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Vida y Pensamiento Revista Teológica de la
Universidad Bíblica Latinoamericana Volumen 45, Número 2,
Diciembre-Junio, Año 2025 Pensar/interpretar la
biblia en la sociedad
contemporánea: Fundamentalismos, luchas
y resistencias |
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CUIRizar la
Biblia Proposiciones
teóricas para una lectura cuir de la
Biblia en un contexto latinoamericano Enrique
Vega-Dávila Universidad
Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México pp. 153-186 |
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Resumen: Este artículo
propone una hermenéutica cuir situada para la lectura bíblica en América
Latina. Desde una autoinscripción del autor,
critica la reducción de “lo queer” a “lo gay”, los anacronismos identitarios
y la cisheteronormatividad de la tradición bíblica; se plantea que cuirizar no es etiquetar, sino desmontar tecnologías de
control y abrir el texto a disidencias sexuales y de género. Para operativizarlo, formula cuatro momentos: (1) lectura
crítica-histórica que evita literalismos y reconoce
la redacción y el Sitz im Leben; (2)
reconocimiento de sujetxs y afectos, integrando la
opción por lxs pobres con cuerpos y deseos
marginados; (3) lectura de los cuerpos como texto, donde emociones y
materialidades son datos hermenéuticos; e (4) imaginación y compromiso,
entendidos como refiguración del mundo del texto en
prácticas. El ejemplo exegético de Mt 5:3-12 relee las bienaventuranzas como contradiscurso político: no consuelos espirituales, sino
estructuras de posibilidad para vidas precarizadas (pobreza, duelo,
persecución). Concluye que una hermenéutica cuir de la Biblia desjerarquiza la normalidad religiosa, restituye agencia
a cuerpos agramaticales y devuelve a la Biblia su potencia liberadora al
articular deseo, política y espiritualidad en comunidades concretas hoy. Palabras clave: Hermenéutica
cuir; Biblia; América Latina; cuerpos agramaticales; imaginación
hermenéutica. Abstract: This article
proposes a queer hermeneutics for biblical reading in Latin America. From the
author's own perspective, it criticizes the reduction of “queer” to “gay,”
identity anachronisms, and the cisheteronormativity
of the biblical tradition, arguing that queering is not about labeling, but
rather dismantling technologies of control and opening the text to sexual and
gender dissidence. To operationalize this, it formulates four moments: (1)
critical-historical reading that avoids literalism and recognizes the wording
and Sitz im Leben; (2) recognition of
subjects and affections, integrating the option for the poor with
marginalized bodies and desires; (3) reading bodies as text, where emotions
and materialities are hermeneutic data; and (4) imagination and commitment,
understood as the refiguration of the world of the text into practices. The
exegetical example of Matthew 5:3-12 rereads the Beatitudes as political
counter-discourse: not spiritual consolations, but structures of possibility
for precarious lives (poverty, mourning, persecution). It concludes that a
queer hermeneutics of the Bible de-hierarchizes religious normality, restores
agency to ungrammatical bodies, and returns the Bible to its liberating power
by articulating desire, politics, and spirituality in concrete communities
today. Keywords: Queer
hermeneutics; Bible; Latin America; ungrammatical bodies; hermeneutic
imagination. |
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Enrique Vega-Dávila CUIRizar la
Biblia Proposiciones teóricas para una lectura cuir de la Biblia en un contexto latinoamericano Introducción Nosotrxs[1] también somos lxs
pobres.[2] La autoridad y legitimidad del sujeto intérprete de la Palabra de Dios no son exteriores o
artificiales, sino que nacen de su capacidad real de interpretar en la comunidad la Palabra de Dios con ciencia, fe, espíritu y libertad.[3] Este
artículo propone una hermenéutica cuir desde un punto de vista situado.[4] No puede
hablar en tercera persona: me nombro marica, pastor de comunidad
independiente y teólogo formado en género y teología. Estas intersecciones
componen mi mirada y dieron origen a lo que en redes denomino
#CUIRadasDominicales: reflexiones sobre el evangelio dominical desde la
diversidad sexo-genérica. Hace
algunos años nombré hermenéutica inclusiva[5] a un proceso realizado por
comunidades cristianas conformadas por personas de la diversidad sexogenérica, principalmente hombres gays.
La distancia no sólo temporal, sino también teórica y experiencial me lleva a
proponer, desde un ángulo distinto y similar al mismo tiempo, otra forma de
leer la biblia desde otras posibilidades. Ya no se trataría sólo de un giro
existencial, sino también de uno teórico y hermenéutico. Las
distintas lecturas de la biblia en contextos LGBTTTIQ+ han centrado, como
intención, en su mayoría, mostrar que los textos sagrados que han sido
empleados en contra de la homosexualidad masculina y femenina se encuentran
errados en su traducción[6] o en su
interpretación[7]. Esto
significó, por un lado, un trabajo exegético serio a partir de metodologías
histórico-críticas, pero, por otro lado, también significó cuestionar la
interpretación histórica de reprobación acerca del ejercicio de amor o afecto
por parte de la diversidad sexogenérica. A
este proceso se añade, además, la búsqueda de personajes “pre queer”
que sirvan de antesala para hablar de una afirmación de las sexualidades
diversas[8] que
posibiliten otros marcos interpretativos para la sexualidad diversa. Ambas
situaciones han mostrado cómo en América Latina se ha leído la homosexualidad
como negativa, dada la colonialidad cristiana
vivida en el continente. Estas han fomentado una sociedad que reprueba estas
prácticas sexuales, más allá de profesar o no una fe. Estos esfuerzos
mencionados han establecido que tales interpretaciones no tienen relación con
el ejercicio de amor y cuidado por parte de las personas de la diversidad sexogenérica.[9] En ese
sentido, no puede negarse que la historia de la tradición bíblica ha sido
cuestionada desde los estudios críticos como kiriarcal
o patriarcal[10],
colonial[11], y
desde una perspectiva queer que puede ser nombrada también como cisheteronormativa. Los
teóricos queer de la Biblia desafían la heteronormatividad
contemporánea al destacar los patrones de pensamiento ideológicos y
arraigados sobre los que se construye la heteronormatividad. Los intérpretes
queer cuestionan la “no diferencia” convencional y percibida de la
heteronormatividad, lo que tan a menudo se presenta como natural y (por lo
tanto) divinamente ordenado. Sin embargo, las suposiciones heteronormativas
no son “naturales”, “normales” ni “de sentido común”.[12] En
tal sentido, el objetivo trazado para estas líneas es presentar algunas
pautas teóricas que permitan hacer una reflexión sobre una lectura cuir de la
Biblia, puesto que ésta sigue siendo un texto referencial para las
