Vida  y

Pensamiento

Revista Teológica de la Universidad Bíblica Latinoamericana

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Volumen 40 Número 1  -  Enero/Junio 2020  -  San José, Costa Rica  -  ISSN 2215-602X

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Teología Práctica en América Latina y El Caribe:

propuestas, desafíos

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Aspectos históricos de la Teología Práctica

Angel Eduardo Román-López Dollinger

 pp. 57-70

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Resumen: El presente documento aborda brevemente algunos aspectos históricos relacionados con la configuración, desarrollo y consolidación de la teología práctica como disciplina teológica en el contexto de la educación superior de la parte alemana de Europa. El objetivo de este repaso histórico es identificar algunos aspectos disciplinarios que la teología práctica latinoamericana y caribeña ha heredado de Europa. Este aspecto es fundamental, porque conocer el desarrollo histórico de esta disciplina puede contribuir a identificar dónde se encuentra actualmente, hasta qué punto es pertinente metodológica y epistemológicamente para el quehacer teológico, en qué medida necesita actualizarse y qué personas o instituciones están llamadas a construir su identidad local.

Abstract: This document briefly addresses some historical aspects related to the configuration, development and consolidation of practical theology as a theological discipline in the context of higher education in the German part of Europe. The objective of this historical review is to identify some disciplinary aspects that Latin American and Caribbean practical theology has inherited from Europe. This aspect is fundamental, because knowing the historical development of this discipline can help to identify where it is currently, to what extent it is methodologically and epistemologically relevant to the theological task, to what extent it needs updating and which people or institutions are called to build its local identity.

Palabras claves: Teología práctica, quehacer teológico, praxis de liberación, praxis pastoral, disciplina teológica.

Key Words: Practical theology, theological work, liberation praxis, pastoral praxis, theological discipline.

 

 

 


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Angel Eduardo Román-López Dollinger[1]

Aspectos históricos de la Teología Práctica

Introducción

 

Durante su historia como disciplina, la teología práctica ha tenido que superar obstáculos teóricos, prácticos y metodológicos para poder validar su estatus científico dentro y fuera de las ciencias teológicas. Externamente, se ha enfrentado a la dificultad común de toda disciplina teológica: el antagonismo tradicional entre el conocimiento científico y el conocimiento religioso, en especial cuando la teología intenta aclarar qué es lo que estudia, con qué método y con qué propósito lo hace. Internamente, el mayor obstáculo ha sido tratar de definir cuál es su contribución a la educación teológica superior y de qué forma sus aportes se diferencian de los de otras disciplinas teológicas, como la sistemática, bíblica e histórica.

 

En la educación superior latinoamericana y caribeña, además de los obstáculos anteriores, es común que la teología práctica enfrente otros dos desafíos: 1) construir su identidad sin alejarse de su tradición disciplinaria, 2) definir cuál es su vínculo con la teología de la liberación. El primer desafío se relaciona con las áreas y contenidos de la disciplina, e implica un diálogo disciplinario interno. El segundo desafío es más complejo, pues requiere identificar si la teología de la liberación sustituye a la teología práctica y, si no lo hace, aclarar sus diferencias y aportes mutuos.

 

Ambos desafíos exigen generar un diálogo constructivo entre las diferentes personas e instituciones que representan el quehacer teológico latinoamericano y caribeño. Para iniciar ese diálogo, mi propuesta es hacerlo a través de una revisión histórica de la formación, desarrollo y consolidación de la teología práctica como disciplina científica de centros de educación superior en el contexto europeo alemán. Esto puede ayudar a ver como en un espejo hasta qué punto nuestra identidad disciplinaria depende de la tradición académica europea y en qué medida podemos nos diferenciamos de ella.

 

1. La teología práctica como

disciplina académica

 

Para analizar la teología práctica latinoamericana y caribeña desde la perspectiva histórica, es conveniente hacerlo desde su función como disciplina, con raíces europeas, y desde su relación con la acción cristiana. Asimismo, hay que tener presente que en algunos contextos académicos es frecuente usar el término teológia pastoral en lugar de teología práctica. El uso de uno u otro término depende de la costumbre, el estilo, la tendencia teológica o el contexto.[2] Históricamente el término que ha prevalecido y que se emplea en este escrito es el de teología práctica.

 

Desde su surgimiento como disciplina hace casi 250 años,[3] la teología práctica ha evolucionado según las circunstancias socio-eclesiales y los desafíos determinados por la reflexión teológica de cada etapa en la que ha estado presente.[4] Uno de esos desafíos ha sido la búsqueda constante por definir su identidad disciplinaria frente a otras disciplinas teológicas, para lo cual ha integrado algunas áreas específicas de estudio en sus programas universitarios: pedagogía de la religión, homilética, liturgia, pastoral social, misionología, psicología pastoral y otras (cf. Mette 1998, 1). Aunque esas áreas ayudan a tener una noción sobre el significado de teología práctica, dificilmente la definen, ya que funcionan según sus propios criterios, objetivos y metodologías.

