disciplinarse, controlarse y aún reprimirse y dejarse tutelar por la
superioridad del alma, para nunca arrastrarla. Esto quiere decir que todo lo
que irrumpe la continuidad y legitimidad del sistema binario es visto como
dañino, cualquier tercero, cualquier fuga, cualquier subversión o intrusión son
amenazadoras.
Aunque este
aprendizaje se considera medieval y que se fue perdiendo con la entrada de la
modernidad -o lo que podría llamarse el Renacimiento-, la verdad es que en las
prácticas religiosas se perpetúa y se fomenta, ya que esto, como veremos más
adelante, mantiene sistemas de dominación, por lo que en realidad aún vivimos
en cuerpos medievalizados.
Una cosa es
segura, para la teología pensar en el alma es pensar en la eternidad, en la
salvación eterna, en la vida eterna. La única garantía de vida eterna está en
el alma, porque el cuerpo, es de suyo irremediable y evidentemente perecedero.
Esta es la gran cualidad del alma, su inmortalidad. Si revisamos a profundidad
veremos que, para un orden religioso no es el cuerpo contra el alma, es el alma
contra el cuerpo, y para el Capitalismo no es el alma la que se vende, sino el
cuerpo.
Estar enraizado tal vez sea la necesidad más importante
y menos reconocida del alma humana.
Simone Weil
Así qué, si
el alma es parecida Dios: eterna, imperecedera, incorruptible e inalterable, el
cuerpo es su contrario. En el cuerpo, además de ser perenne, se concentran los
desmanes, lo laxo, lo monstruoso y lo patológico. Esta misma lógica es lo que
nos lleva a creer que un cuerpo masculino, blanco, terso o fino es más parecido
al alma. Los “otros” cuerpos con otras características entran en sospecha,
pueden considerarse como intrusos o peligrosos se les adjunta una conducta
viciosa o amenazante. Un cuerpo apartado del alma puede serlo desde la
apariencia, el género, el comportamiento o la sexualidad, de ahí tenemos muchas
calificaciones discriminatorias como cuerpos enfermos, gordos, viejos, lúbricos,
feos, infecundos, malolientes. Y todo cuerpo que se aparta a esta lógica, está
en desacato. El aprendizaje de la moralidad es el mismo aprendizaje que tenemos
de los cuerpos y de sus comportamientos.
Los
cuerpos desalmados
son aquellos que no están bajo el régimen del alma, que no están bajo el poder
pastoral[6]. Para los cuerpos desalmados hay
una condena moral, el adjetivo desalmado se usa como sinónimo de maldad o de
indolencia. El alejamiento al alma significa da como resultado seres malvados.
Y también para los cuerpos desalmados hay un señalamiento a su corporalidad.
En la Edad
Media, un cuerpo sin intervención de la razón, era un cuerpo sumido en la voluptatis, lo que le “genera e impone
un movimiento”,[7] es decir, no controlado, exaltado y
equívoco. De ahí la idea de voluptuosidad y aún de histeria —a la que la Real
Academia Española le atribuye “ataques compulsivos”[8]—, tengan que
ver con el movimiento convulso de los cuerpos, la primera por no ceder a la
razón y la segunda por dejarse dominar por el útero. El movimiento de muchas
maneras es sospechoso. La rectitud, la rigidez o la inmovilidad son valores que
definen a los cuerpos disciplinados, lo sabemos bien con el régimen militar o
gimnástico. Reconocemos, por ejemplo, que en muchas iglesias sobre todo de
corte conservador, bailar significa poner en riesgo al cuerpo, porque del
baile, se deriva la lascivia y el descontrol.
Según
Georges Vigarello, en la historia de la pedagogía de la postura, como él llama
a la corrección de los cuerpos, para logra un cuerpo aceptable, “se entregaría
exageradamente a las virtudes de la inmovilidad. Educar al niño, era en esos
casos, constreñirlo físicamente.”.[9] Para ello era necesario el empleo
de fajas o corsés para bebés o niños[10]. El mismo autor agrega que, esta
noción de inmovilidad fue cambiando, ya a mediados del siglo 19, el movimiento
se comenzó a considerar importante, siempre que fuera un movimiento gimnástico
que depurara al cuerpo de los humores que se le introducían.[11] Este movimiento gimnástico (recto y
controlado) revela que en realidad la aceptación del movimiento era limitada o
al menos ambigua, o bien, estaba destinado, otra vez, a la corrección del
cuerpo: un cuerpo recto, firme, uniforme.