comunidades cristianas. Para ello desarrollaré tres puntos, el primero
busca explicar la forma en que se comprende lo cuir[13] desde una perspectiva
crítica que podría ser aplicada en la hermenéutica bíblica, luego presentaré
algunas pautas teóricas para establecer el punto de partida de esta
hermenéutica en un contexto latinoamericano y caribeño y, por último,
presentaré un breve ejemplo de cuirización de un
pasaje bíblico. Acerca
de lo cuir en teología y biblia Toda
hermenéutica requiere un punto de partida teórico. En este caso, pensar lo
cuir en relación con la Biblia y la teología supone situarse frente a las
formas históricas de interpretación que han legitimado sistemas de exclusión
y disciplinamiento de los cuerpos. Lo cuir no se
entiende aquí como una identidad fija, sino como una crítica epistemológica
que interroga los dualismos —sagrado/profano, masculino/femenino,
decente/indecente— sobre los que se ha edificado la lectura tradicional de
los textos bíblicos. Desde
América Latina, esta reflexión adquiere un carácter particular: la colonialidad del cristianismo modeló una matriz cisheteronormativa que produjo jerarquías morales y
sexuales en nombre de la fe.[14] Colocar
en teología bíblica la potencia de lo cuir implica torcer esas gramáticas
para visibilizar los cuerpos, afectos y deseos expulsados por el orden
religioso. En este sentido, las perspectivas cuir en
la exégesis y hermenéutica no buscan incluirse dentro de la norma, sino
desarmarla críticamente para abrir la posibilidad de una lectura encarnada,
plural y liberadora de la Escritura. Lo cuir
como crítica a lo gay Como
he mencionado anteriormente, muchas lecturas de la biblia acerca de lo
homosexual han servido para validar el odio sistemático a las diversidades o
para contradecirlo con herramientas teóricas.[15] Esta forma de aproximarse
al texto ha sido empleada por muchas comunidades de fe que han procurado ser
inclusivas con la diversidad sexogenérica.[16] Pero
siendo conscientes de la multiplicidad de identidades, esta última forma de
leer la Biblia no siempre ha tenido en cuenta otras identidades que no se
reconocen ni como gays ni como lesbianas. Muchas
lecturas han hecho pensar en lo gay con lo queer o lo cuir, como si
fueran equivalentes. Pero en los estudios críticos actuales esa equivalencia
se cuestiona: lo gay no solo es una identidad concreta, sino un dispositivo
que a veces reproduce el blanqueamiento capitalista al distanciarse de otras
identidades para lograr ciertos derechos.[17] Aquí se ve la urgencia de
desplazar esa vinculación automática hacia una hermenéutica verdaderamente
cuir. En
tal sentido, son criticables aquellas interpretaciones que han recurrido a la
Biblia cristiana y judía para afirmar que existimos en ella las personas
diversas y disidentes de la sexualidad. Lo que, en definitiva, se trataría de
un anacronismo, por ejemplo, recurrir al relato de David y Jonatán para
justificar el amor entre hombres como si este fuese homosexual —y no niego
que sí existe amor entre ellos dos—. Prefiero, más que fijar identidades
modernas en la antigüedad, leer los regímenes de deseo, afecto y alianza que
el texto habilita o clausura. Lo
cuir —así entendido— critica las formas esencialistas con las que se ha leído
la historia, también la de la sexualidad, lo que puede ya hallarse en los
trabajos de Foucault.[18] Esta
perspectiva teórica ha permitido considerar los cuerpos que no han importado[19], los
cuerpos abyectos[20], las
vidas no lloradas[21] que no
se identifican con la hegemonía sexual. Si se considera también que en el Sur
Global nuestras identidades son distintas por muchas características
contextuales, lo cuir no puede ser un calco de lo propuesto en el mundo
anglosajón, pero sí considera el origen de este. Lo similar implica que ambas
formas —queer y cuir— resignifican el insulto y reconocen un sinfín de
formas que han sido insultantes. Por esa razón lo queer en inglés no
podría ser sinónimo de gay, sino que incluye al playo, al joto, al marica, al
hueco, y también a la lencha, leca, marimacha, a la/el transformer,
a la traca. Esto
significa que lo cuir aparece en el escenario político y cultural no como una
traducción, sino como un término paraguas que permite colocar múltiples
identidades, incluso las no nombradas por omisión o por comisión. Esto me
lleva a un primer punto teórico en torno a una lectura cuir de la Biblia, la
que no se encuentra relacionada con una identidad en concreto ni busca
validar nuestras existencias en las Escrituras. Por el contrario, esta
perspectiva se abre a la multiplicidad, a las diversidades y a las
disidencias que también son halladas en los libros bíblicos, más allá de las
identidades sexuales. En
ese sentido, una aproximación cuir lee la biblia desde lo fluido, desde lo
que no es posible nombrar o atrapar. Siendo así, propone un proceso que, así
como no puede atrapar lo divino, tampoco podría atrapar lo humano. En
lugar de exigir al texto que legitime prácticas sexuales, observamos cómo la
Divinidad ‘performa’ de modos no normativos y
desbarata taxonomías cerradas. Lo cuir
como torcedura de las identidades Una
de las principales críticas de la teoría queer sostiene que el
binarismo o el dualismo cerrado ha sido una manera hegemónica y colonial que
ha leído la historia desde ciertas identidades consideradas “normales”.[22] Este
dualismo tiene también como característica ser jerárquico, por lo que no solo
establece que una identidad es mejor o más importante que la otra, sino que
esta jerarquía demanda ser la medida de las otras identidades, como es el
caso de lo heterosexual.[23] En esa
línea de reflexión, lo cuir —en continuidad con su genealogía— implica torcer
lo que ha sido considerado derecho y estandarizado en el ámbito
público-privado-íntimo, lo que Marcella Althaus-Reid nombraría “lo decente”.[24] Todavía
más, la experiencia de la normalización ha hecho que se posea una lectura de
la sociedad, de la sexualidad, de la Biblia misma desde una normalidad colonizante y universalizadora,
dejando de lado todo lo que no encajaría en su gramática religiosa. Esta
misma es sostenida y avalada por denominaciones cristianas en el mundo
entero. Ante
la afirmación categórica de una sexualidad única, válida y reconocida por la
divinidad, las políticas cuir desde el mundo
creyente responden a la lógica del “¿por qué no?” y, al momento de leer la
Biblia, se plantean como posibilidad otros escenarios que podrían ser
contemplados como negativos desde cuerpos doctrinales o jerarquías
impermeables. Lo
anterior implica, en términos teológicos, no solo cuestionar las
interpretaciones bíblicas, sino las instituciones que las han sostenido
históricamente, por lo que la lectura realizada sobre los pasajes bíblicos o
personajes puede responder a la lógica de ser torcidos o achuecados
para defender la vida y dignidad de las personas y no de las instituciones.