 

Tratar de definir la teología práctica es y ha sido una tarea muy complicada, ya que cada momento histórico implica cambios de significados teológicos, nuevas categorías teóricas del discurso científico, nuevos desafíos eclesiales, sociales y religiosos en el mundo, constante secularización de la sociedad (Mette 2000, 149s). Además, como Dietrich Rössler afirma, las definiciones sobre la teología práctica siempre serán inconsistentes, pues se centran en características específicas de la disciplina, lo cual limita sus alcances y percepciones contextuales. Tomando en cuenta esta dificultad, Rössler propone una definición bidimensional de la teología práctica: Es una disciplina sistemática de la teología que tiene como objetivo conectar teóricamente los principios y prácticas de la tradición cristiana con las experiencias científicas actuales, para responsabilizarse por la configuración histórica de la iglesia en la realidad social (1994, 3).

 

Al asumir esa responsabilidad, la teología práctica se ubica más en el plano de la praxis que en el de la teoría y es lo que la diferencia de otras disciplinas teológicas. Ahora bien, esta comprensión de la teología práctica es producto de un proceso histórico que vale la pena analizar.

 

2. Herencia europea

de la teología práctica

 

En la iglesia antigua y medieval no existía la teología práctica como disciplina académica, pero ya en ese tiempo, con la constante profesionalización del clero, se crearon las bases para que en el último cuarto del siglo XIX se instituyera como disciplina teológica en universidades católicas y protestantes de Europa, con el objetivo de formar sacerdotes o pastores responsables del cuidado de las almas y bajo el nombre de teología pastoral. Posteriormente la disciplina cambió su nombre por el de teología práctica y se orientó a estudiar la práctica pastoral de la iglesia (Rössler 1994, 134–42). Esta nueva concepción prevaleció, con pocas variables, hasta la época conciliar. Con el impulso del Concilio Vaticano II, especialmente a través de la constitución pastoral Gaudium et spes (1965), la teología práctica asumió un compromiso pastoral con la sociedad moderna y, por ello, comienza a percibirse como una praxis de liberación (Mette 2007, 12–22).

 

Para tener más claro todo este proceso de construcción y adaptación de la teología práctica, se analizan a continuación las tres formas que le permitieron constituirse en la disciplina actual y que ha influenciado las instituciones de educación teológica de Latinoamérica y El Caribe.

 

3. La teología práctica

como ciencia sacerdotal

 

El inicio de la teología pastoral como ciencia teológica se da en la parte alemana de Europa, en medio de pugnas entre iglesia y Estado (Vilanova 1992, III:273). Una parte del clero, especialmente jesuita, luchaba por mantener la autonomía de la iglesia y por no perder el derecho de impartir la educación teológica universitaria. Por su parte, el Estado y sus representantes proponían que la educación teológica fuera evaluada por el Estado. El 18 de octubre de 1774, la emperatriz María Teresa de Austria promulgó un decreto, a través del cual encargó al abad benedictino, Franz Stephan Rautenstrauch, elaborar un proyecto para renovar los planes de estudio de la facultad de teología, lo cual permitió que en 1777 apareciera la asignatura Teología Pastoral como disciplina independiente, en idioma alemán y no en latín (Aigner 2002, 140).

 

Ese mismo año (1777) Rautenstrauch implementó el curso práctico llamado Unterricht von Pflichten des Pastoralamtes (Instrucción sobre los deberes del ministerio pastoral), en el cual propuso los tres deberes del pastor: enseñanza, administración de los sacramentos y edificación de los fieles (Rogier, Sauvigny, y Hajjar 1984, 132s; Vilanova 1992, III:274s). De esa forma la educación teológica pasó a ser responsabilidad del Estado (Floristán 1983, 21).

 

En el contexto protestante luterano, Friedrich Schleiermacher consideró que la tarea de la teología debía ser completamente práctica y al servicio del pastor para guiar las almas. Según esa premisa distinguió en la teología tres disciplinas: teología filosófica, teología histórica y teología práctica. Según este autor, por la función cognitiva bidimensional de la teología práctica, ésta necesita emplear las otras dos disciplinas, pero como toda teología cristiana, debe estar estrechamente ligada a la iglesia, de lo contrario no puede ser teología cristiana (Dinkel 1995, 44s).