El modelo
del cuerpo recto es el cuerpo masculino o deberíamos decir, viril, en franca
relación con la erección, abstracción del pene en su postura fálica. La
descripción de un cuerpo correcto es la rectitud, y la rectitud también es una
cualidad moral, del alma. Esta inmovilidad está ligada a la desconfianza por lo
curvo, lo retorcido o lo crespo, movimiento y curva, caen en la misma sospecha.
Aún hablamos en esos mismos términos “Dios escribe recto en renglones torcidos”
o “Árbol que nace torcido jamás su rama endereza”, “Torció su camino”, etc. La
rectitud y/o la inmovilidad, son cualidades asignadas arbitrariamente a los
cuerpos controlados, y estos tienen correspondencia con una conducta aceptable,
encarnada en la clase, el género o la racialización.
Me llama la
atención en el popular juego de la Lotería Mexicana[12], por como están representados los
cuerpos. Yo sólo me limitaré a aquellas cartas que nos sirven para ejemplificar
este punto.
Esta
lotería retrata cuerpos profundamente torcidos, La Sirena o El Borracho.
Y otros que
casi se les contraponen: La Dama o El Catrín.
Hay en el
trasfondo una relación entre la curva, el género y la clase en estas imágenes,
es decir que hay una enseñanza sobre lo curvo y lo recto, lo rígido y lo
movible, y se le añade su respectiva clasificación social: lo aceptable o lo
inmoral, lo honrado y lo rebajado, el cuerpo sometido y el cuerpo desalmado, es
decir que aún la postura corporal es conexa con el comportamiento y el origen
de las personas. Aquí, el contoneo, el descontrol y lo curvo del cuerpo son
evidencia también de su clasificación socio económica.
También hay una restricción sexual, el medio
desnudo de la sirena en contra de los atuendos severamente cubiertos de El
Catrín y La Dama, además de las piernas evidentemente cerradas. Aun cuando el
cuerpo de La Dama es curvilíneo probablemente lo sea más para afirmar su
feminidad, pero sus piernas demuestran su recato. La inmovilidad de los cuerpos
y su rectitud también confirman a un cuerpo cerrado, otra vez, al que no pueden
introducirse los humores. Los resabios de una sociedad medieval, que después fue
colonizadora, mantendrán sus dispositivos de control corporal y pasional hasta
nuestros días.
Una carta
también popular de este juego es el Diablito. Con un cuerpo animalizado, con
una cola serpenteada, es otro cuerpo que desafía las normas biológicas y
morales. Es interesante como un juego popular de más de 100 años aún opera y
mantiene dispositivos de control sobre el cuerpo y la conducta, son
dispositivos morales y corporales.
Todos los
cuerpos que rompen con el orden moral son también aquellos que desafían el
orden biológico y viceversa. Los cuerpos desalmados son los cuerpos que se
derraman en otras formas que no son las establecidas, son los que se expresan
de manera distinta a la establecida, son lo que usurpan un espacio que les está
prohibido, son los que se desplazan de su destino corporal, son los silvestres
porque no se urbanizan, son los vulgares que no tienen mesura, los grotescos
que no obedecen a la norma, son los que rompen la obligación binaria. Los
cuerpos desalmados son aquellos que se impusieron al alma. Todos los otros
cuerpos o todos los desvíos corporales que se distancias del alma deben ofrecer
una disculpa o un sacrificio o la abnegación, que en realidad se convierten en
valores que siguen manteniendo el sistema de dominación.
Entonces,
como ya dijimos, todos aquellos cuerpos que no se sujetan a su destino
biológico entran en desacato. Los cuerpos desalmados no son abstracciones, son
materiales y han estado y están presentes. Son cuerpos que al negarse a su
destino biológico y por lo tanto a cumplir su función social, función que
siempre estuvo subordinada, destino biológico también subordinado.
El único
cuerpo permitido, no desalmado: el masculino, blanco, adulto, heterosexual,
propietario, recto. Es el cuerpo más allegado a la idea de alma. Los cuerpos no
hegemónicos, los desalmados, fueron irrumpiendo la escena hegemónica: las
mujeres, las personas racializadas como indígenas o negras, las personas
enfermas, jóvenes, gordas, lesbianas, trans, no binarias y esto no tendrá
retorno, afortunadamente. Entonces, hay una idea de cuerpo regulador de los
otros cuerpos y este cuerpo regulador es aquel que arbitrariamente el orden
hegemónico ha aparejado con el alma, para el beneficio del propio orden. Pero
esta irrupción, no es ya una irrupción oculta o sometida, exige cambios
sociales, culturales y políticos y exige derechos.