Es decir, esta hermenéutica no se piensa a sí misma desde la norma moral o
desde lo establecido socialmente, sino más bien desde lo que ha sido denostado
como indecente y desde la afirmación de lo diverso. Por
ejemplo, la lectura de Juan 8: 3-11, más que considerar a una mujer como
adúltera, tal y como lo realiza la lectura hegemónica, podría ser el punto de
apertura para afirmar una sexualidad ante un sistema que no responsabiliza al
hombre y, desde una perspectiva cuir, la idea de la sexualidad negada. Este
tipo de interpretaciones coinciden, ciertamente, con una hermenéutica
feminista de la liberación, pero no considera sólo el rol social de la mujer
que a veces puede ser esencialista, sino que coloca la imposición social como
una forma de opresión en materia sexual. Lo cuir
como visibilización Siguiendo
el mismo ejemplo de Juan 8:3-11, no fijar la atención en la carga
moralizante, sino en cómo el cuerpo politizado permite examinar una economía
de la vergüenza y contemplar la visibilización no
solo de ‘mujeres’, sino de cuerpos feminizados y descartados. Que distintas
identidades sean visibles no es una tarea propia de la teoría cuir, sino que
es establecido ya este posicionamiento político por varias teorías
feministas, particularmente por las que se han desarrollado en el Sur Global
que consideran a la indígena, a la negra, a la gorda, a la palestina. En
continuidad con una perspectiva bíblica, estas han sugerido que se debe
sospechar de quienes escribieron los textos considerados sagrados, ya que
dependen de una matriz patriarcal.[25] Lo que la hermenéutica
cuir sugiere es que esta misma matriz no solo afecta a las mujeres, sino
también a los cuerpos feminizados y descartados por las distintas sociedades.
Los
estudios lésbicos colocaron la idea de la “heterosexualidad obligatoria”[26] tanto
para hablar de una sociedad que sostiene lo heterosexual como única
posibilidad de existencia sexual y social como también para criticar una
lectura de la historia que ni siquiera ha pensado en otros términos la
vivencia de las personas. Tal alienación sexual también ha sido traspasada al
leer la Biblia. Por ello mismo, por ejemplo, no ha sido posible pensar en la
no heterosexualidad de Jesús, en la disidencia social del centurión o en la
presencia del hombre del cántaro. Una lectura cuir de la Biblia abriría la
posibilidad de leer lo sagrado no solo con otros ojos, permitido socialmente,
sino también desde cuerpos disidentes, desde afectos negados, desde el
ejercicio de nuestras sexualidades. En
tal sentido, esta perspectiva permite sospechar no sólo de quienes no
aparecen en los textos bíblicos, sino también —siguiendo a Foucault[27]—
sospechar de quienes no aparecen y de cuál es la razón por la cual no
aparecen. Esto se encuentra muchas veces relacionado con cierta comprensión
de la sexualidad, que, desde esta misma perspectiva, permite evaluar su
correlación con lo político y lo económico.[28] Por esta razón, una
lectura cuir de la Biblia tiene como partida lo sexual para leer la sociedad
y su producción cultural a favor de ciertas identidades y desdén de otras.
En
suma, pensar lo cuir en teología y en Biblia no es un ejercicio de
incorporación sino de subversión: se trata de desmontar los regímenes de
verdad que han dictado quién puede ser leídx, amadx o salvadx. La
hermenéutica cuir desestabiliza los marcos coloniales y religiosos que han
domesticado los cuerpos y sus deseos, devolviéndoles potencia simbólica y
política. Al torcer las lecturas hegemónicas, lo cuir no busca corregir el
texto, sino abrirlo para que otros cuerpos, memorias y afectos entren en
diálogo con lo divino. Desde el Sur global, esta tarea no es solo académica,
sino pastoral y liberadora: es un modo de afirmar que la revelación también
acontece en los márgenes, en las corporalidades indecentes y en las
experiencias que la decencia teológica ha querido borrar. Algunas
pautas teóricas con relación a la lectura cuir de la Biblia Hasta
aquí, el recorrido teórico ha mostrado cómo lo cuir, más que una identidad,
es una disposición crítica ante los modos de interpretar la realidad, el
cuerpo y la misma fe. Pero toda disposición teórica requiere un modo de
operar. Si la primera parte delineó las intuiciones fundamentales, esta
segunda propone algunas pautas hermenéuticas que permiten trasladar la
crítica cuir a la práctica del ejercicio concreto de lectura bíblica. No se
trata de una nueva metodología en sentido estricto, sino de una actitud
epistémica que conjuga sospecha, reconocimiento y afecto como lugares desde
donde leer. Desde
la lectura crítica de la Biblia La
hermenéutica es un arte que interpreta un hecho o un producto cultural.[29] Tal
ejercicio no puede reconocerse como neutral, sino que establece comunicación
y comprensión desde la persona intérprete[30], por lo que puede
afirmarse que se trata de un posicionamiento político.[31] Esta requiere una serie
de herramientas teóricas que permitan dar cuenta del punto al que se desea
llegar. En relación con esto, la lectura cuir de la Biblia recurre también a
las metodologías histórico-críticas de modo que el texto pueda quedar desnudado
en su contexto y, en la medida de lo posible, en su pre-texto.