 

A pesar que en la interpretación de Schleiermacher la iglesia juega un rol importante, la teología práctica siguió centrada en la formación del pastor o sacerdote, por ello se concibió como una ciencia sacerdotal. Algunos rasgos particulares que le sirven para diferenciarla de otras formas de acción pastoral son: es una especie de recetario práctico para pastores, derivado de las normas canónicas; refleja la estrecha relación Iglesia-Estado; su objetivo es formar buenos cristianos y ciudadanos obedientes; es eminentemente clerical, pues el sacerdote o pastor representa la religión y al Estado; es una disciplina nacionalista (Aigner 2002, 140; Floristán 1993, 100–103).

 

4. La teología práctica

como acción eclesial

 

Esta forma de concebir la teología práctica surgió a mediados del siglo XIX bajo la influencia de la escuela de Tubinga y fue producto de una corriente teológica que buscó vincular la teología pastoral a una eclesiología más precisa e integral. En 1841 Anton Graf publicó la obra Kritische Darstellung des gegenwärtigen Zustandes der praktischen Theologie (“Presentación crítica del estado actual de la Teología Práctica”), a través de la cual construyó el marco eclesial de la teología práctica. Graf propuso que la teología pastoral no debe centarse en el sacerdote y su ministerio, sino en la acción de la iglesia en conjunto (1841). Según Graf, el objetivo de la teología práctica, como disciplina, no se puede reducir a lo práctico, pues lo práctico tiene relevancia solamente en cuanto sirve para la autoedificación de la iglesia a través de su estudio científico, lo cual permitirá mejorar en el futuro la acción eclesial.

 

Sobre esta base, la comprensión de la teología práctica pasa por el análisis de la iglesia desde tres perspectivas: su pasado, descrito por la teología histórica y las ciencias bíblicas; su presente, estudiado por la dogmática y moral; y su autoconstrucción en el futuro, tarea de la teología práctica (Noemi 2008, 609). Desde entonces la teología práctica pasó a ser una disciplina eclesial y escatológica. Graf también propuso evitar caer en el extremo de un empirismo orientado solo a la experiencia y práctica, o en el de una reflexión teológica puramente especulativa (Aigner 2002, 143). Para enfatizar que el sujeto de la acción pastoral es la iglesia y no solo el sacerdote o pastor, Graf prefirió usar el nombre de teología práctica (Floristán 1993, 112).

 

Después de la segunda guerra mundial surgieron valiosos aportes que fortalecieron la concepción de la teología práctica como acción eclesial. Sin embargo, quien actualizó el pensamiento de Graf fue Karl Rahner, al proponer que la teología pastoral, como él la denomina, debe reflexionar sobre el Selbstvollzug der Kirche (“Autoconfiguración de la iglesia”) en su presencia escatológica (Noemi 2008, 612). Según este criterio, la tarea de la teología práctica debe ser eclesiológica, ya que ella representa la comunidad socialmente legítima, donde la fe, la esperanza y el amor hacen que la revelación escatológicamente perfecta de Dios, que se autocomunica en Cristo, esté presente como realidad y verdad para el mundo (Rahner 1964, 118). Para Rahner, la teología práctica es más que una colección de normas e instrucciones prácticas para el trabajo pastoral del sacerdote, pues toda la iglesia se constituye en sujeto de la acción pastoral y no solo sus ministros, por ello la reflexión sobre la autoconfiguración de la iglesia en la situación presente debe ser no solo la base de la teología práctica, sino también un elemento inherente de la misma teología (1964, 394s).

 

En resumen, los rasgos más importantes de la teología práctica como acción eclesial son los siguientes: busca dar una identidad eclesial al ministerio cristiano a través del estudio de la acción pastoral de la iglesia y no tanto desde la dogmática y apologética; es una teología misionera y testimonial que se preocupa por la vida humana en sentido corporativo (eclesial), pero sin hacer referencia directa a la praxis transformadora de la realidad (Floristán 1983, 23s).

 

5. La teología práctica

como praxis de liberación

 

La comprensión de la teología práctica como praxis de liberación surgió del Concilio Vaticano II, como producto del giro político de la teología, donde la acción pastoral se centró en el binomio teoría-praxis. De esta forma, la teología práctica pasó a constituirse en un instrumento de formación académica orientado a la praxis humana de liberación y, con ello, fomento el compromiso de la comunidad cristiana (iglesia) con los desafíos del tiempo y el mundo actual. A la vez, este compromiso exigió de la teología práctica y de la iglesia un conocimiento más eficaz de esa realidad (Vaticano II 1965).[5]

 

A partir de entonces la teología práctica incorporó en su reflexión la realidad política, las experiencias de las personas cristianas de base y un lenguaje teológico crítico y científico. La teología práctica se convirtió, entonces, en una acción pastoral comunitaria, pues ahora su teología provenía de la comunidad eclesial de base (Floristán 1983, 25s).

 

Según Casiano Floristán, esta forma de teología práctica tiene las siguientes cuatro características básicas:

-     Es acción, pues busca ser una forma efectiva de actuar, orthopraxis, más que una forma correcta de pensar (orthodoxia).