La
binariedad es una simplificación arbitraria de la realidad. Con la simplificación
siempre es más fácil de cooptar que con la variabilidad, que es más amplia de
lo que aquí alcanzamos a nombrar, por ello esta simplificación se hace
imperante: no solo es divide y vencerás, sino simplifica y vencerás. La
simplificación oculta la variabilidad y la complejidad, oculta la fuga, la
evasión, la autodeterminación y permite la persecución y criminalización.
Nombra a esta variabilidad como un caso, como un error entre la totalidad, como
una alteración que no descompone ningún orden ni mandato.
La
binariedad es una clasificación de la totalidad. Estos cuerpos desalmados son
cuerpos también desclasificados, porque no corresponden con ninguna de las
clasificaciones autorizadas, son los cuerpos fugados de toda clasificación
hegemónica. La clasificación ayuda a mantener el orden y la sujeción y aunque
en el discurso y aún en el sermón, en la homilía o en la catequesis, el cuerpo
parece someterse al alma, en realidad está sometido a un orden o sistema
hegemónico de dominación
Lo que pasa con el alma es que no se ve,
lo que pasa con la mente es que no se ve, lo que pasa con el espíritu es que no se ve.
¿De dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
Alejandra Pizarnik
Todo lo
anterior es la base, es el argumento que justifica a temer, odiar, despojar y
excluir a los cuerpos desalmados. Es también la base sobre la que se justificó
el despojo a los pueblos indígenas -y a cualquier pueblo colonizado- de su
soberanía corporal, de su autodeterminación, de sus conocimientos y de sus
tierras. Fue una lógica bien aceptada, efectiva y cómplice, que benefició a
quienes reclamaban esas tierras para sí, como un despojo autorizado.[13]
La
colonización de las tierras y los cuerpos en Abya Yala, lo que ahora conocemos
como América, significará la entrada a la modernidad y será los inicios de lo
que entendemos por Occidente.[14] Esta conquista definirá al “otro”,
no como diverso, sino como inferior. Como definiría Todorov: el otro como “un
grupo social concreto al que nosotros no pertenecemos”.[15]
Durante la
conquista del territorio de AbyaYala, hubo una disputa ético/moral con el fin
de justificar la invasión y conquista por parte de España, esta defensa fue
conocida como “La controversia de Valladolid”. Los argumentos principales
fueron entre Fray Bartolomé de las Casas y el sacerdote Juan Ginés de
Sepúlveda, este último escribiría entonces, un documento llamado Tratado sobre las justas causas de la guerra
contra los indios. En el que defiende la colonización, la invasión y el
despojo. En él afirma la necesidad del dominio y la potestad del hombre sobre
la mujer, del padre sobre los hijos, del gobernador sobre los gobernados, etc.
Esto debido a que
lo perfecto debe imperar y dominar sobre lo imperfecto, lo excelente sobre su contrario. Y es esto tan natural, que en todas las cosas que constan de otras muchas, ya continuas, ya divididas, vemos que hay una que tiene el imperio (…) y esto todavía es más claro y manifiesto en los animales, donde el alma tiene el dominio, y es como la señora, y el cuerpo está sometido, y es como siervo. Y del mismo modo, en el alma, la parte racional es la que impera y preside, y la parte irracional la que obedece y le está sometida y todo esto por decreto y ley divina y natural que manda que lo más perfecto y poderoso domine sobre lo imperfecto y desigual. Esto se ha de entender respecto de aquellas que conservan incorrupta su naturaleza, y respecto de los hombres sanos de alma y de cuerpo, porque en los viciosos y depravados es cierto que muchas veces domina el cuerpo al alma y el apetito á la razón, pero esto es cosa mala y contra naturaleza.[16]
Aunque se
desconoce cuál fue el impacto de la Disputa de Valladolid para la Conquista,
este fue el argumento para legitimar el despojo de las tierras de España a los
pueblos originario de la Abya Yala: la soberanía del alma sobre el cuerpo, que
se tradujo como la soberanía de España sobre el llamado Nuevo Mundo sobre sus
habitantes y sus tierras. Por tanto, la guerra y los despojos eran legítimos y
justos por designio divino.