Esta lectura permite evitar los literalismos[32] y
combatir ideológicamente lo que ciertos sectores fundamentalistas llaman “una
lectura antojadiza u oportunista de la Biblia”. Es
en ese ars herménutica
que se establece la crítica como metodología, lo que Gadamer[33] y
Ricoeur[34] habrían
nombrado “hermenéutica de la sospecha”. Esta implica movilizar el objeto de
este arte y “descifrar sus expresiones”, lo que desde esta perspectiva coloca
el carácter sexual como una de las formas epistémicas que no han sido
consideradas en la interpretación bíblica. Ya lo habría dicho Marcella
Althaus-Reid: “Arrancamos del conocimiento de que toda teología implica una
praxis sexual y política consciente o inconsciente basada en reflexiones y
acciones desarrolladas a partir de determinadas codificaciones aceptadas”.[35] En esta
línea de reflexión, tal forma hermenéutica no solo apela al sentido del
texto, sino a otras expresiones que están incluidas en los pasajes, pero que
no han sido mencionadas, tales como la construcción del sexo y del género.[36] Esta
perspectiva puede encontrarse en la obra de Renato Lings,
quien, a través de sus estudios filológicos, se esfuerza por evidenciar cómo
el amor se ha perdido en las distintas traducciones bíblicas.[37] Este
trabajo exegético recurre a una serie de herramientas que muestran erudición
académica y sensibilidad pastoral. Desde
el reconocimiento de otrxs sujetxs
y sus afectos El
sujeto hermenéutico de la Biblia es la comunidad cristiana que se interpreta
a sí misma desde su historia y fe. Así pues, la hermenéutica cuir de la
Biblia no se trata de un ejercicio meramente individual, sino que responde a
la comunitariedad, a la fe celebrada, vivida y
anunciada, que cuestiona los diferentes órdenes establecidos, en este caso,
por el cristianismo hegemónico[38] relacionados
con su propia marginación y el rechazo de sus afectos. La
lectura crítica de la Biblia ha permitido establecer que esta posee
materiales invaluables que guardan relación con una tradición oral que ha ido
cristalizando a través de textos. Si la hermenéutica feminista habría
colocado ya a la mujer como sujeta e intérprete que puede ser hallada en
esos textos, las posiciones cuir van más allá de las definiciones binarias o
esencialistas de la sexualidad de ciertos feminismos[39] y apuesta por desmontar
esas lecturas que solo han considerado la reproducción y la heterosexualidad
como expresión de humanidad, por lo que esta se caracterizaría en
“desestabilizar las identidades sexuales y contrarrestar los prejuicios
culturales contra las minorías sexuales”.[40] Pero
no queda ahí, sino que se establece una distinción entre cuirizar
y un cuestionamiento cuir[41] que se
basa en identificar tecnologías de control y que da como resultado que lo no
nombrado, lo indecente cobre valor. Cuirizar, en
ese sentido, no es rubricar textos con nuevas etiquetas, sino interrogar las
tecnologías de control que administran cuerpos y afectos. Ahí lo indecente
recupera valor epistémico. Un
ejemplo de ello es el trabajo de André Musskopf,
quien en un artículo de RIBLA presenta una lectura viada de la
parábola del padre de Lucas 15.[42] Este no
solo implica el trabajo exegético acerca del pasaje, sino la relación con la
vida de Henrique, un personaje de carne y hueso, que le permite al autor
realizar una intertextualidad corporal. Desde
los cuerpos como texto: cuerpos y emociones Los
cuerpos implican una materialidad que es leída desde muchas perspectivas
sociales y humanas; esto permite considerar el cuerpo como un texto[43] y a la
sociedad como una gramática que identifica ciertas identidades, normas y
formas de relacionarse[44]. Esto
permitiría también hablar de cuerpos agramaticales, es decir, cuerpos que, al
no poder ser leídos, tampoco son representados ni se habla de ellos. Esta
exploración permite comprender la relación de los cuerpos como una
intertextualidad, es decir, como el vínculo que no siempre es visible, pero
que existe, porque siempre hay mucho más allá del texto. Desde una lectura
cuir de la Biblia, uno de los elementos destacados es el mundo de las
emociones, lugar que no siempre ha tenido la suficiente validación académica.