-     Es la actualización de la praxis de Jesús en sus diferentes dimensiones solidarias: misión profética (martyría), servicio y compromiso liberador (diakonía), vida comunitaria (koinonía) y vida sacramental (leiturgía).

-     Es teología práctica hecha por la iglesia (institucional y popular), en solidaridad con las personas empobrecidas y en el compromiso con la liberación-salvación del mundo.

-     Está al servicio del reino de Dios que anunció el Jesús histórico, tanto en su dimensión histórica, como en su expresión sacramental (1983, 26–36).

Lo planteado hasta aquí proporciona algunas ideas generales sobre el desarrollo, características y ámbitos de la teología práctica herededa de Europa. Esta disciplina pasó por etapas claras que marcaron su desarrollo y que influencian las teologías prácticas y las acciones pastorales de otros contextos, como el latinoamericano y caribeño.

 

Conclusión

 

En los apartados anteriores se presentó, en forma resumida, el desarrollo histórico de la teología práctica en Europa, entendida como una disciplina de instituciones teológicas de educación superior. Las fuentes de referencia, así como los temas y reflexiones básicas que se abordaron son solamente europeas. Esto se hizo a propósito, con el fin de tener un referente histórico que permita ver, desde Latinoamérica y El Caribe, cuáles de esos temas y reflexiones que todavía influyen en nuestras instituciones académicas, cuáles ya no son pertinentes y cuáles necesitan integrarse.

 

Sin embargo, eso no significa que en nuestro contexto no existan estudios que aborden los temas fundamentales de la teología práctica.[6] Claro que los hay. Lo que quizá todavía hace falta es identificar cuáles de esos estudios representan la identidad de una teología práctica propiamente latinoamericana y caribeña. Por esa razón, considero que una forma de abordar el escenario actual de la teología práctica en el contexto de la educación teológica superior latinoamericana y caribeña, es precisamente a partir de su historia como disciplina en esta región y de los aportes que ha hecho a la teología, la sociedad y la iglesia, inclusive a la propia teología de la liberación. Escribir conjuntamente esa historia es un desafío pendiente para la teología práctica.

 

Desde mi perspectiva, la teología práctica es una disciplina en construcción y, por esa razón, conocer y profundizar en el conocimiento de su desarrollo histórico puede contribuir a identificar dónde se encuentra hoy, hasta qué punto es pertinente metodológica y epistemológicamente, en qué medida necesita actualizarse y qué personas o instituciones están llamadas a construir su identidad local.

 

Bibliografía

 

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Vilanova, Evangelista. 1992. Historia de la teología cristiana. Siglos XVIII, XIX y XX. Vol. III. Barcelona: Herder.

 

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Angel Eduardo Román-López Dollinger, teólogo suizo-guatemalteco y cooperante ecuménico de la organización de cooperación para el desarrollo Misión 21. Actualmente trabaja como docente en teología e investigador en la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica.

Correo electrónico: a.roman@ubl.ac.cr

Artículo recibido: 14 de mayo de 2020

Artículo aprobado: 18 de junio de 2020

 

 

 

 



[1] Teólogo suizo-guatemalteco y cooperante ecuménico de la organización de cooperación para el desarrollo Misión 21. Actualmente trabaja como docente en teología e investigador en la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica.

 

[2] En el contexto católico de Latinoamérica existe la tendencia a emplear el término teología pastoral, mientras que en el contexto protestante se usa más teología práctica.

 

[3] Diversos estudios coinciden en que la fecha de nacimiento de la teología práctica como disciplina es el año 1774, en la universidad católica de Austria y con el nombre de teología pastoral (cf. Aigner 2002, 40s; Rössler 1994, 132s; Mette 1998, 1s; Floristán 1983, 21).

 

[4] Estos desafíos y reflexiones se han abordado tanto desde el catolicismo como desde el protestantismo. En el contexto católico consultar: Mette (2000), Fürst (2001), Haslinger et al. (1999; 2000). En el contexto protestante consultar: Meyer-Blanck (1999), Grethlein (2000), Schmidt-Rost (2002; 2003).

 

[5] Esta nueva forma de concebir la teología práctica, también abrió el camino, especialmente en Latinoamérica y El Caribe, para la formación y desarrollo de la teología de la liberación.

 

[6] Un ejemplo muy interesante sobre el abordaje propiamente de la teología práctica en el contexto latinoamericano es el libro editado por Chistoph Schneider-Harpprecht y Roberto E. Zwetsch (2011), en el cual se abordan no solo las áreas de estudio de la teología práctica, sino también algunos temas fundamentales e históricos (C. Schneider-Harpprecht 2011), así como su función como disciplina teológica y su relación con la teología de la liberación (Hoch 2011).