Las justas
causas contra la guerra se crean, pero aún antes se crean y se instalas los
argumentos, Sepúlveda ya tenía la guerra declarada y echar mano de argumentos
ya instalados y asegurados era fácil. Fueron los mismos argumentos usados para
el sometimiento de las mujeres, para las Cruzadas, para la cacería por
diversión, son los mismos argumentos de toda guerra: la inferiorización, la
patologización, la deshumanización del oponente. El argumento principal era que
el despojo de esas tierras era posible, y aún justo, porque estaba hecho por lo
superior sobre lo inferior, ya que lo inferior carecía de voluntad, de moral y
de alma, eran seres salvajes, bárbaros que requerían, por ende, de lo más
excelso. Sabemos que estas ideas se actualizan, se adecúan al contexto, se
secularizan pero nunca desmontan las relaciones de poder, al contrario, las
mantienen. Esta escena política imperialista y colonizadora del siglo XVI
parece repetirse, con argumentos semejantes y con fines semejantes a través de
las agendas regresivas.
Para el
tiempo que estamos viviendo hay nuevos cuerpos que irrumpen en la escena
política, pública y social y se rebelan contra todo sistema que los oprime, los
repliega y los despoja. Son, ya dijimos las mujeres, los pueblos originarios,
los pueblos afrodescendientes, las mujeres jóvenes, las personas disidentes
sexuales. Se levantan exigiendo derechos, devoluciones, resarcimiento o
vivienda, defienden su derecho a la salud, defienden la tierra, su derecho a
estar y existir o a recibir un pronombre adecuado. Estos cuerpos en irrupción,
son los mismos cuerpos desalmados y desclasificados, aquellos que no someterán
su útero, su fuerza, su esperma, su trabajo, su color, o al tiempo, ni a un
sistema hegemónico y más aún, capitalista. Todos los cuerpos que irrumpieron
para la sociedad capitalista amparada en el discurso religioso del alma contra
el cuerpo entran en desacato. Este no sometimiento, exige el reparto de lo que
el capitalismo, o sea los grupos de poder han acumulado. Esto es justamente lo
que no es permitido, no es sólo su existencia, sino el reparto que esto trae
consigo, el reparto significa una merma al capitalismo. Para el despojo
histórico que estos cuerpos han vivido no solo se requiere de compartir, sino
de redistribuir, compartir es un hecho ético entre semejante, redistribuir,
repartir, volver a partir, es una impronta política entre desiguales. Esto no
puede permitirse en un sistema económico basado en la acumulación.
Entonces,
estas irrupciones corporales exigen vida digna, para ello se requiere servicios
especializados e intencionados, se requiere de servicios médicos y
terapéuticos, políticas de inclusión expandidas, se requieren ampliación de
espacios y renovaciones arquitectónicas públicas, procesos de educación
incluyente a la población, de financiamiento y de voluntad política. Estas
decisiones políticas conllevan recursos y estos recursos que no serían parte de
la acumulación sino del reparto, al menos en forma de impuestos, las agendas
políticas regresivas se niegan al reparto porque esto afectaría la acumulación
capitalista de los empresarios, que se niegan a pagar impuestos. Esto funciona
porque, como apunta Marco Chivalán-Carrillo, siguiendo a Foucault y Chamayou,
existen cuerpos que por su inadmisión social y su demarcación al sistema
capitalista, son despojados de su estatus político y de su ciudadanía y los
convierte en esclavos.[17] Para el tema que estamos tratando
significa que a los cuerpos desalmados se les descalifica para así poderlos
despojar de su humanidad y por lo tanto de sus derechos.
Una agenda
política son las tácticas y el llamado “lobby” que se emplean para influir en
las decisiones políticas de un Estado o institución tomadora de decisiones,
para garantizar los intereses de determinados grupos políticos formales o
informales. Esto es precisamente a lo que se denomina una agenda política:
Es importante tambien tener en cuenta que, en general la agenda se considera como una etapa del proceso más amplio de elaboración de políticas (…) se construye y consolida no sólo a partir del entramado del proceso político, sino también de los intereses en juego de los actores, de las creencias y demás marcos de restricción para la acción, tanto formales como informales.[18]
Las agendas
regresivas, son aquellas agendas políticas dirigidas por los grupos de poder,
sostenidas bajo principios morales y/o religiosos y que atentan en menoscabo
y/o en contra los avances de los DDHH. Las agendas regresivas no son siempre
religiosas, pero basan mucho de su contenido en planteamientos sagrados, apelan
a la tradición, a la Nación, a las buenas costumbres a la familia y al orden
social. Es un lobby político basado en las creencias conservadoras con el fin
de mantener el orden hegemónico del que hemos venido hablando, bajo la máscara
de conservar la buena sociedad, pero con el fin último de salvaguardar la
acumulación capitalista y sus beneficios para unos cuentos y evitar otra
recaudación de impuestos. Por ello, las agendas regresivas se instalan gracias
a un orden autoritario.