Todo lo contrario, estas han sido relegadas a un segundo plano o empleadas
para confirmar cierta forma de humanidad, sin considerar el hecho de que
estas moldean los cuerpos.[45] La
lectura cuir de la Biblia consideraría los cuerpos como testimonios de una
historia no necesariamente contada, que se vinculan con otras historias
tampoco mencionadas por la gramática social y que tampoco han formado parte
de la historia de las interpretaciones. Esta otra intertextualidad es
propuesta por Marcella Althaus-Reid al teologizar acerca de la Virgen y
sugerir que estos pueden unirse a otros discursos/textos.[46] Asimismo, las emociones
entran a tallar debido a que forman parte de ese reverso de la historia de la
sexualidad. Esto
se puede ejemplificar en The man Jesus loved
de Ted W. Jennings, quien realiza una lectura homoerótica
de la relación entre el discípulo joánico y Jesús a
través de la idea de intimidad, de reconocimiento mutuo, del no contacto con
Magdalena en la tumba y del desayuno en la playa. Para este autor, el Cuarto
Evangelio es afirmativo de una sexualidad mucho más abierta.[47] Desde
la imaginación y compromiso como herramientas: libertad y apertura La
imaginación no es un adorno poético, sino un acto interpretativo. Para
Ricoeur, imaginar es “la visión súbita de una nueva pertinencia predicativa”
—es decir, encontrar sentido en lo que parece sin sentido— y reordenar campos
semánticos.[48] De ese
modo, ningún texto vive encerrado en sí: se abre en múltiples puertas según
las herramientas que usemos y los sujetos que leen, por ejemplo, la Última
Cena, re-imaginada una y otra vez en el arte para
abrir escenas, gestos y afectos que el texto deja en penumbra. En
este marco, la imaginación opera como refiguración
del mundo del texto en el horizonte de la persona lectora-comunidad. No es
licencia subjetiva, sino el momento en que el texto “abre mundo” y habilita
nuevas posibilidades de comprensión y acción.[49] Por eso la imaginación,
desde lo cuir, no busca añadir alegorías arbitrarias, sino desplazar los
marcos de pertinencia que han fijado quién puede sentir, hablar o ser representadx en el relato. En clave política, esta refiguración se vuelve también utópica —no como evasión,
sino como crítica de las ideologías que naturalizan jerarquías— al proponer
configuraciones alternativas de convivencia y de cuerpos. Así, la imaginación
se vuelve una técnica hermenéutica situada: hace visible lo que la gramática
dominante vuelve indecible y ensaya, con la comunidad, modos de lectura que
afectan la vida eclesial. En
términos operativos, esta imaginación se ejercita con procedimientos
verificables y no meramente ornamentales: (a) contra-escenas
que reponen gestos y silencios borrados por tecnologías de vergüenza[50]; (b)
traslación de foco desde la norma hacia cuerpos agramaticales para interrogar
quién es autorizado a sentir o a recordar[51]; (c) inversión de roles
que evidencia regímenes de decencia y su economía de control[52]; y (d)
variaciones de voz que devuelven agencia a lxs no-nombradxs sin fijar identidades modernas en el mundo
bíblico. Estos procedimientos ya emergen, en pequeño, en lo que he nombrado
#CUIRadasDominicales, espacio que relee pasajes “clásicos” desde afectos y
vínculos no normativos: la escena no se adorna, se reconfigura para que el
texto sea leído –y celebrado– por una comunidad que reconoce en él
posibilidades de cuidado, justicia y deseo. Apelar
a una lectura cuir de los textos desde esta perspectiva abre posibilidades no
consideradas debido a las distintas tecnologías de control que mediante la
culpa y la vergüenza han evitado que vayamos más allá de la moral establecida
como única y heterosexual. Esta perspectiva queda alentada por la utopía
encarnada que piensa desde su práctica política que otro mundo es posible y
donde todxs cabemos. En
América Latina, esta imaginación hermenéutica tiene nombres propios y
prácticas comprobables: la “imaginación creativa” de Cristina Conti, que
ensancha las tradiciones para que las mujeres de hoy experimenten las voces
acalladas del texto.[53]
Imaginar —en sentido hermenéutico— no es adornar el texto, sino reconfigurar
su pertinencia: desplaza el foco hacia cuerpos y afectos indecibles,
desactiva tecnologías de la vergüenza y abre posibilidades de recepción
eclesial situada. Esta es, finalmente, la apuesta: una imaginación con
método, capaz de verificar sus procedimientos en comunidad y de traducirse en
prácticas de cuidado y justicia que devuelvan a la Biblia su potencia para
decir vida hoy. En
suma, las pautas expuestas en este apartado no constituyen un método cerrado,
sino una constelación de gestos hermenéuticos que se despliegan en la
práctica comunitaria: sospechar, reconocer, corporeizar, imaginar. Cada uno
de ellos reconfigura la lectura bíblica desde la experiencia situada de los
cuerpos y afectos marginados, desarticulando la supuesta neutralidad
interpretativa que históricamente ha legitimado la exclusión. En América
Latina, esta propuesta no se reduce a la teoría; se verifica en la lectura
viva de comunidades que reinterpretan los textos sagrados a partir de su
vulnerabilidad, resistencia y esperanza. Desde aquí, pasar a un ejercicio
concreto de cuirización no es un mero ejemplo
ilustrativo, sino la continuidad natural de un proceso hermenéutico que busca
dejarse afectar por la Palabra y sus ausencias. En lo que sigue, la lectura
de Mateo 5:3-12 —el Sermón de la Montaña— servirá para mostrar cómo se podrían
abrir otros significados del texto y revelar allí una ética de los cuerpos
que habitan los márgenes. Un
ejemplo de cuirización: leyendo Mateo 5:3-12 La
lectura cuir del texto bíblico no busca añadir un nuevo “tema” a la exégesis,
sino desplazar el punto de enunciación desde el cual se comprende el texto
bíblico. En este sentido, las Bienaventuranzas (Mt 5:3-12) ofrecen un terreno
privilegiado: condensan una ética del Reino formulada desde los márgenes y
para los cuerpos vulnerados. Una hermenéutica cuir invita a leerlo como un contradiscurso político y afectivo, donde las condiciones
de pobreza, llanto o persecución se vuelven lugares de resistencia y de
ternura insumisa. Leer estas palabras desde cuerpos disidentes, racializados
o empobrecidos es reconocer que la bienaventuranza no describe un deber ser,
sino un modo de estar en el mundo donde la fragilidad se convierte en
potencia teológica. Cuirizar este texto implica,
entonces, recuperar su escándalo original, despojarlo de la decencia
moralizante y abrirlo a una lectura que devuelva la bienaventuranza a quienes
el orden religioso y social declaró “malaventurados”. Desde
la lectura crítica de la Biblia El
bloque de Mt 5:3–12 se compone de macarismos
(‘bienaventurados’/μακάριοι) que Mateo reordena y
expande con acentos redaccionales propios, a diferencia de los que son
planteados por Lucas. Mientras Lc 6 habla de “los
pobres”, Mateo escribe “los pobres en espíritu”, desplazamiento
hermenéutico de notable alcance teológico y comunitario. Además, los vv.
11–12 cambian a segunda persona y tematizan la persecución, señal de que el
discurso interpela a una comunidad concreta en tensión con su entorno. Todo
ello es ampliamente discutido por Ulrich Luz[54], quien subraya el
trasfondo Q y la especificidad de los “pobres en espíritu”, así como el
pasaje a la segunda persona como indicio de la situación vital de la
comunidad mateana. Una
hermenéutica cuir latinoamericana, consciente de la colonialidad
eclesial y social, toma en serio ese redaccionismo:
no “des-historizamos” el texto para buscar
identidades modernas en él, sino que atendemos su forma y su Sitz im Leben. Las bienaventuranzas, releídas así, funcionan
como “transcritos ocultos” anti-hegemónicos:
señalan quiénes son bienaventurados a contrapelo del orden dominante
—pobres en espíritu, mansxs, hambrientxs
de justicia, perseguidxs— y, en consecuencia,
desestabilizan el imaginario moral y político que naturaliza privilegios. En The Queer Bible Commentary, Thomas Bohache
enfatiza, precisamente, este potencial anti-imperial
y des-normativizador de los macarismos
como discurso que subvierte jerarquías de pureza, honor y decencia.[55] Desde
el reconocimiento de otrxs sujetxs
y sus afectos Si
Mateo pasa a la segunda persona (“Dichosxs ustedes…
cuando les insulten”), esta lectura reconoce ahí a comunidades hoy
marginadas cuyas experiencias afectan la comprensión del texto. En América
Latina, cuerpos racializados, feminizados, empobrecidos, minorizados, trans y
no binarios cargan el peso de iglesias y sociedades heteronormadas.
Marcella Althaus-Reid denuncia que la teología de la liberación dessexualizó al “pobre” y omitió que la pobreza es
también un régimen sexual y de género; por eso urge un círculo hermenéutico
donde la opción por lxs pobres integre cuerpos,
deseos y decisiones sexuales como lugar teológico.[56] Desde
ahí, “dichosxs lxs pobres
en espíritu” puede oírse como “dichosxs quienes han
sido expulsadxs por discursos de decencia”:
migrantes LGBTTTIQ+, trabajadorxs sexuales,
personas trans en economías informales. Lo “en espíritu” no es psicologismo
intimista; se vuelve marca de una subjetividad quebrada por dispositivos
morales que confunden espiritualidad con obediencia a la cisheterosexualidad.
Reconocer sujetxs y afectos implica escuchar
memorias peligrosas que resisten narrativas oficiales y re-vinculan
cuerpo, deseo y fe como condición de posibilidad de la bienaventuranza. Desde
los cuerpos como texto: cuerpos y emociones Una
lectura cuir no separa exégesis de materialidad. La bienaventuranza sobre lxs que lloran (v. 4) interpela duelos no llorados por la
gramática pública: pérdidas por crímenes de odio, por exclusiones familiares
y eclesiales, por precarizaciones que atraviesan sexualidad, raza y clase.
Roberto González y Norberto D’Amico recuerdan que
“la revelación divina es una categoría corporal… las teologías LGBT…
necesitan regresar al deseo”[57] para desmontar normatividades que regulan
los cuerpos y para que la opción por lxs pobres no
oculte las violencias sexuales cotidianas. Así,
“dichosxs lxs perseguidxs por causa de la justicia” (v. 10) se lee como
proclamación sobre cuerpos agramaticales —que no encajan en los
diccionarios de decencia— y cuyas emociones (vergüenza, miedo, orgullo,
ternura) son datos hermenéuticos, no meras anécdotas. En clave cuir,
las narraciones no contadas devienen en un medio teológico para que
comunidades encarnen la armonía y libertad con verdad y cuidado; lejos del voyeurismo, contar historias corporales repara la
fractura entre ética y deseo y habilita prácticas de
consuelo y resistencia que el texto bendice.[58] Desde
la imaginación y compromiso como herramientas: libertad y apertura La
imaginación no es licencia para proyectar; es trabajo semántico y político
que reestructura campos de sentido y orienta la praxis. En Mateo, la aplicación
—diría Ricoeur[59]— es
intrínseca: las palabras demandan traducirse en vida. Luz lo explicita al
describir cómo la hermenéutica mateana reclama
comprensión que produce frutos; no basta “entender”, hay que aplicar,
lo que vincula de forma directa macarismos y
prácticas comunitarias.[60] Esta
clave autoriza a imaginar escenas de bienaventuranza en mesas ampliadas,
liturgias sin armarios y economías del cuidado que encarnen “hambre y sed de
justicia”. Esa
imaginación, en América Latina, es memoria peligrosa: recuerda a
quienes las iglesias silenciaron y propone re-leer
“persecución” (vv. 10–12) como hostigamiento por transgredir el orden de la
decencia. Esta misma memoria recompone filiaciones, desmonta closetizaciones sacras y devuelve a Jesús y su movimiento
su filo subversivo frente a sistemas sexual-políticos. La cuirización de Mateo 5:3-12 ha mostrado que las
bienaventuranzas no son fórmulas morales ni consuelos espirituales, sino
estructuras abiertas de posibilidad donde los cuerpos, las emociones y los
afectos marginados reescriben el sentido mismo de la justicia. Al leer desde
los márgenes latinoamericanos y desde las disidencias, el texto deja de ser
un código de virtud para convertirse en un espacio performativo de
reconocimiento: allí donde la vulnerabilidad se vuelve fuente de revelación y
la indecencia, categoría teológica. Este ejercicio confirma que la
hermenéutica cuir no es un apéndice identitario, sino una metodología de
liberación que recupera la dimensión política, erótica y comunitaria de la
fe. A partir de aquí, las conclusiones no buscan clausurar la lectura, sino
ensanchar el horizonte hermenéutico, devolviendo a la Biblia su poder de
trastocar lo establecido y de anunciar, una vez más, que el Reino se gesta
desde los cuerpos que el mundo declara impropios. Conclusiones Cuirizar la
Biblia no pretende agregar una etiqueta más a las ya existentes, sino
ensanchar el horizonte hermenéutico desde el cual las comunidades creyentes
pueden pensar su fe y su corporalidad. Es una propuesta que no busca
legitimar lo diverso dentro de una estructura previamente dada, sino
desestabilizar los lenguajes que han sostenido la exclusión. Desde ahí, la
hermenéutica cuir se presenta como una praxis que articula deseo, política y
espiritualidad en la lectura de los textos sagrados. Como
afirma Punt: El
valor de la interpretación bíblica queer radica en redefinir los límites y
criticar, es decir, queerizar, el discurso
dominante en la sociedad y el mundo académico, en particular en lo que se
refiere al género y la sexualidad. La interpretación queer no solo hace
responsables a los lectores del pasado de las convenciones interpretativas
que favorecen el patriarcado o las historias de recepción que privilegian la
heteronormatividad. También desentraña las identidades comprometidas por
ideologías que están incrustadas en los textos bíblicos, no en el sentido
arqueológico de esperar a ser descubiertas, sino en el sentido de la
convención social de la influencia y el efecto predominantes y omnipresentes
del lenguaje y las costumbres.[61] La