A partir
del confinamiento provocado por la pandemia de Covid 19, las medidas de libre
movilidad se restringieron en casi todo el mundo, muchas de las libertades
públicas, aún las más simples se limitaron, derechos como el de reunión o de
manifestación fueron reducidos. Este acontecimiento provocó también una
sensación de malestar social y de miedo al otro, como posible portador de la
enfermedad. La criminalización, la punición y las restricciones se justificaban
y de hecho, eran requeridas por la sociedad. En esto el mensaje conservador los
grupos de poder antiderechos, encontraron sustrato, este contexto permitió
realizar importantes intervenciones en los sistemas de salud, fiscal y
tributario o judicial. Muchas leyes se aprobaron sin que pudiera existir el
reclamo de la sociedad. Las restricciones a los DDHH se catalogaron como de
importancia para la seguridad nacional. Esto también contribuyó a que las
restricciones de movilidad y libre manifestación fueran vistas como oportunas y
necesarias, y entonces, la lucha pública y presencial por los derechos
estuviera condenada y por lo tanto, reducida. La sociedad misma ha generado una
sensación de zozobra y temor a enfermedades trasmisibles o a las multitudes no
controladas, y esto se ha aprovechado para mantener la idea de que las
restricciones son necesarias y hasta beneficiosas. Lo que se puso en evidencia
la Pandemia por Covid 19, fue la debilidad y el desmantelamiento del Sector
Salud y de las instituciones de cuidados, pero se responsabiliza a los cuerpos
desalmados, por su patología inherente y los supuestos gastos a los que se
incurre, en el caso por ejemplo del VIH, de gasto innecesario para su atención.
En la
narrativa de las agendas regresivas, se reviste a los movimientos sociales o a
las movilizaciones sociales con el fantasma de que poseen poder, recursos
económicos y fuerza política, que reciben apoyos extranjeros[19], y se complementa con la retórica
de que sus intereses atenten en contra de la Nación, la familia, la niñez, el
orden social y la estabilidad. Se argumenta que están en contra de la
reproducción de la humanidad y que sus intereses políticos son intereses
comunistas.[20] Y por supuesto se emplea el recurso
sobre cuerpos y comportamientos desviados, monstruosos, enfermos, traidores,
minoritarios, lascivos, etc. Qué como tales, en su desuhmanización, no son
dignos de tener derechos ni propios, ni humanos, ni mucho menos específicos.[21]
Según
Nicolas Panatto, desde un punto de vista político y eclesiológico, las agendas
regresivas con el empleo de la ideología de género, se convierten en un
discurso de odio para lograr hacer política y nombra a esta ideología como una
falsa categoría y además antipolítica. Esto último es porque la ideología de
género 1) no reconoce la pluralidad, 2) invalida al otro, 3) no admite diálogo
alguno y 4) promueve el pánico moral.[22]
Se llega a
creer que la reacción moralista de los grupos de poder es una contraofensiva[23], una reacción al avance sobre DDHH
que algunos grupos han alcanzado desde el siglo 19. Sobre todo con los grupos
feministas, pueblos originarios y movimiento LBTBIQ+, muchas veces hay una
referencia a lo que se conoce como ideología de género:
Mediante el concepto de «ideología de género» se sintetiza hoy una auténtica cruzada encabezada por la Iglesia católica contra la desestabilización feminista. «La ideología de género es una estrategia discursiva ideada desde el Vaticano y adoptada por numerosos intelectuales y activistas católicos y cristianos para contraatacar la retórica de la igualdad de derechos para mujeres y personas lgbti agumenta Mara Viveros Vigoya.[24]
Según Verónica Gago, la “ideología
de género” con sus argumentos llega a hacer creer en su influencia en la niñez,
adolescentes y en las mujeres empobrecidas. Esto vuelve a argumentarse desde
los cuerpos que necesitan tutela ya que con este argumente se les hace ver como
seres sin agencia propia, a quienes es fácil manipular y cuyos reclamos de
derechos está influenciado por esta ideología.
La realidad es que los grupos,
organizaciones, personas y movimientos que luchan por sus derechos, son
precisamente estos cuerpos desalmados y desclasificados acusados como
alteradores del orden, son aquellos cuerpos que han peleado y alcanzado
derechos y cuyas reivindicaciones se han expandido y diversificado. Como por
ejemplo con la lucha por los derechos de propiedad como los tejidos indígenas,
la reserva de semillas nativas, el derecho al aborto, la búsqueda de las
personas desaparecidas, el derecho al matrimonio igualitario, al cambio legal y
físico de género, el derecho a migrar, etc. Estos derechos alcanzados alteran
las ambiciones y objetivos de las corporaciones, las industrias extractivas,
fabriles y agrícolas o los monopolios, que basan su riqueza en la
privatización, fuerza de trabajo renovable, la explotación laboral o los
monocultivos y que requieren de la complicidad y corrupción de Estados,
gobiernos y autoridades para garantizar su riqueza.