experiencia de las diversidades sexogenéricas puede
ser también un punto de partida para la lectura bíblica, que no se reduce a
estas, sino que aprende de ellas. Esto implica reconocer lo cuir como un
aporte teórico y metodológico que no se reduce a tales identidades, sino que
denuncia “el autoritarismo de la decencia”[62] también en las
interpretaciones bíblicas. El
haber centrado la atención en las orientaciones sexuales como punto de
partida corre el riesgo que suceda lo mismo que en el mundo activista, que no
se tengan en cuenta las identidades de género o sus distintas expresiones,
para lo cual no habría una identificación con personajes bíblicos tanto como
sí la experiencia de una Divinidad que está más allá de los binomios cerrados
y absolutos. Esto significa que la propuesta cuir en la hermenéutica bíblica
no está constreñida a personas de la diversidad sexogenérica,
sino que implica un diálogo acompañado que permita reconocer lo indecente
como un inicio distinto al momento de interpretar. En
tal sentido, la hermenéutica cuir es sexual, pero también es política, porque
política es la exclusión y amenaza latentes en el mundo entero en contra de
nuestras identidades, mucho más la que ha sido configurada por categorías
religiosas disfrazadas de amor, cuidado, ciencia o democracia.[63] En ese
orden de ideas, no solo se trataría de personas cuir, sino de identidades que
han sido expectoradas, aniquiladas, desplazadas, minorizadas. Lo cuir no
borra diferencias; desjerarquiza su régimen. La
tarea pendiente es mapear cómo operan esas jerarquías en perícopas concretas
(no solo en pasajes ‘clásicos’) y cómo las comunidades reescriben su
recepción. Es así como no puede centrarse en tan solo unos pasajes, sino que
la Biblia entera puede ser cuirizada[64] porque
toda ella está atravesada por identidades. Cuirizar la
Biblia, desde lo presentado aquí, es abrir ventanas para que la Palabra
respire nuestros cuerpos y los cuerpos respiren la Palabra. No para pedir
permiso, sino para prometer mesas más anchas, justicia con ternura y un
Evangelio sin armarios. Bibliografía Ahmed, Sara. La política cultural de
las emociones. UNAM, 2015. Althaus-Reid, Marcella. La teología
indecente. Perversiones teológicas en sexo, género y política.
Bellaterra, 2005. Althaus-Reid, Marcella M. “Marx en un Bar
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pobres! Teología de la liberación y diversidad sexo-genérica. Hacia una
teología cuir de la liberación”. Revista Ciencias de la Complejidad 3,
núm. 2 (2022): 65–89. https://doi.org/10.48168/cc022022-005. Wilson, Nancy. Our Tribe: Queer Folks, God, Jesus, and the
Bible. Harper Collins, 1995. Enrique
Vega-Dávila es Doctor en Estudios Críticos de Género
por la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México, México). Contacto:
enriquevegad@filos.unam.mx Artículo recibido: 25 de agosto de 2025. Artículo aprobado: 20 de noviembre de 2025. |
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[1] El uso de la “x” para
(des)formar el género gramatical —desde lo propuesto en mis textos— busca que
la persona lectora pueda “llenar” esa equis con la vocal de su preferencia, ya
sea la “o” masculinizante o las alternativas críticas como la “a”, formando un
femenino universal que desafía lo masculino o la “e”, que busca cierta
neutralidad. La idea de la “x” es que cada persona dé cuenta de su propia
perspectiva de género.
[2] “¡Nosotrxs
también somos lxs pobres! Teología de la liberación y diversidad sexo-genérica.
Hacia una teología cuir de la liberación”, Revista Ciencias de la
Complejidad 3, núm. 2 (2022): 65–89.
[3] Pablo
Richard, “La palabra de Dios en las pequeñas comunidades de base”, Vida y
Pensamiento 21, núm. 1 (2001): 176.
[4] Donna
Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres: La reinvención de la naturaleza,
Feminismos (Cátedra, 1995).
[5] Enrique
Vega-Dávila, “Hermenéutica inclusiva: brindando esperanza en medio de
sociedades excluyentes”, en Escatología, política y esperanza en América
Latina, ed. AETE, Facultad de Teología y Religión, Asociación Educativa
Teológica Evangélica, AETE (Caminos, 2021).
[6] Renato
Lings, Biblia y homosexualidad: ¿Se equivocaron los traductores?
(SEBILA, 2011).
[7] Robert
Shore-Goss, “La homosexualidad y la Biblia: Practicando textos seguros”, Conexión
Queer: Revista Latinoamericana y Caribeña de Teologías Queer 3, núm. 1
(2020): 71–101.
[8]
Nancy Wilson, Our Tribe: Queer Folks, God, Jesus, and the Bible (Harper
Collins, 1995).
[9] Renato
Lings, Amores bíblicos bajo censura. Sexualidad, género y traducciones
erróneas (Dykinson, 2021).
[10] Elisabeth
Schüssler-Fiorenza, Pero Ella Dijo: Prácticas Feministas de La
Interpretación Bíblica (Trotta, 1996).
[11] Pinky
Riva, “Leyendo la Biblia en tiempos de cambio: Una hermenéutica
descolonizadora”, RIBLA, núm. 82 (2020): 103–24; Naim Stifan Ateek, Justice
and Only Justice. A Palestinian Theology of Liberation (Orbis Books, 1989);
Maricel Mena López, Cuestión de piel: de las sabidurías hegemónicas a las
emergentes (Pontificia Universidad Javeriana, 2008); Sofía Nicolasa Chipana
Quispe, “Textos y tejidos: Lecturas interculturales de la biblia en Abya Yala”,
Siwo Revista de Teología 16, núm. 2 (2023): 2.
[12]
Jeremy Punt, “Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”, en The
Oxford Handbook of Feminist Approaches to the Hebrew Bible, ed. Susanne Scholz (Oxford University Press, 2021), 73.