Además de las agendas regresivas
existen otros movimientos, sobre todo en redes sociales como los movimientos de
las llamadas “esposas tradicionales” o “la machosfera” que son respuestas a los
movimientos feministas y a las supuestas afectaciones que los hombres y las
mujeres han tenido por los alcances sociales y las posturas políticas de estos
movimientos. Pero los discursos virales de estos grupos reaccionarios han
servido también de sustrato a los alegatos conservadores pero sobre todo a su
difusión. Estos discursos llegan a recrear discursos de odio, por ejemplo hacia
las feministas, las lesbianas, los hombres no dominantes, esto significa
también un desincentivo para demarcarse de la hegemonía binaria de la que hemos
venido hablando.
Cuando todo está dicho y hecho, la vida de fe no es más que una batalla
interminable del espíritu contra la carne con cada arma disponible.
Dietrich Bonhoeffer
Las iglesias
como instituciones torales de la sociedad, y las personas creyentes en el
Evangelio en lo particular, necesitamos reconocer que, desde el conservadurismo
y desde los fundamentalismos e interpretaciones injustas de la Biblia, se ha
abusado mucho desde un poder amparado por lo divino. Es importante reconocer
que el ser una institución toral, las iglesias y organizaciones religiosas
tienen un papel político dentro de la sociedad, en el sentido de que son parte
de las intrincadas relaciones de poder y de las relaciones sociales. Y queremos
añadir, “el fenómeno religioso, lejos de ser una instancia enajenante,
representa un elemento constitutivo de las dinámicas sociales latinoamericanas
y puede ser proyectado para el fortalecimiento de personas y grupos.[25] Por tanto, es imprescindible
reconocer que existe una dimensión política dentro de lo religioso: “los grupos
religiosos representan uno de los más profundos sellos dentro de la sociedad
civil en torno a la relación entre prácticas cotidianas, construcción de
utopías e incidencia pública desde instancias no formales o institucionales”.[26]
Para los
grupos creyentes y religiosos progresistas y creyentes protectores de DDHH,
como en el caso de Act Alianza, reconocen al fenómeno de las agendas regresivas
y a los fundamentalismos “como una amenaza real a la democracia y a la
promoción y defensa de derechos humanos en el continente [latinoamericano]”, y
declaran que existe una “afectación diferenciada del fenómeno en el movimiento
feminista y una tendencia regresiva en torno a los derechos sexuales y
reproductivos”.[27]
Es
importante mantener la vigencia y activación de Estados laicos, ya que la
laicidad es una evidencia democrática. Con este crecimiento de la intervención
del discurso religioso en gobiernos centrales como con Jair Bolsonaro en Brasil
(2019-2022), Rodrigo Duterte en Filipinas (2016-2022), Nayib Bukele en el
Salvador (desde 2019), Jimmy Morales (2016-2020), Alejandro Giammattei
(2020-2024) en Guatemala y recientemente Trump en Estados Unidos (2025), parece
que no existiera un Estado Laico, porque la separación de Iglesia Estado no es
evidente en la práctica y los discursos políticos están enmarcados con recursos
religiosos. Eso significa que la idea de Estado laico debe hacerse valer y
actualizarse. Es deber de las iglesias fomentar este dialogo y este debate, no
solo por garantizar su propia participación, sino porque esa participación debe
estar apegada a los principios del Reino de Dios y su justicia. Esto significa,
que es importante también definir el rol del Estado y la participación política
tanto en los grupos conservadores, como en las iglesias como en los grupos
diversos que han emergido y pelean por sus derechos. El Estado Laico, debe
servir para favorecer la democracia y con ello, la participación activa y el
acceso y búsqueda de la justicia.
Ante estos
mecanismos religiosos de regresión en cuento a derechos, es importante
evidenciar la pluralidad del mundo evangélico, evidenciar públicamente que
existen grupos religiosos e iglesias que disienten de los grupos conservadores.
Es importante que las personas que defienden sus derechos sepan que cuentan con
grupos aliados dentro de los grupos religiosos, que les pueden apoyar para
construir sus políticas, sus peticiones, sus manifiestos con argumentos
bíblicos, teológicos y religiosos liberadores e inclusivos o bien, en contra de
los argumentos religiosos represivos. Es importante, indispensable que las
personas creyentes que participan en estos grupos tengan la posibilidad y el
derecho de ejercer su fe de manera coherente en comunidades respetuosas de la
diversidad, de la disidencia y de los cuerpos desalmados. Es en este momento,
en donde se debe replantear de fondo una eclesiología popular, plural,
incluyente, defensora de derechos, amorosa y radical.
Y lo más
importante de este texto: aunque no parece el argumento más obvio, cuando
hablamos de agendas regresivas, la creencia teológica de la superioridad del
alma sobre el cuerpo, es el fundamente más antiguo, anquilosado y el más duro
de desmontar. Es imperante cuestionar y resignificar la base teológica que
mantiene el imaginario social y religioso, que permite la comprensión de
ciertos cuerpos como invalidados. Este es un gran salto de fe, porque puede
implicar la pérdida del poder que ahora la iglesia ostenta entre sus fieles y
en la sociedad. Pero estoy segura que va a permitir la vivencia del Evangelio
proclamado por Jesús. Este desmontaje va a requerir de una revisión teológica
profunda y sustancial que removerá nuestras creencias más aseguradas. Porque no
solo podemos cuestionar los efectos, sino las raíces que mantienen y que son la
base de la construcción desigual de los cuerpos y con ello el argumento no
visto de los discursos políticos religiosos regresivos. Estoy convencida que
debe ser una exigencia revisar la validez teológica de la superioridad del alma
sobre el cuerpo, se requiere revisar si esta superioridad es realmente
concordante o no con el Evangelio y con el Reino de Dios y su Justicia. Es
necesaria una transformación de raíz, una ruptura política, una metanoia profunda que permita socavar
las relaciones de injusticia, una radicalidad para reconocer que todos los
cuerpos son válidos[28] y que no existen los cuerpos
desalmados, que son solo una invención para mantener la dominación.
Ni un
silencio más es posible. De no organizarnos y revisarnos como comunidades y
personas de fe para apelar y ofrecer recursos en contra de las agendas
regresivas, de faltar al compromiso con el Reino de Dios y su Justicia,
seguiremos aportando de manera cómplice y timorata, argumentos de fe para la
exclusión, la injusticia, la condonación de derechos y para justa guerra que se
ha desatado en contra de los cuerpos mal llamados desalmados.
Act Alianza. “Agendas regresivas y su impacto en los derechos humanos y democracias en América Latina y El Caribe”. Act Alianza, 2024. https://actalliance.org/wp-content/uploads/2024/08/Reducido-Relatoria-Evento-Guatemala-5.pdf.
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Aristóteles. Generación
de los animales. Madrid: Nueva Biblioteca Filosófica, 1933.
Chivalán
Carillo, Marco. Prostitución Como ‘Mal Necesario’ a Finales Del XIX En La
Ciudad de Guatemala: Sexopolítica, Pornotopía y Supremacía Masculina. Guatemala:
AVANCSO, 2019.
deChile.net.
“Autoridad”. Etimologías, 2025. https://etimologias.dechile.net/?autoridad.
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Gago, Verónica.
“Cartografiar la contraofensiva: el espectro del feminismo”. Nueva Sociedad,
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Gebara, Ivone. El
rostro oculto del mal: una teología desde la experiencia de las mujeres.
Traducido por José Francisco Domínguez. Madrid: Trotta, 2002.
Ginés de
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México: Fondo de Cultura Económica, 1979.
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Virginia. Bestiario Medieval. Buenos Aires: Quadrata, 2005.
Panotto,
Nicolás. “Cristianismo anti-politico: manipulación de la ‘ideología de género’
en la...” Youtube, el 29 de agosto de 2023. https://www.youtube.com/watch?v=3k8PPhioPNI.
———. Religiones,
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RAE. “Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario”. Real Academia Española, RAE, 2025. https://dle.rae.es/.
|
Gabriela Miranda García, es teóloga e investigadora con
experiencia en temas de género e identidades.
Contacto: gmirandagarcia@yahoo.es
Artículo recibido: 30 de marzo del 2025.
Artículo aprobado: 10 de julio del 2025.
[1] Cf. Aristóteles, Generación de los animales
(Madrid: Nueva Biblioteca Filosófica, 1933), 1, 20.
[2] Louis Dupré, Simbolismo religioso
(Barcelona: Herder, 1999), 59.
[3] Ivone Gebara, El rostro oculto del mal:
una teología desde la experiencia de las mujeres, trad. José Francisco
Domínguez (Madrid: Trotta, 2002), 103.