[13] La experiencia de lo
cuir no es una traducción del anglicismo queer, sino su lectura creativa
y diversa desde América Latina. Cf. Diego Falconí, “De
lo queer/cuir/cuy(r) en América Latina. Accidentes y malos entendidos en la
narrativa de Ena Lucía Portela”, Mitologías hoy 10 (diciembre de 2014):
95–113; Enrique Vega-Dávila, “De lo queer a lo cuir: punto de partida e
innecesaria traducción”, En prensa, 2024.
[14] Enrique
Vega-Dávila, “Divinidad al desnudo. Cuerpos que oran. Deconstrucción de
lenguajes religiosos en comunidades cristianas para la diversidad sexogenérica.
Experiencias en la ‘Comunidad Cristiana Ecuménica Inclusiva El Camino’” (Tesis
de Doctorado en Estudios Críticos de Género, Universidad Iberoamericana, 2023).
[15] Daniel
Gloor, “La homosexualidad en la Biblia”, Aportes Bíblicos, núm. 21
(agosto de 2015): 1–46; Renato Lings, Love Lost in Translation:
Homosexuality and the Bible (Trafford, 2013).
[16] Juan
Fonseca, “Iglesias y diversidad sexual en el Perú contemporáneo”, Argumentos.
Revista de análisis y crítica 9, núm. 2 (2015): 25–32.
[17]
Diego Falconí Trávez, “Desaprender a ser gay. De-colón-izaciones
maricas para América Latina”, en Inflexión marica. Escrituras del descalabro
gay en América Latina, ed. Diego Falconí Trávez (Egales, 2018); Juan Pablo
Sutherland, Nación marica: prácticas culturales y crítica activista
(Ripio Ediciones, 2009).
[18] Michel
Foucault, Historia de la sexualidad 2: El uso de los placeres (Siglo
XXI, 2011).
[19] Judith
Butler, Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del
“sexo” (Paidós, 2002).
[20] Julia Kristeva, Poderes de la perversión (Siglo XXI, 1989);
Judith Butler, El género en disputa: el feminismo y la subversión de la
identidad, trad. María Antonia Muñoz, Paidós 168 (Paidós, 2007).
[21]
Judith Butler, Marcos de guerra. Las
vidas lloradas, trad. Bernardo Moreno Carrillo
(Espasa Libros, 2017).
[22] Butler,
El género en disputa.
[23] Adrienne
Rich, “Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana”, Duoda: Revista
d’estudis Feministes, Duoda: Revista d’estudis feministes, núm. 11
(1996): 13–37.
[24] La teología indecente. Perversiones teológicas en sexo, género y
política (Bellaterra, 2005).
[25] Schüssler-Fiorenza,
Pero Ella Dijo.
[26] Rich,
“Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana”.
[27] Historia de la sexualidad 2.
[28] Althaus-Reid,
La teología indecente.
[29] Hans-Georg
Gadamer, Verdad y método II, Hermeneia 34 (Sígueme, 1998).
[30] Paul
Ricoeur, El conflicto de las interpretaciones: Ensayos de hermenéutica
(Fondo de Cultura Económica, 2003).
[31] Paul
Ricoeur, Ideología y utopía (Gedisa, 2001).
[32] Eduardo
Arens, “¿Entiendes lo que lees? La Biblia, entre la ilustración y el
fundamentalismo”, Páginas: Centro de estudios y publicaciones 33, núm.
211 (2008): 12–27.
[33] Hans-Georg
Gadamer, “La hermenéutica de la sospecha”, Cuaderno gris Época III, núm.
2 (1997): 127–36.
[34] Ricoeur,
El conflicto de las interpretaciones.
[35] La teología indecente, 15.
[36] Punt,
“Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”.
[37] Love Lost in
Translation; Biblia y homosexualidad; Amores bíblicos bajo
censura.
[38] Enrique
Vega-Dávila, “Divinidad al desnudo”.
[39] Althaus-Reid,
La teología indecente.
[40]
Punt, “Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”, 66.
[41]
Punt, “Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”.
[42] “El
hijo pródigo y los hombres gays. Una relectura de Lucas 15,11-32, en la
perspectiva de las teorías de género y de sexualidad”, RIBLA, núm. 56
(2007): 102–14.
[43] Meri
Torras, “El delito del cuerpo”, en Cuerpo e identidad: Estudios de género y
sexualidad 1, ed. Meri Torras (Universidad Autónoma de Barcelona, 2007).
[44] Cyril
Lemieux, Gramáticas de la acción social: Refundar las ciencias sociales para
profundizar su dimensión crítica, trad. Ezequiel Martínez Kolodens (Siglo
XXI, 2017).
[45] Sara
Ahmed, La política cultural de las emociones (UNAM, 2015).
[46] La teología indecente, 85.
[47]
Theodore W. Jennings, The Man Jesus Loved: Homoerotic Narratives from the
New Testament (Pilgrim Pr, 2003).
[48] Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II (Fondo de Cultura Económica, 2002), 202.
[49] Ricoeur,
Del texto a la acción.
[50] Ahmed,
La política cultural de las emociones.
[51] Gadamer,
Verdad y método II.
[52] Althaus-Reid,
La teología indecente.
[53] Cristina
Conti, “Hermenéutica feminista”, Alternativas: revista de análisis y
reflexión teológica 5, núms. 11–12 (1998): 93–112.
[54] El
evangelio según san Mateo. Mt 1-7, Vol. 1 (Sígueme, 1993).
[55]
“Matthew”, en The Queer Bible Commentary, 2a ed., ed. Mona West y Robert
E. Shore-Goss (SCM Press, 2022).
[56] “Marx
en un Bar Gay: La Teología Indecente como una Reflexión sobre la Teología de
laLiberación y la Sexualidad”, Numen 11, núm. 1 e 2 (2008): 1 e 2.
[57]
“Love in Times of Dictatorships: Memoirs from a Gay Minister”, en Liberation
Theology and Sexuality, ed. Marcella Althaus-Reid (Ashgate Publishing
Limited, 2006), 187.
[58] Bohache, “Matthew”.
[59] Del texto a la acción.
[60] El evangelio según
san Mateo. Mt 1-7,
Vol. 1.
[61]
“Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”, 79.
[62] Althaus-Reid,
La teología indecente.
[63] Vega-Dávila,
“De lo queer a lo cuir”.
[64]
Punt, “Queer Bible Readings in Global Hermeneutical Perspective”.