[4] Dupré, Simbolismo religioso, 92.
[5] Bestiario Medieval (Buenos Aires:
Quadrata, 2005), 30.
[6] El poder pastoral, es un concepto creado por Michel Foucault que se refiere a la instrumentalización que el Estado moderno hizo de la tradicional forma de poder de las instituciones cristianas y la adecuó para sí.
[7] Naughton, Bestiario Medieval, 84.
[8]
RAE, “Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario” (Real
Academia Española, RAE, 2025).
[9] Corregir el cuerpo. Historia de un poder
pedagógico (Buenos Aires: Nueva Vision, 2005), 42.
[10] De ahí la palabra ortopedia (como la correcta
instrucción) que tiene un uso médico para la corrección del sistema músculo
esquelético. El uso médico de la palabra ortopedia, revela que existe una
relación entre educación, corrección y cuerpo.
[11] Cf. Corregir el cuerpo. Historia de un poder pedagógico, 42. Desde mucho antes se creía que los humores controlaban el cuerpo, lo calentaban, lo enfermaban o lo enloquecían. Provocaban en el cuerpo, movimientos espasmódicos, las mujeres o los niños estaban más expuestos a estos humores, se creía que sus cuerpos eran porosos o esponjosos, y por lo tanto, más fáciles de ser filtrados por estos humores perjudiciales.
[12] Las
imágenes de esta lotería en particular son imágenes tradicionales mexicanas,
esta lotería hecha por la empresa Clemente Jaques, data 1887 y perdura con
pocos cambios hasta nuestros días.
[13] La palabra autorizar, compárate raíz con
autoridad, que viene de la raíz que significa aumentar o promover, y este
vocablo se aplica al prestigio moral o a la superioridad de una persona en su
actividad o saber. Cf. deChile.net, “Autoridad” (Etimologías, 2025).
[14] Por Occidente nos referimos a una noción
cultural más que geográfica, en donde determinada parte del mundo se
autoconcibe diferenciada de otras y se percibe como moderna y superior en
cuanto a sus planteamientos sociales, políticos y tecnológicos.
[15] Tzvetan Todorov, La conquista de América.
El problema del Otro (México: Siglo XXI, 2007), 13.
[16] Juan Ginés de Sepúlveda, Tratado de las
justas causas de la guerra contra los indios (México: Fondo de Cultura
Económica, 1979), 83.
[17] Cf. Prostitución Como ‘Mal Necesario’ a
Finales Del XIX En La Ciudad de Guatemala: Sexopolítica, Pornotopía y
Supremacía Masculina. (Guatemala: AVANCSO, 2019), 27.
[18] Mary Luz Alzate Zuluaga y Gerardo Romo
Morales, “La agenda pública en sus teorías y aproximaciones metodológicas. Una
clasificación alternativa”, Revista Enfoques 15, núm. 26 (2017): 16 y
19.
[19] Cf. Verónica Gago, “Cartografiar la
contraofensiva: el espectro del feminismo”, Nueva Sociedad, 2019, 16.
[20] Nicolás Panotto añade el individualismo, el
deseo y el placer desde el liberalismo como uno de los intereses atribuidos a
la ideología de género. Cf. Religiones, política y Estado laico. Nuevos
acercamientos para el contexto latinoamericanao (Bogotá, Colombia; Santiago
de Chile: REDLAD-GEMRIP, 2017). La referencia al comunismo de las agendas
regresivas nos retrae a la persecución durante los años 70 y 80 a la Teología
Latinoamericana de la Liberación y en general a todo el periodo de la Guerra
Fría.
[21] Aunque muchas personas, no converjamos en si
debemos o no apelar a “los derechos”, lo hacemos en este texto porque las
agendas regresivas se disputan dentro de la formalidad institucional de las
legislaturas, las políticas públicas, etc.
[22] “Cristianismo anti-politico: manipulación de
la ‘ideología de género’ en la...” (Youtube, el 29 de agosto de 2023), minutos
11:50 al 12:40.
[23] Cf. Gago, “Cartografiar la contraofensiva”,
15 y 16.
[24] Ibid., 16.
Nicolas Pannotto sitúa el uso del término en 1998, cf. Religiones, política
y Estado laico.
[25] Panotto, Religiones, política y Estado
laico, 174.
[26] Ibid., 39.
[27] “Agendas regresivas y su impacto en los
derechos humanos y democracias en América Latina y El Caribe” (Act Alianza,
2024).
[28] Cf. Sonya Renee Taylor, Cuerpo
no es una disculpa. El poder del autoamor radical (Madrid: Melusina, 2019).